lunes, 30 de septiembre de 2013

Henderson Álvarez es el sexto venezolano en lanzar juego sin hits en Grandes Ligas


Qué manera de culminar una temporada regular.

Henderson Álvarez lanzó juego sin hits ni carreras ante los Tigres de Detroit.

Y vaya manera de conseguirlo: Luego que completó la alta del noveno sin permitir carreras, el derecho, debió esperar para ver si su gesta era considerada como un juego sin hits oficial.

Miami gano por la mínima, mientras el venezolano fue testigo de ver como un wild le permitió a Giancarlo Stanton anotar la carrera que sellaría el partido, mientras Álvarez aguardaba en el círculo para su turno al bate.

De inmediato sus compañeros se agolparon hacía él para celebrar una gesta que muy pocas veces se puede apreciar.

Se convirtió en el sexto venezolano en obtener un juego sin hits, uniéndose a Wilson Álvarez (1991), Aníbal Sánchez (2006), Carlos Zambrano (2008), Johan Santana (2012) y Félix Hernández (2012).

Hernández es el único del grupo en conquistarlo de manera perfecta.

Asimismo, el valenciano es el quinto lanzador en la historia de los Marlins en obtener un juego sin hits.

Álvarez culmino el partido con cuatro abanicados, un boleto y un golpeado con solo 99 lanzamientos.

Un juego extraño
El partido de Álvarez es una rareza en el béisbol, después de completar el noveno episodio, se encontraba en el círculo de espera cuando observo como un wild permitió a Stanton anotar la carrera que sellaría el encuentro a favor de los peces.

Una reglamentación de Grandes Ligas, vigente desde 1991, estipula que solamente valen los juegos completos de nueve o más episodios sin recibir hits.

Álvarez estaba preparado para lanzar la décima entrada y confesó a los medios de Miami que estaba ligando el imparable para que el partido concluyera.

Los Marlins congestionaron las bases y con Greg Dobbs al bate como emergente, Luke Putkonen lanzo descontrolado para que Miami ganara 1 a 0 a Detroit.

Álvarez contó con el apoyo de su esposa quien se encontraba en las gradas y posteriormente beso el vientre.

Fue el primer juego completo sin hits decidido en el último turno al bate desde Virgil Trucks, de los Tigres, lanzó uno el 15 de mayo de 1952 contra Washington.

El valenciano ficha de los Tiburones de La Guaira cerró así la temporada con marca de 5-6 en 16 aperturas, con 3.59 de efectividad y 57 abanicados.

Álvarez cierra así su primera campaña en la Liga Nacional, cabe recordar que llegó a Miami en el cambio múltiple con Toronto.

Cerró con promedio de 321 como bateador.

Acá puedes ver la actuación de Álvarez

De interés…
  • Es el tercer juego sin hits de la temporada. Homer Bailey y Tim Lincecum fueron los otros.
  • Mike Witt fue el otro lanzador que obtuvo un juego sin hits en el último día de la temporada regular. El derecho lo hizo con California en 1984 ante Texas.
  • Los 99 pitcheos de Álvarez fueron la cifra más baja para un venezolano que ha conquistado un juego sin hits. Wilson Álvarez tuvo 128 envíos, Aníbal Sánchez realizo 103, Carlos Zambrano obtuvo 110, Johan Santana realizo 134 y Félix Hernández lanzó 113 pitcheos.


@beisboladentro

domingo, 29 de septiembre de 2013

Miguel Cabrera: Rey del bateo


Es oficial… Miguel Cabrera conquistó su tercer título de bateo en forma consecutiva.

Primer venezolano en conseguir dicha gesta y primer bateador derecho de la Liga Americana que realiza la proeza.

Por si fuera poco, Cabrera es el octavo bateador en la historia del béisbol que conquista tres o más coronas de bateo.

Les conté que siete de ellos se encuentran en Cooperstown.

Si la temporada 2012 fue considerada la mejor para el venezolano, la 2013 fue superior. Cabrera estuvo cerca de convertirse en el primer bateador en reeditar una triple corona de bateo, pero una lesión y un rival llamado Chris Davis, privaron de ser testigos de una historia única.

Cabrera finalizó líder en promedio (348), OBP (442), slugging (636), OPS (1074) y OPS+ (187), mientras fue segundo en jonrones (44), remolcadas (137), WAR ofensivo (9.0), anotadas (103), hits (193) y bases alcanzadas (353).

Números que lo impulsan de manera solida hacia su segundo MVP.

Histórico
Miguel Cabrera se convierte en el primer bateador derecho de la historia en conquistar tres títulos consecutivos en la Liga Americana. Rogers Hornsby y Honus Wagner son los únicos derechos en conseguirlo pero en la Liga Nacional.

Se une a Ty Cobb, Nap Lajoie, Rod Carew, Wade Boggs y Harry Heilmann, como los únicos en la historia de la Liga Americana en conseguir al menos tres títulos de bateo en el joven circuito. Mientras es el tercer miembro de Detroit en obtener varios títulos de bateo después de Ty Cobb (12 veces) y Harry Heilmann (4 veces).

La última cadena de títulos de bateo más larga en las mayores le perteneció a Tony Gwynn, de los Padres de San Diego con cuatro (1994-1997), mientras Wade Boggs, lo había conseguido en la Americana con Boston entre 1985 y 1988.

Se imaginan si la lesión no se hubiera presentado, quizás en este instante toda Venezuela y el béisbol en general estarían celebrando la conquista de una triple corona nuevamente.

Lo cierto es que Cabrera vuelve a demostrar que está en su momento y sigue incrementando sus registros, está entrando en el penúltimo año de su contrato y ya comienzan a especularse cuál será el valor cuando se declaré agente libre en 2015.

Será Detroit u otra organización quien goce del buen momento del aragüeño. ¿Cuánto valdrá?
Mientras se alista a jugar la postemporada con la mente fijada en una Serie Mundial, Cabrera espera nuevamente que su nombre figure como el MVP en noviembre.

Los puristas que el año pasado defendieron a Mike Trout y el WAR, se han rendido a la campaña ofensiva del venezolano y han reconocido que merece el galardón.

Con la cantidad de registros ofensivos y hazañas personales que ha conquistado está temporada, es un hecho que el premio recaerá nuevamente en sus manos.

Por si fuera poco, Cabrera ya fija nuevos registros para la próxima campaña.

Está a cinco imparables de ser el séptimo venezolano en arribar a los 2.000.

Con 35 cuadrangulares arribará a 400 y será líder entre los venezolanos, superando a Andrés Galarraga que logró 399.

Mientras que su 321 de promedio lo afianza como el máximo bateador de Venezuela, superando cómodamente a Magglio Ordoñez, quien finalizó con 309.

Rivales de cuidado
Cabrera fue electo el Jugador Más Valioso del mes de agosto, se dio por descontado que el aragüeño acecharía a Chris Davis en el liderato de vuelacercas, único renglón que le faltaba para acceder a la triple corona, pero nuevamente las lesiones en la cadera, espalda e ingle, se hicieron presentes y cerró el último mes con números discretos.

Aunque la preocupación siempre fue mantener sano a Cabrera, el venezolano no dejó que estos percance lo alejarán del terreno, fue imposible alcanzar a Davis en vuelacercas y además el norteamericano apretó el paso y se llevó en la última semana de acción el liderato de remolcadas, la cual fue dominado desde el inicio por el criollo.

Al final Cabrera accedió a la postemporada. Sus números hablan por sí solos. Es el gran favorito para muchos especialistas.

Sus rivales tampoco lo hicieron mal, ellos intentarán que el premio no recaiga de forma unánime.

Chris Davis de los Orioles de Baltimore, estuvo coqueteando durante la primera parte de la temporada con la triple corona al igual que Cabrera. Al final cerró con promedio de 286, y fue líder en jonrones (53) y remolcadas (138).

Finalmente Mike Trout, de los Angelinos de Anaheim, se presenta nuevamente como candidato al premio.

Trout volvió a liderar la categoría de WAR (9.2), que tantas diatribas arrojo la campaña pasada. Volvió a demostrar que será un pelotero que se perderá de vista y lidero por segundo año sucesivo las anotadas (108). También fue líder en boletos recibidos (109), mientras bateó 323 (3º), con 26 jonrones y 96 remolcadas.

Tanto Davis como Trout verán la postemporada en sus hogares.

con las credenciales de dominar el WAR, que tantas diatribas arrojo la campaña pasada.

De interés…
  • El promedio de Cabrera de 348 es el más alto conseguido por el venezolano en su carrera. Muy superior al 330 (2012) y 344 (2011), años en los que conquistó también el título de bateo.
  • Es el sexto título de bateo de Venezuela en las Grandes Ligas. Andrés Galarraga (370, en 1993), Magglio Ordoñez (363, 2007) y Carlos González (336, 2010), antecedieron al aragüeño.
  • Le sacó 24 puntos de diferencia a Joe Mauer, quien finalizó segundo. No había una diferencia similar desde que Rod Carew lo realizara en cuatro temporadas desde 1972 hasta 1975, con los Mellizos de Minnesota, el mismo equipo de Mauer.
  • Se une a Jimmie Fox y Lou Gehrig como los únicos campeones bate en tener promedio de 348, 44 o más vuelacercas y 137 o más remolcadas.
  • Es el primer campeón bate con tres campañas sucesivas de 30 o más jonrones. 
  • Es el primer campeón bate con dos temporadas de 40 o más vuelacercas.

@beisboladentro

sábado, 28 de septiembre de 2013

En ruta hacía Cooperstown

La temporada 2013 del béisbol de las Grandes Ligas está por culminar. Será una temporada donde Mariano Rivera, Andy Pettitte y Todd Helton, dirán adiós al deporte que tanto les apasiona, será el adiós de los terrenos, cada uno de ellos establecieron marcas que lo colocaron dentro de los mejores exponentes de esta disciplina y, ahora aguardaran cinco años para saber si el esfuerzo realizado será recompensando con la exaltación al Salón de la Fama.

Acá un vistazo sobre la carrera de estos tres peloteros y su legado en las Grandes Ligas:

Con méritos de sobra
Son pocos los relevistas que se encuentran exaltados en Cooperstown. Los votantes se han mostrado reacios en apoyar a esta figura y no hay una argumentación clara de porque no reciben votos para ser entronizados.

De los 69 lanzadores que se encuentran en el Salón de la Fama, sólo cinco han sido relevistas y uno de ellos jamás abrió un encuentro, fue Bruce Sutter, quien logró la inmortalidad en 2006.

Rivera buscara convertirse en el sexto relevista, uniéndose a Hoyt Wilhelm (1985), Rollie Fingers (1992), Dennis Eckersley (2004), Sutter (2006) y Rich Goossage (2008). Sólo Eckersley logró ser exaltado en su primer año.

Los argumentos de Rivera a diferencia de sus antecesores son sin duda sólidos.
Es el primer pelotero activo al cual le retiran su número

El panameño es un cerrador, probablemente el mejor de todos los tiempos; aunque tal vez no todos concuerden y dejen abierto un espacio a la duda en comparación con Trevor Hoffman, el otro lanzador que sobrepasó la enorme barrera de los 600 juegos salvados. Ningún otro pitcher ha llegado ni siquiera a 500.

Las cifran favorecen a Rivera, especialmente por su excelencia en los partidos de postemporada; pero sus críticos alegan que ha tenido la suerte de jugar durante 19 temporadas con los Yankees de Nueva York, el equipo más dominante de las últimas dos décadas. De cualquier manera, los números están allí y apuntan, con mucha fuerza 652 rescates. En los play off su récord es todavía mejor, ha rescatado 42 partidos y solo ha fallado en cinco; además su promedio de carreras limpias es de apenas 0.70.

Inicio su transitar como abridor en 1995. Los resultados no fueron los mejores, por lo que la dirección del equipo decidió moverlo hacia el rol de “preparador” de John Wetteland, quien, en ese momento era el cerrador de los Mulos. A partir de 1997 “Mo”, como lo llaman sus compañeros, asumió el puesto y ha sido intocable desde entonces.

Apoyado con el clásico tema del grupo Metallica, “Enter Sandman”, Rivera intenta sofocar cualquier intento de los rivales.

Su despedida del béisbol estuvo marcada de homenajes, en especial la de su organización, quienes retiraron su número 42, siendo el primer pelotero en recibir dicho reconocimiento aún activo.

Hay que recordar que Rivera es el último pelotero que usa dicho número, el cual fue retirado hace algunos años de las Grandes Ligas en homenaje a Jackie Robinson, primer jugador de color en jugar al béisbol.

“Fui bombardeado con emociones y sentimientos”, relató Rivera, quien en noviembre cumplirá 44 años. “De repente me di cuenta de todo. Sabía que era la última vez. Punto. Nunca había sentido algo semejante”.

El relevista más destacado de la historia rompió a llorar en el montículo cuando Derek Jeter y Andy Pettitte salieron de la cueva para sacarle con dos outs en el noveno inning, lo cual fue seguido por abrazos interminables y sollozos entre los tres compañeros de generación.

Se va un grande, el deportista más ejemplar que ha tenido el béisbol de las Grandes Ligas.

Ahora inicia el camino a un sueño que nadie ha logrado: Ser exaltado al Salón de la Fama de manera unánime.

Nadie ha conseguido ser elevado con el respaldo pleno de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica.

Tom Seaver fue quien más cerca estuvo al lograr el 98,94% de los votos en 1992. Solo cinco de los 430 que votaron decidieron no emitirle su voto al lanzador en aquella oportunidad.

Y así pasó con otros mitos. Babe Ruth en 1936, Willie Mays en 1979, Ted Williams, Cal Ripken Jr, entre otros. Ni hablar de Joe DiMaggio, Rogers Hornsby, Harmon Killebrew o Roberto Alomar, quienes no recibieron la oportunidad en su primer año, sino en otras elecciones.

Por el historial de Rivera, es imposible imaginar que exista un pretexto en un votante para no darle el voto al panameño.

Otro pelotero con características similares a Rivera, tendrá su primer intento en enero de 2014, se trata de Greg Maddux, ganador de cuatro premios Cy Young y miembro del club de 300 victorias.

Si Maddux que representó la perfección en el montículo no recibe la unanimidad, será difícil pronosticar quien la pueda recibir.

Hace unos años se hablo de Ken Griffey y Barry Bonds como los merecedores de dicho honor. El primero fue mermando sus condiciones a causa de múltiples lesiones y el segundo es sospechoso de esteroides y en estos momentos sufre de las consecuencias de sus actos en las votaciones.

¿Será Derek Jeter el predestinado?

En la mente de Rivera no figura nada de eso.

En este instante la mente de Rivera se ha vuelto una caja de grandes recuerdos que él atesorará como testigo de cada hecho. Los reconocimientos que ha recibido durante todos estos años y los que recibió esta temporada, ahora son parte de ese legado que el béisbol le recompensó.

Su récord de más rescates de por vida como los de postemporada, lucen ahora como unos de los más difíciles de lograr, junto a los 511 triunfos de Cy Young, los 56 juegos de hits de Joe DiMaggio, los 7 juegos sin hits de Nolan Ryan, los 24 Grand Slam de Alex Rodríguez, los 742 vuelacercas de Barry Bonds, los 5.714 abanicados de Nolan Ryan, las 130 bases robadas de Rickey Henderson, los 4.256 hits de Pete Rose, las 1.503 bases robadas de Rickey Henderson, los 230 hits de Ichiro Suzuki, los 6 Grand Slam en un año de Don Mattingly, entre otras marcas.

Un legado que se forjó a base de trabajo y ejemplo para sus compañeros.

Un siniestro con mucho éxito
Sandy Koufax, Steve Carlton, Lefty Grove, Randy Johnson y Whitey Ford, han sido señalados como los grandes lanzadores zurdos que han jugado en las Grandes Ligas. Dentro de poco, Andy Pettitte, pudiera unirse a tan prestigioso grupo, gracias a los registros que cosecho en 18 temporada con los Yankees de Nueva York y Astros de Houston.

 “Llegué al punto de saber que he dejado todo lo que tengo en el terreno. Es el momento perfecto”, rezó el escrito de Pettitte. “Lo digo ahora porque quiero tener la oportunidad de levantarles mi gorra a los fanáticos y agradecerles por hacer que mi etapa con los Yankees sea tan especial”.

Si las lesiones no se hubieran hecho presentes en los últimos años, Pettitte estaría coqueteando con los 300 triunfos, pero sus 255 victorias y 152 derrotas no son un despreciable registro. Si a eso hay que agregar que es líder en triunfos en postemporada con 19, Pettitte tiene argumentos para ser tomado en cuenta para el Salón de la Fama.

Sus 255 triunfos lo dejan en solitario en el puesto 42 entre los máximos ganadores de por vida, por encima de Red Farber (254), Carl Hubbell (253) y Al Spalding (252), mientras se quedó a cinco ganados de igualar a Ted Lyons quien culminó su carrera con 260 triunfos.

Miembro del “Cour Four”, aquella generación que conformó junto a Derek Jeter, Mariano Rivera y Jorge Posada, a mediados de los años noventa y que ayudo a los Yankees a ganar cinco títulos de Serie Mundial, la carrera de Pettitte fue ascendiendo sin ser el centro de un club lleno de grandes estrellas.

Sus 98 sorprendidos representan la segunda cifra más alta detrás de Steve Carlton que tuvo 146. Asimismo, es el tercer lanzador con más triunfos en la historia de Nueva York con 218, líder en abanicados con 2.015 y empató con Whitey Ford (483), la mayor cantidad de aperturas con el uniforme rayado.

Alguien duda de su entronización.

Quizás su confesión sobre el uso de esteroides y su declaración en el juicio a Roger Clemens, que rompió la amistad que tenía con el lanzador, sea su única mancha negativa en su carrera.

Pero supo sobreponerse y volvió a ganarse el respeto de muchos y siguió cosechando éxitos.
Su carrera tomo un segundo aire cuando lanzó para los Astros de Houston durante tres campañas, registro 37-16 y 3.38 de efectividad, ayudo a Houston a llegar a su primera Serie Mundial, pero cayeron barridos ante los Medias Blancas de Chicago.

Ganador de al menos diez partidos en 14 de sus 15 temporadas con los Yankees, lo cual es una marca histórica dentro del club, superando las 13 de Ford.

Pettitte ha ganado 10 o más partidos en 16 de sus 18 temporadas.

Otro dato interesante es que Pettitte cerrara su actuación lanzando en Houston, su ciudad natal. La dupla Pettitte-Rivera ha salvado 72 encuentros de por vida, la mayor combinación en la historia de las mayores.

Es este zurdo un autentico miembro de Cooperstown, en cinco años lo sabremos.

La primera estrella formada en las granjas de Colorado
Fue el responsable de que los Rockies de Colorado prescindieran de Andrés Galarraga al finalizar la temporada 1997, y al año siguiente culminó segundo en la votación al Novato del Año que gano Kerry Wood cerradamente.

Se trata de Todd Helton quien se enrumbo como la primera gran estrella formada en los Rockies de Colorado. Fueron 17 temporadas en la cual el inicialista de 40 años fijó récords en casi todos los renglones ofensivos de la franquicia.

Campeón bate en la Liga Nacional con 372 en el año 2000, año en el que lideró el circuito con 59 dobles, 147 remolcadas y 42 vuelacercas, Helton se convirtió esta temporada en el pelotero 96 que alcanza los 2.500 imparables en las mayores.

Con características similares a la de Don Mattingly, Helton fue un verdadero líder dentro y fuera del terreno de juego.

Dolores en la espalda menguaron su rendimiento en años reciente, aún así promedia de por vida 317 con 369 jonrones, 1.406 remolcadas, 1.401 anotadas y promedio de embasado de 414 en 2.245 juegos.

Lidera al club en juegos, veces al bate (7.954), anotadas, hits, dobles (592), jonrones, remolcadas, boletos y ponches.

Troy Tulowitzki será el líder entre los peloteros activos del club y sus registros están lejos de igualar a Helton.

Por cierto Helton se retira como líder entre los activos en el departamento de dobles.

Acaso sus números no lo hacen acreedor de ser el primer pelotero de los Rockies en llegar a Cooperstown.

Quizás abran detractores que señalen que el haber jugado en un parque apto para bateadores le reste votos, lo cierto es que Helton no ganó un MVP y lo más cerca que tuvo fue un quinto puesto en 2000.

Pero obtuvo tres Guantes de Oro, cinco Juegos de Estrellas, cuatro Bates de Plata y algunos lideratos ofensivos, en un periodo donde lucho contra grandes bateadores como Barry Bonds, Albert Pujols, Mark McGwire, Sammy Sosa, Ryan Braun, Andrés Galarraga, Mike Piazza, Tony Gwynn y compañía.

Es uno de los pocos peloteros que se mantuvo fiel a una organización, lo cierto es que dentro de poco Colorado decidirá honrarlo retirando su número, pues su legado ofensivo estará intacto durante los siguientes diez años.

Cooperstown lo recibirá… solo queda esperar.

@beisboladentro

sábado, 21 de septiembre de 2013

La generación dorada de los Yankees comienza a decir adiós


En 1995, los Yankees de Nueva York, rompían una racha de 14 temporadas sin asistir a una postemporada. Para los medios de Nueva York, la atención se centro en Don Mattingly, quien hacía su debut en estos eventos.

Mattingly, que contaba con 34 años, debuto en 1982, un año después que los Yankees cayeran en la Serie Mundial ante los Dodgers de Los Ángeles.

Desde entonces, el elenco a rayas jamás supo lo que era acceder a una postemporada.

El sueño de Mattingly y los Yankees de llegar a la Serie Mundial se esfumó cuando los Marineros de Seattle los eliminaron en cinco compromisos, en las instauradas Series Divisionales de esa temporada.

Al final el inicialista optó por el retiro después que la organización decidiera no renovarle su contrato.

Mientras Nueva York despedía a su pelotero insignia de una forma poco convencional; dentro del roster del club había cuatro jóvenes promesas que se convertirían en corto tiempo en las nuevas caras de la mítica franquicia.

Se trata de Derek Jeter, Mariano Rivera, Jorge Posada y Andy Pettitte, quienes fueron integrantes de los cinco gallardetes que consiguió el elenco neoyorquino entre 1996 y 2009.

Ningún equipo que se ha coronado campeón en un periodo similar, ha contado con el mismo núcleo de peloteros en su roster.
La dinastía Yankee inició en 1995, con
este cuarteto. Fueron eliminados ese
año por los Marineros de Seattle en la
primera ronda de postemporada.

Fue la generación dorada. Una generación que no ha vuelto a florecer en una divisa que ha dependido en los últimos años de contratos onerosos, sacrificando piezas importantes de su ya golpeado sistema de ligas menores.

Fueron ellos quienes dieron inicio a la dinastía Yankee a finales de los años noventa.

Mientras este cuarteto comenzaba a escribir sus carreras, los Yankees fueron brindándole al mismo tiempo oportunidad a otros jóvenes como D´Angelo Jiménez, Russ Davis, Mike Lowell, Andy Fox, Rubén Rivera, Ramiro Mendoza, Homer Bush, Ricky Ledee, Shane Spencer, Alfonso Soriano, Ed Yarnall y Ted Lilly, algunos de ellos lograron éxitos, otros se quedaron en el camino; lo cierto es que ninguno de ellos lograron en tan corto tiempo los registros de Jeter, Posada, Rivera o Pettitte.

Ellos tomaron el testigo de otras leyendas del equipo, y se convirtieron en modelos a seguir por sus propios compañeros.

Jorge Posada fue el primero en decir adiós en la temporada 2011.

Esta temporada Mariano Rivera y Andy Pettitte se despedirán.

Solo quedara Derek Jeter y cuando éste decida retirarse, los recuerdos de aquellos títulos serán grandes anécdotas para las siguientes generaciones.

Un receptor entre los grandes
Thurman Munson es considerado el mejor receptor en la historia de la organización.

Y fue este el modelo a seguir para Jorge Posada, quien recordó al mítico receptor que falleció en un accidente aéreo en 1979.

Cinco títulos de Serie Mundial, cinco Juegos de Estrellas, cinco Bates de Plata y un tercer puesto al premio MVP en 2003, son parte de sus pergaminos en 17 temporadas con Nueva York.

Se retiro en 2011, luego de conocer que la organización no lo tenía en sus planes para la venidera campaña, y aunque recibió propuestas para continuar jugando, el boricua prefirió decir adiós con aquella mítica frase que inmortalizó Joe DiMaggio.

“Le agradezco al buen Dios por haberme hecho un Yankee”.
Posada fue el primero en decir adiós en 2011

Con 40 años, Posada fue el primero del cuarteto de la suerte en decir adiós. Calificó su experiencia con los Yankees diciendo que la misma “no tiene precio”

Dejo promedio de 273 con 275 jonrones y 1.065 remolcadas en 1.829 juegos.

Es uno de los cinco receptores en la historia con 1.500 imparables, 350 dobles, 275 jonrones y 1.000 remolcadas. Está al lado de Johnny Bench, Gary Carter, Carlton Fisk e Iván Rodríguez. 

Junto a Bench son los únicos del grupo en jugar con una sola organización.

Sus 275 vuelacercas lo ubican octavo en la historia del club.

El mejor relevista de la historia
El año pasado una lesión en la rodilla derecha que le hizo perder la temporada completa, pospuso su retiro para esta temporada.

Aunque en principio se pensó lo peor, Mariano Rivera retornó por la puerta grande y ha demostrado que a pesar de tener 43 años, su repertorio se mantiene intacto como aquel joven que debutó a los 25 años con la organización del Bronx.

Al ritmo de Enter Sandman de Metallica, Mariano Rivera nuevamente luce su número 42 en los últimos episodios para ayudar a preservar los triunfos de su club.

Pocos recuerdan que hace 19 temporadas, el actual líder en salvados de todos los tiempos, se abría paso en la organización a rayas como un abridor más.

Azares del destino permitieron al cuerpo técnico mover al panameño a funciones de relevo. El resultado, más que conocido por todos, catapulta a Rivera como el mejor relevista en la historia de este deporte.
Rivera fue homenajeado en el Juego de Estrellas
de este año. No salvó pero se llevó un sonoro
reconocimiento del Citi Field de Nueva York

Un 12 veces “All-Star”, Rivera no quería que su carrera terminará por una lesión. Así como infundió miedo en sus rivales, hoy es testigo de los múltiples homenajes que recibe en cada parada que su club hace por las distintas ciudades.

El homenaje más grande será el que reciba en el Yankee Stadium este domingo, último día de temporada regular en el Bronx, un homenaje que de seguro hará que suelte algunas lágrimas que ni siquiera los múltiples logros alcanzados en su dilatada carrera han logrado.

Aunque en su mente está cerrar con un anillo de Serie Mundial, Rivera sólo disfruta del momento.

El astro canalero ha tenido una actuación espectacular en playoff con los Yankees, al ayudar a ganar cinco Series Mundiales con 42 rescates y un excelente promedio de efectividad de 0.70 en 141 episodios en 96 partidos en estas fases.

En 1999 fue declarado el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial, mientras que en 2003 se llevó los mismos honores en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.

El panameño no ha salvado menos de 28 juegos en cada una de las últimas quince temporadas.

Ha sido líder en rescates en tres ocasiones, dos de ellas con 50 o más salvadas.

Sin contar los números del viernes 20 de septiembre, Rivera presenta registro de 82-60 con 2.22 de efectividad. Su actuación lo catapulta con sólidos argumentos para ser entronizado en cinco años al Salón de la Fama, lugar al que pocos relevistas han podido llegar.

Su labor humana dentro y fuera del terreno le ha permitido recibir elogios de sus compañeros y rivales. Rivera se posiciona como un autentico candidato a ser exaltado al Salón de la Fama de forma unánime, algo que ni Babe Ruth, Ty Cobb, Nolan Ryan, Willie Mays, Hank Aaron o Cal Ripken han podido alcanzar.

Los 652 rescates que lleva, hacen de la marca una meta difícil de alcanzar, uniéndose a los 56 juegos consecutivos de Joe DiMaggio dando de hit, los 4.256 imparables de Pete Rose, los 7 juegos sin hits de Nolan Ryan o las 511 victorias de Cy Young.

En cuatro ocasiones ha concluido entre los tres primeros al premio Cy Young.

Esta temporada se despedirá y su ida ha creado un difícil panorama en la organización. No hay un sustituto para emular o acercarse a lo realizado por el lanzador nacido en Panamá.

Rivera ve como los días se acortan y sabe que los Yankees rezan porque cambie de parecer. Ya ha sido enfático y nada lo hará cambiar de parecer.

Ya probó un poco del homenaje de Nueva York, cuando fue vitoreado en el Juego de Estrellas, era la casa de los Mets, pero era como si lanzara en el Yankee Stadium.

Por lo pronto disfruta de los regalos originales que ha recibido de sus rivales.

Jeter, Posada, Pettitte y Rivera celebraron en grande
el quinto título de Nueva York en 2009
Una tabla de surf que le regalaron los Atléticos de Oakland, un disco de oro enmarcado con la canción Enter Sandman de Metallica, cinco bicicletas de paseo para su familia que le entregó los Padres de San Diego, una mecedora armada con bates rotos que provocaron sus lanzamientos por parte de los Mellizos de Minnesota, a la que apodaron “la mecedora de los sueños rotos”, replicas del Fenway Park por parte de los Medias Rojas de Boston, o dinero para su fundación, son parte del reconocimiento a su carrera.

Cuando la temporada regular expire, el número 42 dejará los terrenos, el último número que queda en las Grandes Ligas. Número que fue retirado de todos los equipos en homenaje a Jackie Robinson, quien rompió la barrera racial en los años 50. Número que Rivera exhibió con mucho orgullo por permiso de las Grandes Ligas.

Hoy, somos testigos de ver al más grande lanzador retirarse como los grandes.

Un zurdo excepcional
Con 41 años, Andy Pettitte decidió que era hora de decir adiós al deporte que tanto ama.

Lejos de aquellas diatribas que tenía de jugar o no, Pettitte aseguro que ya su cuerpo está agotado, física y mentalmente.

“Llegué a un punto en el que dejé en el terreno todo lo que tenía”, dijo Pettitte en el comunicado que se difundió está semana, en la cual señalo su retiro.
Ha jugado 18 temporadas en las Grandes
Ligas, quince de ellas con Nueva York.

En 2010, se retiro de los terrenos, pero un año después volvió por amor al deporte. Ahora al igual que Mariano Rivera se prepara para recibir un homenaje este domingo, día en el cual abrirá el partido ante los Gigantes de San Francisco, teniendo como mejor escenario al Yankee Stadium.

Pero quizás el momento más especial lo viva el último día de campaña regular, cuando lance ante los Astros en Houston, su ciudad natal y en la cual lanzó para los siderales entre 2004 y 2006.

En el comunicado que se difundió esta semana, Pettitte afirmó que contuvo sus deseos de anunciar su retiro para no restarle atención a Mariano Rivera que recibirá un merecido homenaje el domingo ante su público. Pero el legado de Pettitte en Nueva York es también de exitoso como el de Rivera.

Fueron quince años de muchos éxitos.

De por vida presenta marca de 255-152 con 3.86 de efectividad en 519 aperturas. Tiene 19 victorias en 44 aperturas en los playoff, cifras que representan un récord para el béisbol, cifras que quizás no logren abultarse si los Yankees quedan fuera de la postemporada.

Elegido a tres Juegos de Estrellas, conquistó cinco Series Mundiales y siete títulos de la Liga Americana. Fue el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2011, y es el líder histórico del equipo con 2.009 abanicados.

Pettitte supo sobreponerse al escándalo de dopaje al que fue vinculado y siguió demostrando que sus registros son una opción para ser exaltado al Salón de la Fama.

El lanzador aseguró que anunció su retiro antes que termine la campaña en agradecimiento a los fanáticos que lo apoyaron durante su carrera.

El más grande de todos
Con el retiro de Rivera y Pettitte, Derek Jeter será el último sobreviviente del título de Serie Mundial conseguido en 1996.

Aquejado por varias lesiones, Jeter, apenas ha jugado 17 partidos esta temporada en la cual culmina su contrato.

Es un hecho que recibirá una extensión en la que pudiera ser la última campaña de su dilatada carrera de 19 temporadas. Cinco anillos de Serie Mundial, cinco Guantes de Oro, 13 Juegos de Estrellas, cinco Bates de Plata, un premio Novato del Año, Más Valioso de la Serie Mundial del año 2000 y MVP del Juego de Estrellas de ese año, son algunos de los pergaminos que Jeter posee.
Jeter se encuentra entre los grandes
bateadores en la historia de la organización

Si a eso le sumamos que es el primer jugador de los Yankees de Nueva York con 3.000 hits, Jeter camina seguro al Salón de la Fama, una vez decida colgar el guante.

Quizás sea junto a Rivera candidato sólido a lograr la unanimidad en el recinto de los inmortales, quien sabe, su carrera ha sido modelo para muchos y ha sido lo más puro que representa el béisbol para los estadounidenses.

Jeter se ha ganado con pulso su lugar dentro de la organización a rayas. Su nombre figura al lado de Ruth, Maris, Mantle, DiMaggio, Berra y Gehrig, es una autentica leyenda y no sería descabellado pensar que su número 2 será retirado dentro de la organización.

Aunque su legado continúa escribiéndose, Jeter sabe que su tiempo de juego en el campocorto se verá disminuido. Tendrá 40 años la próxima temporada y es el único campocorto con más de 2.500 juegos en una posición.

Aceptara jugar como designado o cambiará de posición. Esas son las interrogantes acerca del futuro de Jeter para la próxima temporada. Jamás se ha desempeñado en otra posición que no sea campocorto, aunque sus cualidades atléticas siguen intactas, Jeter deberá probar que los años no pasan en vano.

Sólo él decidirá si el 2014 será su último año como profesional.

Para cuando anuncie la noticia, Jeter cerrará un ciclo.

Con su retiro se pondrá fin a la generación dorada de los Yankees de Nueva York, franquicia que no vislumbra una generación tan exitosa como la que vivió Jeter, Rivera, Posada o Pettitte.

Quien quita y ambos se reencuentren dentro de unos años en Cooperstown.


@beisboladentro