Cuando
el río suena es porque piedras trae, así reza el famoso proverbio
cuando una noticia está por confirmarse. Eso lo sabe Oswaldo Guillen, quien ha
vivido una temporada atípica como estratega de los Marlins de Miami.
Y no es para menos, Guillen
llegó a los peces en medio de muchas expectativas, en parte por haber llevado a
los Medias Blancas de Chicago a conquistar la Serie Mundial de 2005. Así como por
haber sostenido una relación tensa con la gerencia del club patiblanco, además
de varias amonestaciones por su incontrolable verborrea.
Los Marlins iniciarían la
temporada 2012 confiados en acceder a su tercera Serie Mundial, en parte por
las contrataciones de José Reyes, Mark Buehrle, Heath Bell y Carlos Zambrano,
gastando un total de 191 millones de dólares. De igual modo, había curiosidad
por ver como les iría en un nuevo estadio valorado en 634 millones de dólares
con techo retráctil y de estrenar nuevos uniformes y nuevo nombre: Los Marlins
de Miami.
Pero a falta de una semana y
media para que concluya la campaña, los peces poseen marca de 66-84, peleando
con los Mets de Nueva York por no ocupar el último lugar en la división Este de
la Liga Nacional.
Este no era exactamente el
resultado que esperaba el propietario del club, Jeffrey Loria, quien a mediados
de temporada se desprendió de Hanley Ramírez, Edward Mujica, Gaby Sánchez, Omar
Infante, Randy Choate y Aníbal Sánchez, piezas que formaban el grueso del
equipo.
Reestructuración era lo que
sonaba en el seno del club, pero para el béisbol, los Marlins fueron la gran
decepción de la temporada.
A pesar de eso, Oswaldo Guillen
trato de limar la situación trabajando con el material que tenía, pero los resultados
no llegaron.
Los Marlins comenzaron a
derrumbarse desde el inicio de la temporada cuando Guillen fue suspendido
durante cinco cotejos en abril después de realizar comentarios elogiando al líder
cubano Fidel Castro, lo que enfureció a la comunidad cubana en el área de
Miami.
Guillen y Loria podrían poner fin a su relación poco fructífera al finalizar la temporada |
El venezolano regresó pidiendo
perdón por el error cometido y prometió no volver a hablar más de la cuenta.
Incluso decidió cerrar su cuenta Twitter y concentrarse en dirigir. Pero como
la maña no se quita, Guillen reactivo su cuenta y siguió con sus comentarios de
más, sin importar lo que pueda suceder en el futuro.
Los
días contados
Guillen ha sabido manejarse en
situaciones críticas, ante los constantes rumores de su despido, el mirandino
ha salido al paso señalando que su contrato es hasta el 2015 y confía en que
seguirá con el equipo hasta entonces.
“Esa es la última cosa que pasa
por mi mente todos los días, si voy a tener empleo el próximo año. Voy a tener
un empleo. No sé si será dirigiendo a los Marlins, pero tendré un empleo. No sé
si será como manager en Grandes Ligas, pero voy a tener un empleo”, enfatizó.
Las palabras de Guillen dan a
entender que le da igual si Miami lo mantiene al frente del club o no. El
venezolano poco le importa si sus comentarios hacen eco en una divisa donde
Loria es más volátil que el criollo y ha demostrado que no le molesta salir de piezas
para ahorrar costos y confeccionar un team work.
Sino recordemos los episodios
vivido con Joe Girardi a quien despidió después de ganar el Manager del Año o
cuando cesanteo a Fredi González cuando este tenía roces con la estrella del
club, Hanley Ramírez.
Loria ha demostrado que lo que
le molesta y perturba lo desecha, para muestra el desmantelamiento que hizo con
el equipo esta temporada, después de armarlo para el título.
“Si Jeffrey piensa que no
realizo el trabajo que debería, no es la primera vez que despide al manager”,
dijo Guillen. “Sé que va a ser más sencillo para él despedir a otro. No me
preocupa eso. Espero cien por ciento estar de regreso”, agregó.
Pero las incongruencias en el
manejo del vocabulario del mirandino son inverosímiles.
“Lo peor respecto a (perder) mi
trabajo es empacar mi casa en Miami, tengo mucha ropa, pero fuera de eso, nada”.
Guillen cerro su comentario
resaltando que gracias a Dios había decidido alquilar casa en Miami.
De igual modo afirmó que todos
los encargados de tomar las decisiones en la organización tienen la culpa del
pobre resultado esgrimido por Miami esta temporada.
Pero esta semana ha estado
activo ante los medios y poco le da si sigue al frente, pero cuando habla la
realidad es otra.
“Si vemos el panorama general
del equipo, claro que es una posibilidad real mi despido, ¿Cuántas veces
escuché la semana pasada que mi cargo está en peligro? Pero yo no digo nada al
respecto”, agregó el criollo, que también fue autocrítico. “¿Si creo que hice un
buen trabajo con este equipo? No”, aseveró Guillen.
Lo cierto es que desde ya el
nombre de Mike Lowell, ex jugador del club y miembro del equipo campeón de
2003, ha sonado para ser el hombre que sustituya al venezolano en la temporada
2013.
Habrá que esperar a que termine
la campaña y que Loria haga un análisis completo a su equipo. Si los rumores
son ciertos y la salida de Guillen es inminente, la pregunta radica en que
equipo le dará trabajo al venezolano para seguir siendo manager en las mayores.
Como él mismo ha vaticinado está
confiado que dirigirá nuevamente…
@beisboladentro
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