Parece increíble pero los
Medias Rojas de Boston acaban de despedirse de la temporada 2012 al cambiar
este sábado a Adrián González, Carl Crawford, Nick Punto y Josh Beckett a los
Dodgers de Los Ángeles, un movimiento que fortaleció al equipo de California
que pinta para ser candidato a la Serie Mundial.
Los azules completaron el
negocio más grande en la historia de la franquicia, en el canje se involucran a
nueve jugadores y un aproximado de un cuarto de billón de dólares en salarios.
González, pieza central en el cambio llegó a Los Ángeles juntó a Punto,
Beckett, Crawford –recién operado del codo- y el lanzador de liga menor Ruby De
La Rosa. Boston recibe a James Loney, Jerry Sands, Iván de Jesús Jr, el
lanzador Jerry Webster y a dos peloteros a ser nombrados posteriormente.
Con el movimiento el club
patirrojo se debilita y agudiza aún más la crisis que vive el manager Bobby
Valentine y sus peloteros.
Cabe recordar que hace dos
semanas se conoció una pequeña querella entre varios peloteros del equipo en
contra del manager y que llegó a oídos de los dueños del club. La situación fue
tan delicada que los problemas se ventilaron a la luz pública y los jugadores
sostuvieron reuniones con la gerencia informando que no jugarían si Valentine
seguía al frente del club.
A pesar de las tensiones Ben
Cherington, gerente general, ratifico que Valentine gozaba del agrado de la
directiva para continuar en su cargo; pero los últimos resultados distan de la
química existente.
Incluso Adrián González, había
afirmado hace poco que estaba cansado de los chismes y rumores que se hacían en
el dogout.
“Ya no se habla de béisbol en
la cueva, por eso no quiero hablar con los medios”.
Valentine:
El chivo expiatorio
La estadía de Valentine como
mánager de los Medias Rojas ha desatado varias polémicas desde que asumió las
riendas del club.
Inicio su conflicto con el ex
miembro del equipo Kevin Youkilis a quien acuso de no jugar con intensidad, lo
que generó un malestar en Dustin Pedroia, caudillo del equipo.
La situación pareció
solventarse cuando Youkilis fue cambiado a los Medias Blancas de Chicago,
semanas después.
Incluso Boston se desprendió de
Carl Crawford, pelotero que obtuvo un jugoso contrato hace un año, y que ha
sido un total desacierto esta temporada. Estará fuera hasta el próximo año por
una operación Tommy John.
Pero aún así, Valentine tuvo
que solapar las ausencias de varios estelares y a pesar de algunos movimientos
acertados, Boston no encontró el rumbo para meterse de lleno por uno de los
cupos a comodín.
Su registro de 60-66, los
coloca a trece juegos y medio de los Yankees de Nueva York en la cima de la
división este y su ostentosa nómina pudiera verse reducida si la gerencia
decide hacer una remoción interna.
Recuerden que este es un club
que ha demostrado en los últimos años que no hay jugadores franquicias e
intocables.
Que
sucederá
Por lo pronto, Boston afrontará
un nuevo comienzo. Los jugadores que llegan si bien no gozan del renombre de
sus antecesores, tratarán de demostrar que pueden ser útiles para la venidera
temporada.
Del grupo se destaca el
inicialista James Loney, que busca nuevamente estar en la élite del béisbol y
que con un escenario favorecido para los zurdos podría volver a ser el pelotero
que fue en sus inicios con los Dodgers.
Los otros dos son el campocorto
Iván De Jesús, quien pudiera asumir las riendas de utility y del prospecto Jerry Webster quien pudiera ocupar una
plaza en la rotación la próxima temporada.
Quizás los movimientos sean un
indicio que se avecinan transacciones interesantes o que iniciarán una
reestructuración para la formación de nuevas figuras.
Pero lo que no parece cambiar
es la relación entre Valentine y sus pupilos.
Se conoció que los Medias Rojas
se ahorrarían unos 261 millones de dólares en salarios hasta el 2018.
@beisboladentro
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