Tiene 22 años y forma parte
de una generación joven que se viene abriendo paso dentro de los Tiburones de
La Guaira, su nombre: Miguel González.
Este joven margariteño que
se convirtió el pasado 10 de septiembre en el venezolano 301 en jugar en las
Grandes Ligas con los Medias Blancas de Chicago, es conocido por sus cualidades
defensivas, cualidades que según los entendidos le abrirán el camino para ser
el segundo careta dentro de los patiblancos para la temporada 2014.
Por algo La Guaira le dio la
titularidad por segundo año consecutivo, mientras esperan las incorporaciones
de los grandeligas Salvador Pérez y Héctor Sánchez, peloteros que cuando se
integren, harán de los Tiburones uno de los pocos equipos en contar con tres
receptores con experiencia en las mayores.
La gerencia espera que el
joven oriental mejore el aspecto ofensivo y siga madurando su formación como
receptor.
En 13 partidos promedia para
250 con un vuelacerca y cinco remolcadas. Un promedio más que respetable para
un jugador que pasa la mayor parte de los encuentros arrodillado y expuesto a
cualquier lesión.
González ha mostrado
maduración no sólo a la hora de llamar al juego sino en sus turnos al bate,
demostrando que no es un out fácil.
Este año en ligas menores
promedio para 254 con dos vuelacercas y 20 impulsadas, entre AA y AAA. Mientras
que en el equipo grande solo puedo jugar cinco encuentros para promediar 222
(9-2).
Llamó
la atención desde joven
Apenas contaba con tres años
de experiencia profesional, y ya Miguel González estaba como invitado en los
campos primaverales por los Medias Blancas de Chicago a la edad de 19 años.
Su ascenso en las categorías
inferiores fue meteórico.
En 2008 promedio 294 con 23
remolcadas y ocho bases robadas en la categoría Novatos, y al año siguiente ya
se encontraba en la categoría AAA, donde cerró la campaña con tres encuentros.
Desde entonces los Medias
Blancas han seguido la carrera del joven venezolano a quien los elogios no han
parado desde entonces.
En Venezuela debutó el año
pasado y Marco Davalillo no dudo darle la posición mientras sus caballos se
incorporaban. No fue un año malo, bateó para 273 con un jonrón y siete
remolcadas en 37 partidos.
Su debut pasó por debajo de
la mesa ante la soberbia actuación de Salvador Pérez quien se erigió con el
Novato del Año; pero aún así González se mantuvo en el equipo grande esperando
su oportunidad.
Ahora el panorama es diferente
con la etiqueta de grandeliga, espera ser tomado en cuenta por el mánager Tony
DeFrancesco y comenzar a escribir con nombre propio su carrera en Venezuela y
en las Grandes Ligas.
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@beisboladentro
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