domingo, 3 de noviembre de 2013

Jesús Montero se adapta a la primera base


Firmado como uno de los prospectos de mayor proyección por los Yankees de Nueva York, Jesús Montero, fue el niño prodigio de la organización a rayas, que fue llevando su prometedora carrera a paso seguro.

Con un estreno por todo lo alto, Montero rápidamente demostró que los reportes ofensivos lo convertirían en una estrella. Su defensa generaba dudas, pero la organización del Bronx, estaba segura que mejoraría con el tiempo.

Lamentablemente su condición de prospecto A-1, hizo que fuera traspasado a los Marineros de Seattle, donde recibiría la oportunidad de ser regular y sin estar en una ciudad donde la presión de los medios no sería tumultuosa.

Aunque el cambio fue beneficioso para el venezolano, Montero no respondió a las proyecciones que la gerencia naviera se trazó de él. En la temporada que concluyó, Montero vivió una autentica pesadilla: perdió la titularidad de la receptoría, fue bajado a ligas menores, tuvo que pasar por el quirófano para corregir una lesión en la rodilla izquierda y, mientras se rehabilitaba conoció que Major League Baseball, lo suspendió por 50 encuentros al comprobarse que estaba vinculado a la clínica Biogénesis, encargada de suministrar sustancias prohibidas a los peloteros.
Montero se ha visto bien cubriendo la inicial

Para completar la dura situación, Seattle subió a su cotizado prospecto Mike Zunino, proyectado como el careta del futuro de la organización.

Aunque reconoció su error y prefiere dejar esa situación en el pasado, Montero llegó a Venezuela con nueva mentalidad a los Cardenales de Lara, organización que lo adquirió el año pasado en una transacción con los Navegantes del Magallanes y en la que se vieron involucradas figuras como Juan Rincón, Francisco Cervelli, Clevelan Santeliz y Gabriel Noriega.

En su segunda pasantía en la LVBP, Montero de 23 años, ha tenido como meta mejorar su ofensiva y aprender a jugar en la primera almohadilla, una petición de Seattle por sus conocidas limitaciones defensivas detrás del plato.

En 16 encuentros –ocho como defensor del primer cojín-, Montero ha realizado cinco asistencias, ha participado en 55 outs en 62.0 de entradas jugadas para 1.000 en porcentaje de fildeo.

También ha ejecutado cinco doble plays.

Si bien son pocos partidos jugados, los resultados son satisfactorios, tomando en cuenta que jamás ha jugado en esa posición.

“No ha sido fácil esa transición. Desde los 13 años estoy como receptor. A veces no sé qué hacer con la pelota cuando estoy en primera”, acotó  el carabobeño al diario El Universal, al inicio de la campaña regular.

La pasantía de Montero originalmente es hasta diciembre, aunque eso pudiera cambiar ya que Lara y Seattle mantienen un convenio de trabajo, y si los resultados son satisfactorios, es posible que su estadía sea hasta donde lleguen los larenses.

Por lo pronto, Montero se concentra en seguir aprendiendo las virtudes de jugar a la inicial y ayudar a Lara a acceder al round robín.


@beisboladentro

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