jueves, 16 de marzo de 2017

Manual para sufrir

Foto: AFP

El título quizás haga referencia a la situación política y económica que afronta Venezuela, en la que millones de personas salen diariamente a subsistir entre la compra de productos alimenticios y medicinas, a precios exorbitantes, sin que el Gobierno Nacional tome cartas en el asunto. Pero la verdad es que este artículo no hace mención sobre esa problemática, habla sobre el desempeño de la selección de Venezuela en el Clásico Mundial de Béisbol, en la que ganar se ha convertido en un suplicio donde el trasnocho acompaña el sufrimiento.

Venezuela arrancó la noche del miércoles su andar por la segunda fase de este evento, apelando a la vieja frase “borrón y cuenta nueva”, teniendo en cuenta lo sucedido en la primera ronda, pero los Estados Unidos tuvieron otra cosa que decir y vencieron cuatro rayitas por dos a los criollos en el Petco Park de San Diego.

Del lado venezolano quedó la sensación de que se pudo concretar la victoria, el desempeño de los lanzadores fue magistral, en relación al mostrado en la primera ronda. Los criollos ganaban por la mínima diferencia hasta la séptima entrada cuando la peligrosa ofensiva norteamericana comenzó a descontar. Pero tal como ha ocurrido en el desarrollo de este evento, Venezuela tampoco aprovecho el momento ofensivo, tras el cuadrangular solitario de Rougned Odor – la única novedad de la alineación -, no pudieron volver a concretar rally alguno en las dos últimas entradas.

Es justo que una selección que tiene a los últimos siete campeones de bateo en fila (seis de ellos en la Liga Americana), múltiples ganadores del Guante de Oro y Bates de Platas, este pasando por estos viacrucis para consolidar triunfo alguno. Han sido largas jornadas de trasnocho, llenas de frustración porque el pitcheo, la parte débil del equipo no ha respondido.

Seamos justos, el pitcheo tiene su cuota de culpabilidad pero tampoco ha habido ofensiva que carbure producción alguna y muchos menos las decisiones de Omar Vizquel, que si bien lo llene de halagos a través de mi red social twitter, por los movimientos ejecutados; volvió a demostrar que aún le falta pasta como dirigente, tras haber dejado de más a un Héctor Rondón que no ofreció nada en la octava entrada.
Estados Unidos dio un baño de agua fría a
Venezuela que tenía el encuentro ya definido
Foto: EFE

El relevista que hacía su estrenó con la selección, permitió cinco imparables y tres carreras que sentenciaron el encuentro a favor del equipo de las barras y las estrellas.

Quizás el nerviosismo de lanzar por primera vez en este evento lo ataco, estaba lejos de las actuaciones a las que nos tiene acostumbrado, quiero pensar que el poco tiempo que estuvo para aclimatarse a sus nuevos compañeros haya influido en ese desempeño, porque una entrada atrás, otro debutante en estos eventos, Arcenio León tampoco estuvo dominante en la lomita, pero con el virus de ineficiencia que tiene el bullpen nacional, son pocas las opiniones positivas.

Vizquel respondió a los cuestionamientos en rueda de prensa asegurando que Rondón, era el setup y hombre clave para esa entrada.

“Cuando tenemos esos caballos tenemos que darles la confianza. Él era el indicado para estar ahí”, sentenció el novel estratega.

Quizás esas palabras hayan retumbado cuando dejó al siniestro José Castillo enfrentar a Nolan Arenado con dos outs y este respondiera. Pero ante Rondón no pareció ser el caso, el criollo jamás se vio dominante en el montículo, tras los vuelacercas de Adam Jones (que empató la pizarra a dos) y el otro de dos carreras de Eric Hosmer, su actuación debió haber culminado, pero Vizquel dejó al relevista enfrentar a dos bateadores más que le dieron imparables, al final tuvo que sacarlo cuando el daño ya estaba hecho.

La lógica indicaba que ante tanto bateó contundente debía tener movimiento en el bullpen, incluso debió haber salido él o el coach de pitcheo, Roberto Espinoza, a dar aliento al lanzador. Pero no fue así, en una toma que hizo la transmisión se vio el rostro de Vizquel con una pasividad y una medio sonrisa que denotaba inseguridad o que en el simple criollismo estaría diciendo por dentro: “La cag….”

Y así fue, Jim Leyland, estratega de largo recorrido por el béisbol, le dio una clase gratuita al caraqueño, cuando en el cierre del noveno, ya tenía dos brazos calentando en el bullpen después que Miguel Cabrera conectará hit al cerrador Luke Gregerson, cuando este no había llegado ni siquiera a diez lanzamientos.

Si Vizquel realmente quiere ser mánager, es hora de que comience a ofrecer sus servicios a las ligas caribeñas, para comenzar a pulirse, lo que ha mostrado en este evento no lo hace el candidato más idóneo para dirigir equipo alguno. Ni siquiera ha podido absorber algo de su cuerpo técnico que a excepción de Rouglas Odor (coach de bateo) y Roberto Espinoza (coach de pitcheo), cuenta con amplió recorrido como mánagers en Estados Unidos y en Venezuela (Carlos García, Henry Blanco, Carlos Subero, Omar López y Eduardo Pérez).
Félix Hernández tuvo una salida magistral, pero se fue sin
decisión ante la inconsistencia de Héctor Rondón. Foto: EFE

¿Y el pitcheo?, la razón de tanto sufrimiento en este evento… es la gran interrogante, tampoco podemos pensar que esta situación fuera otra si Rondón hubiera estado desde el inicio o que Carlos Carrasco, Junior Guerra y Eduardo Rodríguez se hubieran uniformado, este deporte no es cien por ciento predecible y el torneo nos ha dado sorpresas agradable como Colombia, Israel y la propia Italia.

Mientras sigan divorciados ofensiva y pitcheo es poco lo que se puede aspirar, Venezuela arranca la segunda fase como la más débil de los cuatro equipos que disputan el Grupo F, los otros República Dominicana, Puerto Rico y Estados Unidos, lucen superiores, aunque algunos hagan creer que no es así.

Pase lo que pase, la actuación de Venezuela en este evento es quizás la más negativa de las cuatro ediciones a la que ha asistido, y para echar más leña al sufrimiento, las lesiones no han sido benevolentes con las aspiraciones de llegar a la final. Perder a Salvador Pérez, Silvino Bracho, Robert Suárez y ahora a Martín Prado, son golpes psicológicos que también terminan de romper la “armonía” creada.


@beisboladentro

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