jueves, 26 de julio de 2012

Los Marlins dicen adiós a la temporada 2012


Uno de los equipos que más expectativas genero antes del inicio de la temporada regular fueron los Marlins de Miami, franquicia que cambio su nombre (anteriormente Florida), contrataron nuevo manager, trajeron algunas figuras de renombre a fuerza de chequera y crearon un aire renovador hacía sus fanáticos con la inclusión de un nuevo parque de pelota.
Pero luego de cuatro meses los resultados no han sido halagadores.
Infante y Sánchez le dan mayor profundida a Detroit en
la parte final de la temporada

Con marca de 45-52, los peces marchan penúltimos en su división a doce juegos y medios de los Nacionales, el conjunto se hunde en la desidia y la mediocridad ante la falta de producción de una ofensiva que cuenta con nombres estelares y no ha encontrado la fórmula para iniciar una seguidilla de triunfos.

Incluso, su manager Oswaldo Guillen, quien llegó en medio de las expectativas pudiera estar diciendo adiós a su puesto al finalizar la temporada.

Miami fue el más activo en la contratación de peloteros de renombre como José Reyes, Carlos Zambrano, Mark Buehrle y Heath Bell, jugadores que dieron las esperanzas a una afición de una tercera corona para el club. Incluso se mostraron dispuestos a adquirir a Albert Pujols, el agente libre más codiciado.

A pesar de las piezas adquiridas, Miami presentaba una alineación carente de poder pero que solventaba esa falacia con velocidad y bateo.

Pero como toda organización que invierte, los resultados debían ser inmediatos. Miami pasó de ser potencial comprador a un vendedor a pocos días de la fecha límite de cambios.

Miami perdió en 24 horas, tres piezas de mucho valor para el club y es posible que en las próximas horas otros movimientos se produzcan.

Increíble pero cierto, la divisa que hace menos de un mes adquirió al panameño Carlos Lee, proveniente de los Astros de Houston para darle mayor peso a la ofensiva, este hoy nuevamente pensando en conseguir prospectos para armar un team work.

Guillen sorprendido  

Si alguien sabe cómo sacar provecho de sus jugadores es Oswaldo Guillén, pero aún así el manager criollo se mostró sorprendido de ver partir a dos de sus coterráneos; Aníbal Sánchez y Omar Infante, peloteros que estaban dando resultados en sus posiciones, fueron traspasados a los Tigres de Detroit a cambio de tres prospectos.

Guillén, pidió a la fanaticada que no le echen la culpa a la directiva, pues han sido los jugadores y técnicos los que han generado el escenario para que la gerencia tome las decisiones de salir de algunas piezas.

Hanley aceptó mudarse a la tercera
base a regañadientes por la llegada
de José Reyes, quizás influyó en su
desempeño con el madero
Pero lo que jamás pensó el mirandino fue que la gerencia tiraría la toalla al desprenderse en la madrugada del miércoles del dominicano Hanley Ramírez, pelotero insignia de la organización.

Las reacciones no se hicieron esperar, la afición nuevamente se sintió defraudada de las promesas que realizó el conjunto, la puesta en escena de un nuevo estadio y una renovación en su imagen, dieron esperanzas de que venían cosas mejores. Pero esta nueva versión de los Marlins, no dista de su antecesor Florida quienes armaban “trabucos” para deshacerlos en cuestión de meses.

Si bien el cambio estaba dando resultados. Los movimientos realizados entre martes y miércoles representan un duro golpe a la taquilla del club naranja y negro. La apuesta para atraer a los fanáticos e identificarse con la franquicia pudiera deshacerse en los próximos días y repetir la historia que ha venido sucediendo en los últimos años.

La temporada para los Marlins finalizó antes del propio 31 de julio, fecha límite para hacer transacciones sin pasar por la figura de waivers. Ahora los rumores indican que Miami estará dispuesto a entregar a Josh Johnson, lo que daría la estocada final a una temporada que lucía soñada y prometedora para convertirse en una pesadilla.

@beisboladentro

No hay comentarios:

Publicar un comentario