viernes, 28 de noviembre de 2014

Luís Sojo es cesanteado como mánager de los Tigres de Aragua


Dirigir en la LVBP es sin duda una ruleta rusa.

Hoy puedes decir que fuiste el campeón y mañana puedes estar despedido de una manera injustificada. Hoy puedes señalar que fuiste el mánager del año y que fuiste cesanteado por diferencias. Hoy puedes decir que tu registro vitalicio es exitoso, pero la gerencia no creyó en tu trabajo.

Existen diferentes justificaciones para que un club decida prescindir del mánager. La armonía en el dogout y la relación con tus peloteros juegan mucho, pero basta para tener una racha adversa para que la planificación se caiga y con ello las opciones de seguir dirigiendo.

En una temporada atípica para algunos dirigentes, muchos pensarán que Carlos García, Buddy Bailey, Félix Fermín y Henry Blanco, debieron dejar sus cargos hace un buen rato. Aunque Fermín logro engranar las piezas en los Cardenales de Lara y García ha comenzado a llevar a Navegantes del Magallanes a puerto seguro, hay otros que han recibido la venia de continuar pese a los resultados adversos.
Sojo llegó a Aragua en medio de una reestructuración,
su nombre incluso no fue el primero de la lista sino
el de Álvaro Espinoza

Pero como cae Luis Sojo en esta situación
.
El petareño había sido el responsable en el resurgir de los Tigres de Aragua, equipo que se reestructuró en la temporada muerta con varias piezas, los resultados avalaban un buen augurio para una nueva dinastía, pese al inicio arrollador de Caribes de Anzoátegui y Águilas del Zulia.

Pero un registro adverso de 2-8 en los últimos diez partidos bastó para que los aragüeños fueran relegados al cuarto lugar y con ello las opciones de Sojo de continuar al frente de los bengalíes.

Es culpable Sojo del descalabro de los Tigres, yo diría que no, cualquier racha adversa no es motivo de un despido, sino los Tiburones hubieran salido de Bailey tras las once derrotas en fila, ojo esto no quiere decir, que Bailey este a salvo, pero el béisbol es un deporte de rachas, y la gerencia consideró que Sojo no estaba siendo efectivo como a comienzos de temporada.

Aragua marcha cuarta en la tabla de clasificación con marca de 21-19.

Es la segunda ocasión que el petareño es apartado del cargo tras una racha adversa, la primera ocurrió en diciembre del año pasado cuando a horas de iniciarse el round robin fue despedido por el Magallanes, equipo que clasifico al todos contra todos en medio de una temporada atípica.

Carlos Subero, será el reemplazo de Sojo y se espera que tome el mando de los felinos la próxima semana.

Paciencia
El caso de Sojo recuerda la salida de Dave Hudgens en noviembre de este año. En ese entonces, el mánager del Caracas sentenció que su salida se debió a la presión de la gerencia por ganar encuentros, más allá del exitoso registro del americano como dirigente en el país (177-142).

Sucedió algo similar con Sojo en Aragua. Pudiéramos señalar que sí, pues Aragua hasta hace una semana estaba cómoda en el tercer lugar con una amplia ventaja sobre el Magallanes que estaba en la cuarta casilla.

Si hay un equipo que estuvo activo antes de iniciarse la campaña fue Aragua, equipo que renovó en su totalidad su plantilla con el objetivo de ganar de inmediato.

Habrá que ver si Subero mantiene el equipo en los puestos de clasificación.

Esta no será la última vez que Sojo sea mánager en Venezuela, más allá de sus detractores, el mirandino ha demostrado ser ganador y es probable que su nombre vuelva el próximo año.


@beisboladentro

lunes, 17 de noviembre de 2014

El día que el junior cambio el béisbol para siempre


Cuenta la leyenda que Luis Aparicio Ortega “El Grande”, estaba listo para decir adiós al béisbol en la temporada 1953-1954 con el Gavilanes, se había predestinado el 17 de noviembre como el día en que el padre le cedería el testigo al hijo en el recordado estadio  Olímpico de la ciudad de Maracaibo, pero un fuerte aguacero impidió que el juego se llevará a cabo, quedando para el día siguiente el acto de retiro del jugador.

Fue así como un 18 de noviembre, día de la patrona del estado Zulia, la Virgen de la Chiquinquirá, Luis Aparicio padre, cedió su puesto para que su hijo Luis jr debutará al profesional. De esta manera nacería una leyenda que durante las siguientes dos décadas lo convertirían en el mejor campocorto del béisbol.

En una temporada donde se rinde tributo a sus 30 años de ser exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown y 80 de vida, Aparicio es la figura más importante del béisbol venezolano en los últimos 50 años. Los logros alcanzados tanto en el país como en el béisbol estadounidense, lo colocan en un sitial especial, reservado para aquellos que marcaron un antes y después en este deporte.

Han transcurrido 61 años de aquel inolvidable momento y millones de reportajes se han escrito acerca de este zuliano, modelo de constancia y superación. Una figura que siguió al pie de la letra aquella frase que su padre le inculco cuando éste le dijo que quería ser pelotero profesional: “Nunca seas segundo de nadie, sino el número uno”.

Y así fue, Aparicio se constituyo en el número uno en todos los aspectos del juego y cuando supo que sus condiciones comenzaron a mermar, dio un paso al costado y no romper aquella promesa que le hizo su padre.

Su recompensa llegaría once años después de su retiro, cuando en su sexto año en las boletas lideró las votaciones para los nuevos miembros del Salón de la Fama, por encima de Don Drysdale y Harmon Killebrew. En Venezuela, recibió el homenaje más grande que un jugador puede tener, el retiro de su emblemático número 11 de todos los equipos que hacen vida en la LVBP, un honor que pocos pueden tener.

Nacido en Maracaibo un 29 de abril de 1934, abandonó sus estudios para iniciarse en el béisbol amateur en 1949, inspirado en las hazañas de su padre, quien era considerado el más grande jugador amateur en ese entonces y se encontraba participando en su cuarta campaña como profesional en la naciente Liga Venezolana de Béisbol Profesional.

A los 19 años, sustituirá a su padre en el campocorto del Gavilanes para la campaña 1953-54, fue tal su desempeño que fue galardonado con el Novato del Año al concluir con promedio de 244 con 31 anotadas, 8 bases robadas y 11 carreras impulsadas.

Los Leones del Caracas obtendrían sus servicios para la siguiente temporada. Aunque su promedio cayó a un 191, se robo 21 bases para ser líder en ese departamento.

Aparicio se ausentó de la pelota venezolana en un lapso de nueve años en parte a su meteórico ascenso en las mayores con los Medias Blancas de Chicago.

Al volver en la campaña 1963-1964 con los Tiburones de La Guaira ya era una estrella a nivel nacional. Con los salados estuvo seis temporadas antes de partir a las Águilas del Zulia, que eran dirigidas por su padre en la temporada 1969-70. Ese año tomaría las riendas del club tras su despido. Para la 1972-73 jugaría con los Cardenales de Lara hasta su retiro dos temporadas después.
Con Alfonso "Chico" Carrasquel en su estreno en 

las mayores con los Medias Blancas de Chicago

Inicio su faena de técnico con Lara, Zulia, Caracas, Navegantes del Magallanes, La Guaira y Petroleros de Cabimas, este fue su talón de aquiles, pues no logró el éxito que tuvo como jugador. Su récord como manager fue 155 victorias y 210 derrotas.

De Novato del Año al Salón de la Fama
Firmado por los Medias Blancas de Chicago, Aparicio solo permaneció dos años en ligas menores, cuando recibió la noticia de que sería el campocorto de los patiblancos para la temporada de 1956. Tendría el amargo placer de sustituir a quien consideraba su ídolo y mentor Alfonso Carrasquel, quien sería cambiado a los Indios de Cleveland.

Para ese entonces había estupor en la Ciudad de los Vientos, Carrasquel era un autentico ídolo en el equipo y cuando se le pregunto al dueño del equipo porque cambió a Carrasquel para entregarle el puesto a un novato, éste respondió: “Tenemos una máquina de hacer outs llamada Louis Aparicio”.

Rápidamente Aparicio se metió en el bolsillo a la afición de Chicago, gracias a su pimentoso juego y excelsa defensa. Él impuso nuevamente el robo de base en las mayores que había desaparecido gracias a las proezas de Babe Ruth, Lou Gehrig y compañía. Fue galardonado Novato del Año, siendo el primer latinoamericano en llevarse la distinción.

La leyenda continúo en los siguientes años al establecer un tope de nueve años consecutivos siendo líder en estafadas en la Liga Americana, algo que figuras como Rickey Henderson, Maury Wills, Kenny Lofton, Vince Coleman, Tim Raines, entre otros no pudieron lograr.

Fue el primer venezolano en debutar en una Serie Mundial y aunque los Dodgers de Los Ángeles salieron airosos en 1959, Aparicio saboreo las mieles del éxito en 1966 con el uniforme de los Orioles de Baltimore.

Su etapa en las mayores estuvo compuesta por Chicago (1956-1962, 1968-1970), Orioles de Baltimore (1963-1967) y Medias Rojas de Boston (1971-1973), en 1974 en pleno entrenamiento primaveral Aparicio recibió la noticia de que no sería el campocorto regular de los patirojos sino Mario Guerrero, y fue cuando recordó las palabras de su padre, allí decidió poner fin a su carrera como pelotero, pese al interés de los Rojos de Cincinnati de contratarlo para que fuera mentor de David Concepción.

Entre sus logros además de su liderato en bases robadas y del anillo de Serie Mundial. Aparicio se retiro siendo el líder entre los campocortos en juegos jugados (2.581), asistencias (8.016), lances aceptados (12.564), dobleplays (1.553), nueve Guantes de Oro, 13 asistencias al Juego de Estrellas en las que impuso el récord de más outs realizados en estos eventos con 15, outs realizados (4.548), 7 veces líder en asistencias de manera consecutiva, 7 años consecutivos como líder en lances aceptados y 2.677 hits como campocorto.

En 1959 finalizo segundo en la votación al premio Jugador Más Valioso de la Liga Americana que ganó su compañero Nellie Fox.

Otros logros alcanzado por Aparicio en su carrera es que en seis oportunidades conecto cinco hits en un partido y disparo dos grand slam en su carrera (4 de septiembre de 1963 con Baltimore y 10 de abril de 1971 con Boston). Su promedio de 313 en 1970 fue el mayor average para venezolano alguno en las mayores hasta el 370 conseguido por Andrés Galarraga en 1993.

En 1984 lideró las votaciones al Salón de la Fama en su sexto intento con un 84,62% (341 votos) por encima de Harmon Killebrew y Don Drysdale.

Aparicio cuenta con mucho énfasis que cuando hicieron el anuncio de su escogencia al Salón de la Fama, no tenía claridad de la magnitud del asunto. Él se entero de su exaltación en la carretera en compañía de Carlos González, ya que para ese entonces era comentarista deportivo de RCTV y ambos escucharon a Delio Amado León por la radio decir la noticia. Los titulares no se hicieron esperar por el logro alcanzado en la historia deportiva del país.

Su discurso aquella tarde del 12 de agosto fue corto pero muy emotivo.

Así fue Aparicio una figura que siempre se mantuvo sereno y alejado de los escándalos. Una persona como cualquier otra. Desde hace más de dos décadas vive en Lara y esta temporada recibe un reconocimiento más que merecido justo.

Una gloria que aún levanta alegría y tumultos cuando su nombre es pronunciado.

Sabias que…
En su estrenó con el Gavilanes, el mánager Ralph Krees, colocó al viejo Aparicio en su alineación como campocorto y primer bate. Este solo dejo pasar un envío del lanzador de Pastora, Howie Fox, y Krees pidió tiempo para hacer el cambio. Así, el padre, le entregó el bate a su hijo, quien falló con rodado a la inicial en su primer turno como profesional. Su tío, Ernesto, dueño del conjunto rapaz, presencio junto al público presente la inolvidable escena.

Enlace relacionado
Hace 59 años, Luis Aparicio debuto en la LVBP

@beisboladentro

65 años del debut de “Camaleón” García en la LVBP


Desde que piso por primera vez un terreno de juego, Luís “Camaleón” García, se convirtió en el primer slugger en la historia de la LVBP, eso sucedió un 17 de noviembre de 1949, cuando lo hizo con los Navegantes del Magallanes.

Ese año se llevó la distinción de Novato del Año, después de batear para 247 con dos vuelacercas y 22 carreras remolcadas. Tenía 21 años y un futuro prometedor.

Nacido en Carúpano, estado Sucre, el 11 de septiembre de 1929, García fue probablemente el mejor tercera base en su época no sólo por su calidad con el guante, sino también por su poder ofensivo.

Defendió los colores de Magallanes (1949-1956; 1964-1969), Oriente (1956-1963), Orientales (1963-1964), Leones del Caracas (1969-1970) y Tiburones de La Guaira (1970-1971), fueron 22 temporadas en las que conectó 1.065 imparables, 183 dobles, 21 triples y 63 jonrones. Empujó 533 carreras anotó en 455 ocasiones. Además tiene el récord de más veces al bate (2.247) con Magallanes y en una temporada sacó 11 pelotas del parque, convirtiéndose en el primer pelotero en sobrepasar la cifra de diez vuelacercas.

Camaleón logró además batear, en dos ocasiones, tres cuadrangulares en un partido; y se convirtió en el primer jugador en conseguir 1000 imparables.

En postemporada dio 117 hits, 18 dobles y tres jonrones; anotó 36 carreras e impulsó 45 rayitas.

Al momento de su retiro, era dueño vitalicio en cuadrangulares y remolcadas.

Fue exaltado al Salón de la Fama del deporte venezolano en 1985, y al Pabellón de la Fama del Béisbol del Caribe en el año 2000.

Nunca llegó a las Grandes Ligas, pero su talento le permitió ser exhibido en México donde participo con los Leones del Yucatán (1956-1957), Petroleros de Poza Rica (1958-1968) y Rojos del Águila de Veracruz (1966).

En sus diez años en el béisbol mexicano consiguió 171 vuelacercas y 759 remolcadas, además de participar en nueve Juegos de Estrellas de manera consecutiva.

En diciembre de 2013, sufrió un accidente cerebrovascular, lo que derivo a complicaciones en su estado de salud, falleciendo el 9 de enero de 2014 a los 84 años de edad.

La liga decidió que el actual campeonato llevara su nombre en el trofeo del equipo campeón.

El dato
Camaleón es líder vitalicio en Magallanes en los departamentos de veces al bate (2.247), anotadas (307), hits (682) y dobles (116)

@beisboladentro

domingo, 16 de noviembre de 2014

¿Será el año de las Águilas del Zulia?


Estos son los hechos…

Con la blanqueada que les propinaron a los Cardenales de Lara el día sábado, las Águilas del Zulia llegaron a 23 triunfos por solo 7 reveses para mantenerse medio juego arriba de los Caribes de Anzoátegui, en la tabla de clasificación. El conjunto zuliano tiene marca de 20-3 cuando anota tres o más carreras y 17-0 cuando llega con ventaja al 7mo episodio.

Semejantes estadísticas hacen pensar que los emplumados son serios candidatos al título esta temporada, su proyección de triunfo es de 48, con lo que dejaría atrás el registro que el Pastora logró en el campeonato rotatorio en la campaña 53-54.

Pero cuál ha sido la clave del éxito de los zulianos esta temporada.

Las dudas se hicieron presentes cuando a inicios de campaña el cuadro rapaz no tendría a Ernesto Mejia, José Pírela, Marwin González y Ender Inciarte, baluartes del equipo naranja en los últimos años. Para paliar esas ausencias, la gerencia aposto por importados de calidad, quienes han ayudado en la ofensiva y en el pitcheo al cuadro marabino en este exitoso comienzo.

Las Águilas serían favoritos indiscutibles si Carlos González, Ernesto Mejía, Marwin González y Humberto Quintero, hubieran dichos presente este año. Pero el cuarteto importado encabezado por Mark Minicozzi, Aaron Altherr, Carlos Moncrief y Giovanni Urshela, ha sido la principal razón para que los zulianos sean los mejores del torneo.

Ofensiva rapaz
Este cuarteto promedia 350 (365-128) con 70 remolcadas y 9 cuadrangulares, convirtiéndose en el corazón ofensivo del club. A ellos se les ha unido José Pírela (4 jonrones), Ender Inciarte, Reggie Corona y Hernán Pérez, quienes se han sumado al buen momento zuliano.

Asimismo, la conducción de Eduardo Pérez ratifica su maduración como técnico demostrando que los inconvenientes ocasionados en el pasado quedaron atrás.

Con Pérez, las Águilas iniciaron su seguidilla de seis campañas asistiendo de forma consecutiva al round robin, instancia en donde las cosas no han salido bien planificadas. La deserción de figuras claves y una mala elección en las rondas de sustitución han hecho que enero se convierta en un calvario para el equipo naranja, que ahora luchará por demostrar que esa maldición pudiera romperse este año.

Cuando la temporada comienza a calentarse, las Águilas comenzaran su lucha por mantener su núcleo intacto pese a las inminentes salidas de Aaron Altherr y posiblemente Giovanni Urshela. El primero por contrato y por deseo de estar descansado para afrontar el spring training con los Filis de Filadelfia el próximo año, mientras que el segundo espera por una decisión de los Indios de Cleveland de mantenerse o no jugando en el país.

Tanto Alther como Urshela son primeros y segundo en remolcadas en la liga con 24 y 22 respectivamente.

El arribo de Jason Pridie, quien entraría por Altherr, es un aviso de que la gerencia emplumada no se duerme y aunque las características de Pridie es más de un robador y excelente defensiva, estas se acoplan al juego que Pérez ha mantenido esta temporada.

Con siete grandeligas en su roster de los nueve que jugaron este año en las mayores (Álex Torres, Hernán Pérez, Freddy Galvis, José Pírela, Ender Inciarte, Leonel Campos y Sandy León), las Águilas afrontan casi la mitad del calendario con la convicción de que esta temporada el sexto gallardete es una realidad.

La maduración de sus peloteros y el buen atino de la gerencia en sus importados ha servido para que marchen cómodos hacía su clasificación.

La cifra

40 triunfos ha sido la mayor cantidad de triunfos en una temporada para las Águilas del Zulia, eso sucedió en la temporada 1981-82 y 1983-84, éste último año se coronaron campeones en la LVBP y en la Serie del Caribe.

@beisboladentro

lunes, 10 de noviembre de 2014

Ser mánager y no morir en el intento


Mientras redactaba este artículo que por cuestiones de tiempo no podía concluir, se produce el primer despido de un mánager en la LVBP, Dave Hudgens, quien no pudo ofrecer los resultados que la gerencia de los Leones del Caracas deseaba. De esta manera reformulo y presentó mi artículo a continuación.
Dave Hudgens, no produjo lo necesario para llevar
al Caracas por la senda de los triunfos

Muchos gerentes conforman un club de acuerdo a las indicaciones y carencias de un mánager, estas inversiones en su caso requieren de resultados inmediatos y en ocasiones de un proyecto a corto plazo, un ejemplo de esto puede ser Buddy Bailey con los Tigres de Aragua, resultado más que conocido por todos.

Pero también hay proyectos que han fallado por la necesidad de triunfar de inmediato, ocasionando que la piedra débil del eslabón sea la culpable: el mánager.

Por allí pasaron Mako Olivares (Águilas del Zulia), Luis Dorante (Bravos de Margarita), Carlos Subero (Tiburones de La Guaira), Phil Reagan (Bravos de Margarita), Luis Sojo (Cardenales de Lara), Álvaro Espinoza (Caribes de Anzoátegui), entre otros, que llegaron con credenciales pero la gerencia no espero que el proyecto floreciera.

La relación entre la gerencia y un mánager es como la de un padre y su hijo. Es una figura que sirve de mentor para guiar los pasos que si no cumples, produces una ruptura en la confianza y tornas la relación con mucha inseguridad, y por ese calvario paso Jesús Alfaro con La Guaira, Carlos Hernández y Frank Kremblas (Leones del Caracas), Gregorio Machado (Navegantes del Magallanes), Omar Malavé (Caribes de Anzoátegui) o Marco Davalillo (Bravos de Margarita).

La premisa aplica a lo que se vive esta temporada con Henry Blanco (Margarita), Buddy Bailey (La Guaira), Félix Fermín (Lara) y Carlos García (Magallanes), técnicos que gozan de plena confianza por parte de las gerencias de cada club, pero que es probable que la paciencia pudiera no ser benevolente con ellos.

Iniciamos con Fermín, mánager que se estrena en nuestra pelota pero que viene curtido como uno de los máximos ganadores en la República Dominicana. Los crepusculares cerraron el primer de temporada en el foso de la tabla de posiciones y todo parecía indicar que la salida del afamado técnico estaba cantada.
Félix Fermín no ha rendido lo esperado tras ser uno de
los mánagers más exitosos en República Dominicana

Carlos Miguel Oropeza, gerente de los pájaros rojos aseguro que Fermín tenía toda la confianza para seguir en el cargo y este comenzó a generar resultados tras esas declaraciones. En estos primeros nueve días del mes de noviembre, Lara abandono el último lugar y ha comenzado a ganar encuentros.

Fermín se ha adaptado a la pelota venezolana y se ha complementado con sus dirigidos, algo sumamente valioso para generar resultados.

La experiencia de Henry Blanco como jugador nadie la pone en duda, pero de allí a darle la oportunidad de ser mánager sin ninguna experiencia, representa un arma de doble filo para la gerencia de los Bravos de Margarita, que no dudaron del liderazgo que Blanco puede infundir en el elenco insular.

Los resultados no han sido halagadores para un conjunto que fue muy activo durante la temporada muerta. Tobías Carrero e Yves Hernández realizaron cambios para evitar un tercer año consecutivo fuera del round robin.

Seguirán confiando en Blanco o es hora de ver otras opciones para que Margarita salga de la crisis en que está sumida.

Y si de crisis se trata La Guaira afronta la más dura.

Una cadena de diez derrotas en fila no fueron suficientes para encender las alarmas en el seno guairista, la gerencia sabe que Buddy Bailey tiene la experiencia para enderezar el rumbo y mantener a los Tiburones navegando hacía la clasificación.

Clasificación que luce cuesta arriba si tomamos en cuenta el ritmo ganador que Caribes, Águilas y Tigres llevan en estos momentos. La Guaira no ha bateado con gente en posición anotadora y su promedio de carreras por juego es la peor del campeonato, de allí a que su registro refleje el mal momento que viven.

Francisco Arrocha conoce el historial de Bailey en esta liga y sabe que vivió una experiencia similar cuando estuvo al frente de los Tigres hace unos años atrás. El proyecto de los Tiburones es ambicioso y Bailey se presenta como el arquitecto de esa ambición. Pero que tan profundo pueden seguir cayendo los Tiburones para mantener al estratega norteamericano al frente de la divisa.
Será Bailey capaz de hacer ganador a La Guaira

En lo personal, Bailey sobrevivirá a su primera experiencia, a su favor está que La Guaira no cuenta con el mismo núcleo del año pasado y las piezas que en el papel parecían darle el favoritismo no se han reportado por completo al club.

Hablar de nombres como Carlos Sánchez, Miguel Rojas, Luís Sardiñas, Gregor Blanco, Henderson Álvarez, Renyel Pinto, Héctor Sánchez, Salvador Pérez, Alcides Escobar, entre otros, juntos en una alineación hacían soñar a más de uno, pero no están y la planificación cambia por completo.

Bailey ha aprovechado el talento emergente y ha sacado provecho de ello, pero aún adolecen de piezas valiosas para enrumbarlos hacía la clasificación.

Caracas lo supo y no espero por los resultados de Dave Hudgens, de allí su salida. 

Una cosa contraria a la que vive Carlos García con el Magallanes, club que pese al mal arranque tiene fe en el estratega.

¿Continuarán los despidos en la LVBP?


@beisboladentro

sábado, 8 de noviembre de 2014

La importación sigue siendo una lotería en la LVBP

Que un equipo acierte o no con su importación va más allá de los nombres anunciados antes de comenzar la temporada. En el terreno es donde se generan los resultados y se puede comparar quién rindió más. Cuando un extranjero produce poco, los equipos se mueven rápidamente en la búsqueda de su sustituto. 

Los números del jugador están atados a su permanencia en la liga. “Es como una lotería. Los ocho equipos traemos peloteros que puedan rendir”, explicó Ruperto Machado, gerente general de las Águilas del Zulia, uno de los clubes más exitosos con sus foráneos en la presente campaña. “Cuando armas la importación te basas en los huecos que dejarán los criollos por restricciones o limitaciones de sus clubes en Grandes Ligas. Hay que tapar esos vacíos”, agregó. 

Richard Gómez, coordinador deportivo de los Cardenales, opina lo mismo. “Al no tener a quien utilizaríamos como nuestro cuarto bate (Jesús Montero) y Luis Valbuena, nos vimos obligados a traer más ofensiva”, comentó.

Aunque Lara ocupa la penúltima casilla de la tabla, Gómez considera que el desempeño de sus importados ha sido el esperado. “Tal vez las decepciones han sido la baja de (Joe) Thurston, quien no está bateando lo que siempre uno vio de él, y el descontrol del Will Lamb”, mencionó.
Giovanny Urshela ha sido factor determinante para
las Águilas del Zulia esta temporada

Tigres, ubicado en los puestos altos de la clasificación, también está satisfecho con sus forasteros. “Todos han estado como lo esperábamos, excepto Mike Hessman, aunque sus números no fueron del todo mal, porque tuvo un buen porcentaje de embasado, pero lo trajimos fue para que empujara carreras y lamentablemente no pudo hacerlo”, mencionó Illich Salazar, gerente deportivo de Aragua.

La pronta sustitución de un importado puede terminar siendo un acierto, como ocurrió con Magallanes, equipo que despidió al cerrador Bobby Korecky y le dio la responsabilidad de los salvados a Hassan Pena. “Ahora tenemos al cerrador que no teníamos en un principio”, dijo hace poco el mánager Carlos García.
“Nosotros buscamos peloteros responsables, que conozcan el país y sus problemas, que estén dispuestos a pasar la Navidad con el equipo. Que se conviertan en un criollo más y quieran repetir”, agregó Ruperto Machado.

En cifras
*85 foráneos
Han visto acción en las primeras cinco semanas de campeonato

*.343 average
De los forasteros de las Águilas, quienes han remolcado 50 carreras

*19 impulsadas
Las que impulsaron los foráneos de Tiburones en los primeros 23 juegos

*13 extranjeros
Han jugado este año con Tiburones, el equipo que más importados ha activado



      Los más fríos
Bateador Equipo JJ H CI CA HR AVG
Thomas Pham* Leones 14 7 4 7 2 .143
C.J. Retherford* Tiburones 19 14 7 4 1 .200
Aaron Hicks* Bravos 16 11 4 10 1 .220
Jake Opitz Navegantes 13 11 3 3 0 .234
Josh Whitesell Leones 22 16 13 8 2 .235
Lanzador Equipo JL G-P-S IL K BB EFE
Steve Hammond* Bravos 3 0-1-0 4.1 2 6 10.38
Bobby Korecky* Navegantes 5 0-0-0 3.0 2 4 9.00
Mark Serrano Caribes 5 1-2-0 20.1 7 4 6.64
Yoanner Negrín Leones 4 0-3-0 14.0 10 6 6.43
J.C. Sulbarán Tiburones 4 0-4-0 17.0 13 5 5.82
* Ya no está con el equipo
Los más calientes
Bateador Equipo JJ H CI CA HR AVG
Mark Minicozzi Águilas 22 31 12 13 2 .408
Giovanny Urshela Águilas 22 35 19 13 2 .389
Álex Castellanos Tiburones 14 16 8 6 3 .327
Brandon Allen Caribes 21 22 13 13 4 .286
Paulo Orlando Cardenales 24 25 18 11 4 .284
Lanzador Equipo JL G-P-S IL K BB EFE
Cody Hall Caribes 10 0-0-7 10.1 12 1 0.00
Sergio Pérez Águilas 4 2-0-0 21.0 10 9 1.29
Jon Hunton Tigres 11 0-0-3 10.1 5 3 1.74
Buddy Baumann Tiburones 4 0-0-0 15.0 15 8 1.80
Eric Berger Bravos 5 3-1-0 26.2 14 5 2.70



Por Omúr Sojo
Líder en Deportes

martes, 4 de noviembre de 2014

Juan Vené: “El beisbol me costó dos matrimonios”

Comparto con ustedes este trabajo periodístico de Ignacio Serrano, publicado el 3 de noviembre en su página web www.elemergente.com, en la cual entrevisto a Juan Vené, orgullo del periodismo deportivo en Venezuela y recientemente miembro del Salón de la Fama de nuestro país. Honor a quien le merece por su dilata carrera.

Hubo un tiempo en que Juan Vené no era Juan Vené, sino José Machado. Todavía lo es en su cédula de identidad, en realidad, aunque pocos lo saben. Sí saben, en cambio, de su trayectoria larga y nutrida, que acaba de darle un lugar en el Salón de la Fama del Beisbol en Venezuela.

Célebre desde sus tiempos como “El periodista viajero”, nunca dejó de ir al estadio anhelando ver un extrainning. Es un enamorado del reporterismo y del béisbol.

-¿Cuándo nació su deseo de ser periodista?
-Yo nací reportero. En primaria estudie interno, y las cartas que le escribía a mamá y papá eran verdaderos reportajes, contándoles todo lo que hacía en el colegio. Luego, en secundaria, cuando necesité trabajar para colaborar con la casa y para mis gastos, empecé a escribir para una revista de toros de México. Todas las semanas tenía que mandar algo, y en Venezuela había novilladas cada domingo. Tenía 15 años de edad.

-Y no paró desde entonces.
-Terminada la secundaria, escribir no estaba en mis planes. Entré a una compañía teatral y hacía un personaje de comedia, llamado Juan Vené. Juan por Juan Bimba, Vené por Venezuela. Era un llanerito, con sombrero de cogollo, franela blanca y alpargatas. Recorrimos muchos lugares. Nos presentamos en los cines, durante los intermedios, y en estaciones de radio. Estando en Maracaibo, el grupo se disolvió y me quedé allá, sin dinero. Entonces, llegaron unos caraqueños a la pensión donde me estaba alojando. Iban a fundar La Noticia Gráfica. Era 1947. Entre ellos estaban Raúl Hernández, Carlos Flores, José Sardá. Terminamos siendo amigos y un día me vi como reportero del diario. Y hasta hoy.

-¿Qué cosa disfrutaba más de su vida en el teatro?
-Me encantaba la aventura. Ir pueblo por pueblo, de Caracas a Bogotá. Bailar joropo, recitar. Era muy divertido. Y pagaban por eso.

-¿Y cómo fue que ese personaje trascendió al periodismo?
-Seguí siendo Juan Vené por inercia. Como me llamaban así, así seguí firmando. Además, era más comercial que José Machado Yanes.

-Al final, usted siempre mantuvo esa vinculación con el espectáculo.
-Y escribí mucho tiempo de farándula. Mi columna se llamaba El otro canal. Organicé el Guaicaipuro de Oro por muchos años.

-¿Qué disfruta más? ¿La tragedia o la comedia?
-La comedia, por supuesto. Siempre elijo comedia. Mi autor favorito es Enrique Jardiel Poncela. Y Aquiles Nazoa, Andres Eloy Blanco. Me gusta el humorismo fino.

-¿Llegó a sentir esas mariposas en el estómago, antes de presentarse?
-Voy a cumplir 86 años de edad en enero. He dado mi charla La historia del beisbol más de 100 veces y siempre siento las mariposas en el estómago. Son tus aliadas.

-¿Echa de menos aquella etapa de su vida?
-Lo echo de menos y siento envidia sana de todo lo que se podía hacer en el escenario, sobre todo el humorismo. Pero es imposible realizar simultáneamente dos carreras tan difíciles. Creo que nací más reportero que actor cómico. Y he sido feliz. Esta es una profesión de pocos ingresos y muchas satisfacciones, que volvería a vivir.

-Usted se labró gran fama. ¿Le tocó también lidiar con la parte incómoda de la profesión? ¿Algún pelotero le trató groseramente?
-La mayoría de las veces, mi relación con los peloteros ha sido extraordinaria. Pero Cecilio Guante casi me mata una vez, si no es por la intervención de Álvaro Espinoza. Él estaba con los Yanquis. El manager Lou Piniella lo mandó a calentar y él le dijo al coach que tenía un uñero, que no podía. Piniella me lo contó y lo publiqué, diciendo que Guante probablemente no conocía la historia de Lou Gehrig y Wally Pipp. Le molestó. Quería golpearme. Y medía como medio metro más que yo. Ha habido otros peloteros antipáticos, claro. Por supuesto que Barry Bonds. Y Rod Carew, después de que jugó en Venezuela, no sé por qué cogió odio contra los periodistas de habla hispana.


-¿Qué ha sido lo mejor de su carrera?
-Las atenciones que siempre recibí como reportero mientras vivía en Nueva York, tanto de los Yanquis como de los Mets. Tenían una noticia y me buscaban. Me llamaban para decirme: “Estamos haciendo una negociación muy importante” y me contaban. Siempre tuvieron grandes atenciones profesionales para mí.

-¿Por qué nunca hizo carrera en la pelota venezolana? ¿Era por tomarse unas vacaciones, después de las Grandes Ligas?
-Trabajé dos años con los Tigres, con Foción Serrano, y uno con los Cardenales. Me hubiera gustado seguir, pero ningún otro equipo me ofreció. Yo lo insinuaba, pero parecía que yo no tenía buen cartel. Aunque años después estuve 10 años en Barquisimeto, haciendo el programa Playball.

-¿Cuál es el episodio más curioso, insólito, que ha vivido en el periodismo?
-No sé si fue insólito, pero cuando existía Sport Grafico, yo hacía mis fotos y firmaba: “Con la cámara y el texto de Juan Vené”. Un día, entré al clubhouse de los Yanquis y fui a hacerle una foto a Mickey Mantle. Estaba todo vendado, porque padecía de ostiomelitis. Parecía una momia. Me detuvo y me dijo que él prefería no ser retratado así, aunque iba a colaborar conmigo. Me quedé en el clubhouse y se me olvidó Mantle. De pronto, oigo a alguien diciendo: “Venezuela, Venezuela”. Era Mantle, llamándome para que le hiciera las fotos. Ese día, le hice un rollo entero.

-¿Puede elegir a un pelotero favorito, entre tantos?
-Uno que no vi jugar: Babe Ruth, Él cambió el beisbol. Entre mis contemporáneos, Luis Aparicio. Y últimamente, alguien que va a ser inolvidable: Derek Jeter. Aunque también tendría que mencionar a César Tovar y a otro que sin grandes condiciones fue uno de los más grandes: Pete Rose.

-¿Y alguna nota favorita?
-Creo que mis mejores trabajos han sido los finales de series mundiales: los ambientes de los clubhouses, lo que se vivía después. Una vez, en Filadelfia, vi a dos jovencitos desnudarse frente al estadio. Mis trabajos favoritos eran esos, cuando el beisbol deja de ser beisbol y se convierte en una fiesta, una euforia.

-Muchos quisieran vivir una carrera como la suya. ¿Cuánto le costó lograrla?
-Me costó perder dos matrimonios. Dos extraordinarias mujeres y madres, señoras de su hogar, pero que necesitaban un marido que saliera a las 8:00 de la mañana y llegara a las 12 del mediodía, con el aguacate para el almuerzo, que regresara luego a las 5:00 de la tarde y al día siguiente otra vez llegara con el aguacate. Y para mí, ningún día ha sido igual. Eso lo sabe bien Barbarita, mi esposa. En las noches, estaba en el estadio. Si pasaba algo, me iba para allá. Cuando cayó Rojas Pinilla me fui a Bogotá. Varias veces hice cosas así. Llamaba a Miguel Ángel Capriles, para decirle: “Estoy en tal sitio, mándame dólares. Esa vez, llegué a Bogotá en un avión de carga. Igual pasó cuando cayó Batista en Cuba; yo salía de una discoteca, porque era Año Nuevo, prendí el radio, escuché la noticia, y en vez de seguir a casa, me fui a Maiquetía. Llegué a La Habana en el primer avión que aterrizó tras la caída de Batista. Llegué antes que Fidel, sin dinero, sin nada. En Cubana de Aviación dejé mi reloj como garantía y me dieron 100 dólares. Con eso, pagué el taxi y llamé a Miguel Ángel Capriles, A las 24 horas, tenía dinero suficiente para todo.

-¿Cómo terminó siendo periodista de beisbol?
-Mi sueño era escribir de beisbol. No de deportes, sino de beisbol. Me gustan los toros, veo el boxeo, pero quería escribir de beisbol. Después de cubrir la Serie Mundial de 1960, fui reduciendo todo para dedicarme al beisbol en exclusiva.

-¿Fue entonces cuando se mudó a Nueva York?
-Pasé 41 años en Nueva York y llevo tres en Florida, pero no agarré una maleta y me vine. Fue un proceso. Al principio, transmitía 15 juegos y regresaba a Venezuela. Ya al tercero o cuarto año, transmitía todos los juegos, más de 200, incluyendo 20 de los entrenamientos, el Juego de Estrellas y la Serie Mundial. El Negro Prieto, mi amigo, me dijo que regresaría con las tablas en la cabeza. “Pablo Morales y yo lo intentamos y fracasamos”. Pero yo reduje muchísimo los costos. Tuve que hacer yo mismo de operador, cargar los aparatos. Mi maestro y amigo Buck Canel nunca me cobró mucho. Todo eso me ayudó. Y después, se impuso el trabajo.

-¿Cómo llegó a ser la imagen del programa Lo mejor de la Semana?
-Me llamaron porque estaban obligándolos a hacer un casting. Fui y gané. Monte Irving estaba metido en eso y me dijo que se debió a que yo podía también con los libretos. Era una versión castellana, con un guion nuevo. Inventé decir los titulares en verso y después empezaron a hacerlo en inglés, también.

-¿Qué le dicen los lectores de su columna? ¿Se comunican con usted?
-Me escriben muchos. Algunas personas lo hacen indignadas, en términos muy ofensivos. Pero le doy gracias a Dios por que exista esta posibilidad de comunicarnos, pues así sé cómo está el ambiente y qué opinan mis lectores.

-¿No ha pagado un precio por decir las cosas como las dice?
-Cuando Fernando Valenzuela fue candidato al Salón de la Fama, muchos me escribieron y respondí que en mi consideración él no tenía los méritos, que no iba a entrar. Al día siguiente, me despidieron delNorte de Monterrey, donde escribía. Al final, Valenzuela no sacó el cinco por ciento de los votos.

-¿De veras tampoco votará por Omar Vizquel cuando sea elegible?
-Si Vizquel es elegido, lo voy a apoyar, porque nuestra organización es democrática y es lo correcto. Ahora, lo de Vizquel fue una cosa casual, no sé si afortunada o desafortunada. En su programa, Ramón Corro me preguntó si Vizquel merecía ser parte del Salón de la Fama y dije que yo no le daría mi voto.
Fue exaltado junto a Damaso Blanco este año al Salón
de la Fama de la LVBP

-¿Por qué? Si fue un grande…
-Vizquel no fue el mejor shortstop de su época. Lo fueron Cal Ripken, Nomar Garciaparra, Miguel Tejada, Derek Jeter, no él. Fue un campocorto muy bueno, pero nunca fue el líder de un equipo. Cogía las pelotas y tiraba bien a primera, pero como bateador fue mediocre. Tenía ciertas habilidades, pero no era un chocador notable ni tenía poder. Corría bien las bases, pero no era Lou Brock. Fue un buen pelotero, pero no uno extraordinario, y el Salon de la Fama es para los extraordinarios. No voté por Barry Larkin, pero lo apoyo. Tampoco voté por Willie Stargell, aunque apoyo que lo hayan elegido. Paradójicamente, siempre he tenido buenas relaciones con Vizquel. Siempre.

-Pero sí votó por Concepción.
-Concepción sí fue un líder. Era el que manejaba el infield de los Rojos. Eso se ve en los videos de la Serie Mundial. Y fue tremendo bateador. Un shortstop único en su época. El otro era Larry Bowa y no era tan bueno como él. Contra Concepción conspiró que siempre compitió con figuras rimbombantes en sus 15 años de elegibilidad. Pero lo van a elegir por el Comité de Veteranos.

-¿Por qué tiene fama de ser antipático?
-Nunca traté de ser simpático ni antipático. He tratado de ser sincero y de decir lo que quiero decir. No soy un politiquero. Pero existe la envidia. Estoy seguro de que muchos habrían querido estar los años que yo estuve en el Yankee Stadium y el Shea Stadium. La envidia es natural y se expresa así.

-¿Cuál, entre todos sus libros, es el que más le enorgullece?
-Las mejores anécdotas del beisbol es un libro pequeño y muy honesto, el que más me satisface. 5.000 años de beisbol es un libro monumental, escrito con el corazón, pero tuvo varios problemas. Me quitaron la línea del tiempo, donde se decía lo que sucedía en el mundo en cada fecha, y pusieron como correctora a una española que cambió la redacción y los términos en ingles. Por ejemplo, a Jim Thorpe le pusieron Torpe. Tuve que escribirlo de nuevo. Salió muy bueno, pero no es lo que soñé. Me gustan los dos tomos de La Serie Mundial hasta 2005, porque termina con el primer manager venezolano campeón, Oswaldo Guillén, y porque tuve mucho espacio para contar anécdotas.

-¿Alguna vez se imaginó siendo parte de nuestro Salón de la Fama?
-El Salón de la Fama de Valencia tiene sólo 12 años. Tal vez por eso nunca lo pensé. Tampoco lo conocía, lo admito. He estado poco en Venezuela los últimos años. Pero es una maravilla. Por eso, decidí donarles toda mi videoteca, mi audioteca y mi biblioteca.

-¿Cuál es el equipo de sus amores? El de su infancia, el que aplaudió.

-Nunca he sido fanático. Me gustaba el Vargas, siendo niño, y pagaba un bolívar por entrar a los bleachers. Pero más que el Vargas, creo que me gustaba el equipo por los colores: las medias y gorras rojas. En realidad, nunca lloré porque un equipo perdiera ni festejé porque ganara. Siempre fui al estadio deseando que hubiera extrainning, incluso como reportero. Siempre he querido ver más beisbol.

Por Ignacio Serrano