martes, 30 de septiembre de 2014

Comienza la postemporada en la MLB



Existe la posibilidad que se juegue la Serie Mundial en una misma ciudad con Washington-Baltimore, Anaheim-Dodgers u Oakland-San Francisco. Habrá un nuevo monarca que ostente el título que los Medias Rojas de Boston conquisto el año pasado

Hoy inicia la fiesta de la postemporada y la Liga Americana abre fuego con la definición del comodín entre los Atléticos de Oakland y Reales de Kansas City, la misión es vencer o morir.

Oakland ha venido recuperando su juego pese a su descalabro en agosto que le hizo perder el primer lugar de la División Oeste, mientras que los monarcas contarán con el apoyo de su público para avanzar a una instancia a la que no accedían desde hace 29 años.

El ganador del compromiso garantiza mantenerse con vida en los playoffs y enfrentarse a los Angelinos en la Serie Divisional, mientras que para el derrotado la temporada llegará hasta hoy.

Serán cuatro los venezolanos que estarán disponibles en el lineup de este compromiso. Por los elefantes, Alberto Callaspo será el único nativo. El utility debe arrancar en la banca, donde pasó bastante tiempo en el final de ronda regular. En cambio, el careta Salvador Pérez, el camarero Omar Infante y el campocorto Alcides Escobar sí estarán entre los abridores de los Reales.

Escobar, precisamente, viene de disputar todos los juegos de la temporada (162), algo que solo habían logrado tres venezolanos en el pasado: Alfonso “Chico” Carrasquel (155JJ en 1954), César Tovar (164JJ en 1967) y Bob Abreu (162JJ_en 2001 y 2005).

Por su parte, Pérez viene de actuar en su segunda campaña completa, en la que fue titular en el Juego de Estrellas y es candidato al Guante de Oro.

Tanto para el receptor como para el campocorto será su primera participación en la fase, mientras que para Infante será su quinto playoffs -tercero consecutivo-.

Los monarcas se impusieron (5-2) ante Oakland en la serie particular de la ronda regular, sin embargo, para esta confrontación -que es a partido único- el pasado no cuenta para salir victorioso y ganarse el derecho de avanzar y jugar ante los Angelinos de Los Ángeles.

Si bien los Reales van a su primer playoffs desde 1985, muestran un line up más balanceado, una sólida defensa y un extraordinario bullpen. Los Atléticos cuentan con más experiencia, aunque en la segunda parte de la zafra exhibieron una muy disminuida ofensiva y el más bajo porcentaje de victorias en segunda mitad (.433) desde 1933. En fin, todo se define está noche en el diamante.
San Francisco y Pittsburgh deciden en la Nacional
El miércoles tocará el turno a Gigantes de San Francisco y Piratas de Pittsburgh, quienes definirán el último clasificado para enfrentarse a los Nacionales de Washington en la Serie Divisional.

Los bucaneros tras dos décadas sin postemporada, accedieron nuevamente por la vía del comodín y amparados en el bate de Andrew McCutchen, MVP de la campaña pasada, quien parece ser el artífice del resurgir de la divisa que cuenta con una camada de peloteros jóvenes con hambre de triunfo.

Entretanto, los Gigantes de San Francisco, buscarán reverdecer viejos lauros en una campaña atípica donde Bruce Bochy ha demostrado que se puede ganar sin contar con dos abridores como Tim Lincecum y Matt Caín y sin la presencia de Ángel Pagán en la alineación.

Las cartas están echadas, quienes obtendrán los boletos, lo sabremos en las próximas horas.

@beisboladentro

domingo, 28 de septiembre de 2014

El pequeño Astro fue el verdadero gigante


Nuevamente Venezuela hace historia en las Grandes Ligas.

José Altuve es oficialmente el quinto criollo con una corona de bateo en las Grandes Ligas, al superar a su compatriota Víctor Martínez en una emotiva batalla. El camarero de los Astros de Houston terminó la campaña con promedio de 341, mientras que Martínez finalizó segundo con 335.

Altuve que no estaba pactado a jugar este domingo, convenció al mánager interino Tom Lawless para que lo incluyera en la alineación y soltó dos petardos en cuatro turnos para asegurar en el terreno de juego la primera corona de bateo para un jugador de los Astros de Houston en su historia.

Con sus 225 inatrapables, Altuve amplió la marca para peloteros venezolanos, así como para la franquicia y un jugador de la segunda base.

Se quedó a 14 hits de la marca para latinos en poder de Rod Carew, quien la estableció en 1977.

Asimismo, fue el partido 65 con más de dos imparables esta temporada.

Altuve se une a Andrés Galarraga (1993), Magglio Ordoñez (2007), Carlos González (2010) y Miguel Cabrera (2011-2013), como los venezolanos con un cetro de bateo, siendo además la quinta ocasión sucesiva que Venezuela se lleva dicha distinción (cuarta en la Americana).

El criollo comenzó la jornada con ventaja de tres puntos sobre su coterráneo Víctor Martínez, quien falló en sus tres turnos y concluyo con promedio de 335, seis puntos por detrás de Altuve.

Sin duda esta temporada fue fructífera para el camarero de 1.67 de estatura, convirtiéndose en el séptimo pelotero de todos los tiempos en cosechar 200 hits, 50 bases robadas y 40 dobles en una temporada.

Además de la corona de bateo, Altuve lideró el joven circuito en bases robadas (56) e imparables (225).

De interés…
7 coronas de bateó tiene Venezuela en las Grandes Ligas, siendo la primera ocasión que dos peloteros venezolanos concluyen primero y segundo lugar.

@beisboladentro 

sábado, 27 de septiembre de 2014

Williams y Showalter con los honores para el Mánager del Año



Esta es la última entrega de los principales candidatos a los premios de las Grandes Ligas, y el turno es para el Mánager del Año, premio que presenta a varios estrategas y que promete ser muy reñido a diferencia de años anteriores.

En la Liga Nacional, el debutante Matt Williams pudiera llevarse los honores por encima de Bruce Bochy y Clint Hurdle. Mientras que la Americana presenta a Buck Showalter con muchos méritos para imponerse a Mike Scioscia, Ned Yost y Lloyd McClendon.

Debut por lo grande
La directiva de los Nacionales de Washington siguió la moda de dar el puesto de mánager a ex jugadores sin experiencia, allí entró Matt Williams, quien logró cohesionar un equipo como Washington plagado de talento que saco una abismal diferencia de 17 juegos en la División Este del viejo circuito, por encima de los Bravos de Atlanta, Marlins de Miami y Mets de Nueva York.

Los Nacionales lidiaron con la lesión de Ryan Zimmerman, quien solo pudo disputar 59 encuentros, así como la pérdida momentánea de Wilson Ramos y Bryce Harper. Pero encontraron en Anthony Rendón como el remplazo ideal de Zimmerman, así como la llegada oportuna de Asdrúbal Cabrera, quien pese a ser campocorto, acepto ser movido a la segunda base, dando resultados favorables al equipo.

El pitcheo tampoco defraudo a Williams, los cinco abridores de los Nacionales (Strasburg, Zimmerman, Roark, González y Fister) sobrepasaron los 10 triunfos, mientras que Rafael Soriano y Drew Storen formaron un excelente dúo a la hora de cerrar encuentros.

Bruce Bochy se presenta como la competencia de Williams al galardón, el estratega de los Gigantes de San Francisco, ha realizado un excelente trabajo desde que está al frente del equipo de la Bahía.

La última vez que Bochy se llevó el premio fue en 1996 cuando dirigió a los Padres de San Diego, desde entonces, ha sido un arquitecto en San Francisco y lo demostró este año al mantener al equipo luchando por uno de los boletos del comodín. Perdió a Matt Cain, Ángel Pagán y Brandon Belt, durante periodos extensivos, mientras ha lidiado con la inconsistencia de Tim Lincecum y Sergio Romo, aún así Bochy deposito confianza en sus dirigidos y el premio a la constancia se reflejo en su clasificación a la postemporada.

Showalter sin rivales
En su momento Buck Showalter fue conocido como el constructor de equipos ganadores, su experiencia en los Yankees de Nueva York (1992-95), Cascabeles de Arizona (1998-2000), Rangers de Texas (2003-06) y Orioles de Baltimore (2010-) lo certifica.

Pero una vez salía de estos equipos, comenzaron a llegar a la postemporada e incluso obtener una Serie Mundial.


El sabor amargo de no llegar a esas instancias era meta pendiente para Showalter, quien lidió con la perdida de Matt Wieters y Manny Machado. Eso sin contar con la suspensión de Chris Davis en septiembre, y la inconsistencia de Ubaldo Jiménez; pero aún así Baltimore se mantuvo firme en el primer lugar de la División Este del joven circuito por encima de unos dubitativos Yankees de Nueva York y Azulejos de Toronto.

Una diferencia de 12 juegos en una de las divisiones más fuertes de todo el béisbol da crédito a lo hecho por Showalter esta compaña.

Las expectativas con Baltimore no eran las mejores para esta campaña, de allí a que el dirigente nacido en la localidad de DeFuniak Springs, Florida, se lleve seguramente el premio.
Mike Scioscia, es otro rival a llevarse el premio.

Cuatro años tenían los Angelinos de Los Ángeles de Anaheim sin ir a la postemporada, en ese lapso habían hecho grandes adquisiciones, que no se tradujeron en victorias, incluso se mantuvo en su puesto a pesar de los constantes rumores de despido y esta temporada, engrano las piezas y llevó a Anaheim a ser el primer equipo de todo el béisbol en clasificar primero a la postemporada.

El éxito de Scioscia radica en el trabajo y confianza depositada en peloteros claves, que sacaron al equipo a flote y que lograrían desbancar a los Atléticos de Oakland del primer lugar de la División Oeste a finales de agosto.

Otras entregas


@beisboladentro

¿Afectó Jeter a los Yankees de 2014?



SAN LUIS -- Algunas personas empleadas por los Orioles de Baltimore en 1995 han hablado con reverencia a lo que ocurrió el 5 y 6 de septiembre, cuando Cal Ripen jugó en sus partidos consecutivos 2,130 y 2,131. La respuesta de los fanáticos a Ripken y la celebración del béisbol en esos dos días no pudieron haber sido más especiales y la manera en la cual Ripken manejó esas 48 horas fue excepcional, desde los cuadrangulares que pegó hasta su disponibilidad para salirse de su rutina y compartir ese momento.

Y muchas de esas mismas personas que trabajaron para los Orioles también te hubieran dicho que jamás quisieran volver a tener un rol en un jugador construyendo una racha partidos consecutivos como la de Rikpen.

Porque creen que para el equipo -- el grupo de jugadores cuyo propósito teóricamente es ganar partidos -- la racha de Ripken no fue algo bueno, y que debió de haber tenido días libres, por el bien del equipo. Te dirían que la racha de Ripken se convirtió en una carga para las operaciones de béisbol porque la racha tenía que ser parte de la fórmula al momento de tomar decisiones y hasta sobrepasaba la visión del manager.

Dentro de varios años, habrá gente que trabajaba por los Yankees de Nueva York esta temporada que diría lo mismo sobre la última temporada de Derek Jeter -- que la devoción ampliamente establecida por la organización de ganar partidos ha tomado un rol secundario al esfuerzo de presentar a Jeter bajo la mejor luz posible y pretender que, poniéndolo en el campo de juego, que le da a los Yankees la mejor oportunidad de ganar.

Los Yankees se han ganado un campeonato en ceremonias esta temporada, creando más recordatorios para los fanáticos y una narrativa importante en un momento en el cual quizás se siente como que es lo más correcto. Mientras las imágenes de la temporada de la NFL del 2014 hasta el momento son dominadas por un pedazo de video de una cámara de seguridad en Atlantic City, el béisbol ha tenido la capacidad de pausar y honrar a Jeter por sus glorias y como le ha servido bien al deporte.

Pero en algún momento en ese camino, los Yankees se salieron de curso y el ganar se convirtió en algo secundario al cuento de hadas de Derek Jeter 2014. Joe Girardi dijo al comienzo de la temporada que "a mí no me contrataron para montar una gira de despedida", pero en esencia, eso es exactamente lo que ha ocurrido.

Una decisión de ponerlo a jugar otra posición o bajarlo en la alineación hubiera complicado todo y hubiera tenido que ser una decisión organizacional. En última instancia, sin embargo, esta decisión está en manos de Girardi, y es Girardi el que firma las tarjetas de alineación con Jeter bateando segundo y jugando el campo corto toda la temporada.

A menos que los Yankees hagan la remontada más impresionante en la historia, serán eliminados de contención para los playoffs en la próxima semana y, mientras nunca en realidad sabremos si una utilización de Jeter hubiera hecho alguna diferencia en la tabla de posiciones, los números están claros: en el día a día, fue uno de los peores jugadores en las Grandes Ligas este año.

Con Jacoby Ellsbury fuera de la alineación en los próximas, es probable que Jeter termine la temporada con más turnos al bate que cualquier otro Yankee y termine entre los primeros 50 en apariciones al plato en las mayores con más de 600.

Casi todas las apariciones de Jeter han sido desde la segunda posición en la alineación y tiene un OPS de .615, el tercer peor entre los 25 bateadores con más de 200 apariciones bateando segundo -- solo Omar Infante (.586) y B.J. Upton (.612) han estado peor. A pesar del peor OPS de su carrera, Jeter tiene el tercer mayor número de apariciones en la segundo en MLB (Mike Trout está primero con 688 y Elvis Andrus segundo con 632).

El juego defensivo de Jeter también ha sido un problema esta temporada, un hecho del cual el personal de los Yankees está seguramente en conocimientoñ en ocasiones Girarde removió a Jeter a cambio de defensa. Según Baseball Info Solutiones, Jeter tiene un rating de -9 en términos de carreras defensivas salvads, empate por 17mo entre los 22 torpederos que cualifican. En las últimas cinco temporadas, Jeter tiene un rating de -56, el peor entre los torpederos en ese espacio de tiempo.

El que Jeter haya sido un jugador mediocre esta temporada no pudo haber sido una gran sorpresa para los Yankees. Solo tuvo 73 apariciones al plato en el 2013 al recuperarse de la fractura de su tobillo y lució terrible, con un OPS de .542. La posibilidad de que la regresión de Jeter -- y la realidad de que necesitaba ser movido a un rol de menor responsabilidad -- fue discutida aquí y en otros lugares en enero y en los primeros días de mayo.

Cuando Jeter tuvo un mal comienzos, con un OPS de .588 el 4 de myo, Girardi debió haber hecho los ajustes. Para ese momento, los Yankees ya tenían un medida amplia para pasar juicio -- los entrenamientos primaverales y un mes de la temporada regular. Girardi debió haberlo movido más abajo en la alineación. Debió haberlo utilizado menos en el campo corto y más en la primera base, en dónde los Yankees tuvieron una necesidad constante y utilizaron jugadores con poca experiencia en esa posición, como Francisco Cervelli, Brian McCann y hasta Carlos Beltrán, quienes se cantaron voluntarios para jugar allí. En total, ocho Yankees jugaron la primera base esta temporada.

Claro, quizás había preocupación sobre cuál sería la respuesta de Jeter, si se sentiría humillado. Y lo que se pudo haber dicho es esto: Esto no es un insulto. Es una concesión a lo que es inevitable. Todo miembro del Salón de la FAma que jugó por décadas se tuvo que mover a un rol menor al final de sus carreras. Hank Aaron, el líder en cuadrangulares de todos los tiempos en 1976, bateó tan abajo como sexto en su última temporada. Willie Mays, quizás el mejor jardinero central de todos los tiempo, jugó mucho en la primera base en su última temporada, y jugó a tiempo parcial. Babe Ruth fue dejado en libertad por los Yankees en 1934, terminando su carrera con los Bravos de Boston. Ripken cambió de posiciones.

¿Habría esto causado incomodidad en la relación entre Girardi y Jeter? Absolutamente. Al igual que lo hizo para Casey Stengel y Joe DiMaggio luego de que DiMaggio se diera cuenta que prefería utilizar al más juvenil Mickey Mantle. DiMaggio, quien vio su propio descenso en el futuro, se retiró tras jugar su último partido a la edad de 36 años. Jeter tiene 40 años y está jugando la posición defensiva más difícil y crucial de todo el diamante.

Jeter pudo haberle hecho la vida más fácil a Girardi si hubiera ido a donde su dirigente para darle libertad de moverlo en la alineación o de posición; Girardi dijo el fin de semana pasado que eso nunca ocurrió.

La duradera excelencia de Jeter, como es el caso de los grandes jugadores, fue construida en su capacidad de creer en si mismo. EL obvio que no reconoció lo absurdo de estos momentos cuando Brendan Ryan -- uno de los mejores torpederos en el juego -- fue utilizado en primera base, mientras Jeter estaba en el campo corto.

Pero si Girardi hubiera hecho los cambios, quizás con las objeciones de Jeter y otros en la organización, los Yankees hubieran estado en un mejor lugar para ser competitivos -- algo que Girardi reflexiona en quizás cualquier otra situación. Todos los días, envía a la banca a jugadores que preferirían estar jugandoñ casi todos los días va a la lomita a quitarle la bola a los lanzadores que preferirían continuar. Girarde toma esas decisiones porque quiere darle a los Yankees una mejor oportunidad de ganar.

En última instancia, el manejo de Girardi no ha ayudado a Jeter tampoco. Con Jeter pasando por un mal momento competitivo entre ovaciones en agosto, más y más columnistas miraron detrás de la cortina y cuestionaron el por qué Jeter estaba siendo expuesto a un rol que va mucho más allá que sus destrezas a estas alturas.

La respuesta de Girardi ha sido que otros en la alineación han tenido problemasñ McCann, Mark Teixeira y Beltrán todos jugaron por debajo de las expectativas esta temporada.

Pero el punto aquí es que en mayo, todavía había una esperanza de que McCann, Teixeira y Beltrás mejorarías -- y, por otro lado, el personal de los Yankees debió de haber reconocido la probabilidad de que Jeter no rebotaría después de lo que vieron el año pasado. Y Girardi movió a McCann, Teixeira y Beltrán en su alineación a medida que Jeter se quedad en el mismo puesto.

Jacoby Ellsbury fue firmado por $153 millones para batear primero y Brett Gardner tiene las destrezas perfectas para batear segundo, pero Gardner bateó noveno al principio del año y Ellsbury tercero porque Jeter tenía que batear segundo.

Ya para agosto, era demasiado tarde para bajar a Jeter en la alineación o moverlo a primera base porque hubiera sido una distracción demasiado significativa en su últimas días, y probablemente no hubiera valido la pena. Nadie hubiera querido contestar esas preguntas incómodas en la última vuelta victoriosa.

El año pasado, Girardi estuvo excepcional en su manejo de Alex Rodriguez, quien estaba en medio de su pelea contra la suspensión, MLB y los Yankees. Rodríguez estaba disparando demandas entre partidos, y aún con eso, la respuesta de Girardi siempre fue que su trabajo siempre era dirigir al jugador y al equipo y que no se podía preocupar por factores externos.

Esta temporada, sin embargo, Girardi perdió ese objetivo de vista.

La semana pasada en Baltimore, Girardi relató el cuento de cuando un día en Kansas City le dio un día libre a Jeter. Un fanático que había comprado taquillas para ver a Jeter le gritó al dirigente el juego completo, desde la primera hasta la última entrada. Girardi resistió las ganas de complacer al fanático.

Debió haber resistido las ganas durante toda la temporada.

El hecho sencillo aquí es que el uso que los Yankees le dieron a Jeter -- el uso que Girardi le dio a Jeter -- no le dio a los Yankees del 2014 una oportunidad para ganar. No hay forma de esconderlo.


Por Buster Olney
ESPN.com

El Capitán...

El siguiente artículo fue publicado hace dos días por David Faitelson de ESPN, sin duda un excelente relato que describe la carrera de Derek Jeter, figura venerada por todos y con el camino unánime hacía Cooperstown.


El béisbol se encuentra en horas nostálgicas. Está ocupándose en despedir a uno de los grandes beisbolistas de la época y quizá de todas las épocas. El shortstop de los Yanquis, Derek Jeter, dice adiós tras 20 años de carrera y más allá de los números, las estadísticas, los hechos contundentes, está su legado principal: un pelotero desde de los "spikes" y hasta la punta de la cabeza, un pelotero que no será medido en su porcentaje de bateo, sus jonrones, las veces que pisó el plato, que hizo una asistencia en el campo corto, un pelotero que promete ser medido por su carisma, su entrega, su limpieza su gran condición de caballero en el diamante. Cada momento de Jeter en las últimas dos décadas fue una conexión con las raíces del deporte, una esencia romántica del juego y del atleta.

LOS ANGELES -- He despertado al menos dos o tres veces en las últimas semanas con la misma pregunta: ¿Qué podría o qué debería decir la placa de Derek Jeter en el fondo del jardín izquierdo del Yankee Stadium? Y quizá sea lo menos importante, pero sin los números ni la contundencia de personajes como Ruth, Mantle, DiMaggio o Gehrig, el texto, en letras de oro, deberá ser exacto, contundente y altamente emotivo.

No bastarán las tres líneas, las 10 palabras, las 39 letras que luce hoy la estatua de Babe Ruth, a quien muchos consideran el más grande jugador de todos los tiempos: "Un gran beisbolista, un gran hombre, un gran estadounidense...".

Para él, para Derek Jeter, habrá que buscar el mensaje apropiado.

Podría hacerlo, pero no lo haré. No pretendo llenarles de cifras, de estadísticas, de hechos, de situaciones que ocurrieron durante las últimas dos décadas, donde él aparecía sonriente, donde el estadio lo aclamaba y donde el mayor de los mensajes pudieron haberse diluido en el .310 de porcentaje, los pocos o muchos jonrones que conectó y la cantidad de veces que pisó el plato. Él siempre fue más que esos números.

El béisbol parece estar sufriendo y a la vez suspirando por los últimos juegos, los últimos turnos al bate y las últimas exhibiciones defensivas que el número "2" de los Yanquis hará en los próximos días. Tras una carrera de 20 años, donde tuvo espacio para instalar su nombre entre los mejores jugadores de los Yanquis de la historia, Derek Jeter dirá adiós. Ganó 5 Series Mundiales, fue a 14 Juegos de Estrellas, ganó 5 bates de plata, fue el más valioso del "Clásico de Otoño" del 2000 y más allá de ciertos números, de alguna polémica extraída de las meticulosas estadísticas de algunos, se trata, sin duda, de uno de los mejores jugadores de la historia.

Pero más que un beisbolista, Derek Jeter fue siempre un pelotero.

La interpretación del término no debe ser muy confusa. Jeter fue una conexión auténtica con el pasado del juego, con sus raíces más profundas y con maneras para las cuales el deporte de hoy no parece tener espacio. Un atleta profesional en estos días sin escándalos, sin escarmientos públicos, sin actitudes exageradas, sin violencia, sin mentira, un pelotero que en muchos de sus números no representa un tema extraordinario ni propio de una fantasía, pero que en su simpleza, en el hecho de caminar con la cabeza erguida y de salir a hacer su trabajo todos los días, encontró el secreto más sagrado de la profesión: Jeter no es un beisbolista. Jeter no será recordado como el beisbolista perfecto. Jeter será recordado como el pelotero, como una pisca de romanticismo en un diamante, en un mundo, donde los deportistas profesionales eran medidos por la cantidad de sustancias prohibidas en la sangre, por la violencia familiar, por el engaño, por la cantidad de dólares que eran capaces de generar y por la nula capacidad de entender que habían sido elegidos --por el destino o por un ser mucho más poderoso que nosotros-- para ser los mensajeros de algo a través de un deporte.
Derek Jeter se va y con él quizá la última expresión de lo que un deportista debe significar en el campo de los sueños: respeto, entrega, humildad y triunfo.

Hoy, lamentablemente, se convirtió en una cuestión de tiempo. Y el tiempo se agota para él y el tiempo se extingue para nosotros.

Su placa, en el fondo del jardín izquierdo del Yankee Stadium, junto a la de Ruth, Mantle, Dimaggio, Gherig, Berra, dirá exactamente lo que tiene decir:

"Derek Jeter: más que un beisbolista, el pelotero, nuestro pelotero. El hombre que nos guió a los nuevos tiempos, el hombre que nos condujo a la 'tierra prometida', el hombre que nos conectó con nuestro pasado para asegurarnos un presente y un futuro. El hombre que tenía el numero '2 'en la franela pero que siempre fue nuestro numero '1' en el corazón.

A ti, Derek, nuestro capitán, nuestro pelotero, el pelotero...".


@Faitelson_ESPN

jueves, 25 de septiembre de 2014

Diez números asombrosos de Derek Jeter

En cuestión de días, sus ruedas dejarán de rodar. Su No. 2 se desvanecerá solo para reaparecer en el Monument Park. Y la increíble hoja estadística de Derek Jeter se congelará en el tiempo. Para siempre.

Así que, ¿cuáles entradas en su página de la encyclopedia del béisbol resaltan más a la vista para ustedes? He aquí 10 números de Jeter que yo particularmente adoro:
Recibió un homenaje en Minnesota
en lo que fue su último Juego de Estrellas

2,743 
¿Cuál es este número? Es el número de partidos de temporada regular que Jeter ha jugado en su carrera, cada uno de ellos en uniforme de los Yankees de Nueva York. ¿Y qué tan cool es eso? Que él que el sigue en esa lista tiene 2,401, y se llama Mickey Mantle. Pero esto es más cool todavía: Jeter es uno de apenas ocho jugadores en la historia que han jugado tantos partidos, todos para un solo equipo. Los otros: Carl Yastrzemski (3,308 para los Medias Rojas), Stan Musial (3,026 para los Cardenales), Cal Ripken Jr. (3,001 para los Orioles), Brooks Robinson (2,896 para los Orioles), Robin Yount (2,856 para los Cerveceros), Craig Biggio (2,850 para los Astros) y Al Kaline (2,834 para los Tigres). Un grupo increíble.


3,461 




Este, por supuesto, es el total de hits conectados por Derek Jeter. Y santo cielo, esos son muchos imparables. Rayos, tiene más que Hank Greenberg y Shoeless Joe Jackson de forma combinada (3,400). Y solo cinco jugadores en la historia del béisbol han conectado más hits que Derek Jeter. Vean si sus nombres les resultan familiares: Pete Rose, Ty Cobb, Hank Aaron, Stan Musial y Tris Speaker. Wow.


2,673
 Otro número súper cool. Es el número de partidos que Jeter ha jugado en el campocorto. Y eso no solo representa más partidos que los que jugaron Ernie Banks y Robin Yount como torpederos de forma combinada, sino también la mayor cantidad de cualquier jugador que haya jugado en una posición defensiva y que no haya jugado en alguna otra posición - ni siquiera en un juego en la entrada 19, por un solo turno. Pete Rose jugó seis posiciones. Ty Cobb jugó siete. Stan Musial jugó cinco (incluyendo ser lanzador). Y Derek Jeter ha jugado en una sola posición. Solo una. Así es como debe hacerse.


1,013 
No puedo entender por qué me gusta tanto este número, pero no importa. Derek Jeter terminará su carrera con más de 1,000 partidos con más de un hit. Más que Tony Gwynn o Wade Boggs. Más que Willie Mays o Rogers Hornsby. De hecho, solo otros tres bateadores en toda la era de la pelota viva terminaron sus carreras en el Club de los 1,000 Partidos Multihit: Pete Rose (1,225), Stan Musial (1,059) y Hank Aaron (1,046). Una compañía demasiado grata.
Defendió a los Estados Unidos en las dos primeras
ediciones del Clásico Mundial de Béisbol


200 
Uno de los números más especiales de Jeter. ¿Por qué? Porque él es el único jugador en la historia que ha logrado 200 hits en su carrera en postemporada. Ahora, obviamente ha tenido más oportunidades de lograr esos imparables que, digamos, Ernie Banks. Pero pongamos esto en una mejor perspectiva. En 158 juegos en postemporada, casí el equivalente a una temporada completa, Jeter logró 200 hits, 20 jonrones, 18 robos de base, promedio de .308, porcentaje de embase de .374 y un OPS de .838. ¿Cuántos jugadores han tenido una temporada regular como esta? Exactamente cinco. Y uno de ellos es (¿adivinen quién?) Derek Jeter. Quien por supuesto tuvo además una "temporada" como esta en octubre. Contra los mejores equipos y los mejores lanzadores, en los juegos con más presión en toda su vida. No me vengan ahora con el cuento de que está sobrevalorado.


11 
Quizás para ustedes no sea tan importante el hecho de que Derek Jeter tuvo 11 temporadas en su carrera con promedio por encima de los .300 y que terminó con doble dígito en jonrones y bases robadas. Pero ¿les gustaría saber cuántos otros jugadores en la historia han tenido 11 temporadas como esas? La respuesta correcta, de acuerdo con la Enciclopedia Completa del Béisbol de Lee Sinins: Cero. Willie Mays tuvo siete. Hank Aaron tuvo seis. Barry Bonds tuvo ocho. Solo nombren cualquier jugador con alto promedio, poder y velocidad que quieran. ¿Ken Griffey Jr.? Siete. ¿Alex Rodríguez? Ocho. ¿Frank Robinson? Cinco. Ese es un recordatorio que Jeter te podía vencer de varias maneras. Y lo hizo.


.377
 Oh, de acuerdo, de acuerdo, yo sé que el promedio de bateo no es una estadística que impresione como antes. Pero ¿qué tal esta? Es el porcentaje de embas de Derek Jeter. Y si no están seguros de como leer la importancia de la misma, les puedo ayudar. Desde la Segunda Guerra Mundial, tres docenas de peloteros han jugado por lo menos 1,500 partidos en el campocorto. ¿Quieren saber cuáles de ellos tuvieron un porcentaje de embase de por vida superior al de Jeter? Ninguno. Cal Ripken Jr. terminó con .340. Ozzie Smith terminó con .337. Alan Trammell tuvo un OBP de .352. Entre los torpederos que jugaron en algún punto durante la carrera de Jeter, solo Barry Larkin se le acerca, con .371.
Fue imagen de diferentes marcas a lo largo de
sus 20 temporadas como jugador


92
 Del 21 de julio de 2006 al 16 de mayo de 2007, Derek Jeter jugó en 100 partidos. Consiguió hit en 92 de ellos. En algún momento, en el siglo 19, Wee Willie Keeler conectó imparables en 93 de 100 partidos. Pero desde 1900, de acuerdo con el historiador de rachas Trent McCotter, solo van a poder encontrar un solo jugador que haya logrado 92 hits en 100 juegos. Ese fue Ichiro Suzuki, en 2008 y '09. Pero es algo alucinante ver la lista de jugadores que nunca pudieron lograr algo así. Ty Cobb. Rogers Hornsby. Honus Wagner. Tony Gwynn. Pete Rose. George Brett. Pero ¿el campocorto de los Yankees, que nunca logró un campeonato de bateo o que logró batear en más de 25 partidos de forma seguida? Él sí lo hizo. Solo lo mencionamos porque la consistencia fue el producto más importante de Jeter.


6
Los Yankees sufrieron su segunda eliminación este
miércoles, siendo apenas la segunda ocasión que
Jeter vivió como jugador.
 Derek Jeter jugó para los Yankees cuando tenia 20 años de edad. Derek Jeter también jugó para los Yankees con 40 años de edad. Y jugó para ellos en todas las edades entre medio de esas. Gracias al Elias Sports Bureau, sabemos que eso es algo que no ha sucedido mucho. Él es solo uno de seis jugadores que ha participado con un equipo a los 20 años y que ha estado ahí a los 40. Los otros: Ted Williams, Stan Musial, Brooks Robinson, George Brett, Cal Ripken Jr. Hay una palabra para esa lista: icónica.


1
 Finalmente, está este número asombroso. De acuerdo con Elias, ese es el número de partidos que Jeter ha jugado, en toda su carrera, en los que su equipo, los poderosos Yankees, estuvieron matemáticamente eliminados de llegar de alguna manera a la postemporada. ¿Un solo partido sin importancia en 20 temporadas? Wow. Por un lado, sería algo alocado alegar que esto es todo lo que hace Derek Jeter. Por otro lado, ¿qué puede definir la carrera de un jugador mejor que esto? Un hombre que siempre vivió para el juego grande - y que solo jugó partidos grandes. Por 20 años. ¿Qué mejor manera de enmarcar la carrera del que fue uno de los mejores torpederos en completar una doble matanza 4-6-3?

Por Jayson Stark
ESPN

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Jeter dice adiós a la ciudad de Nueva York


Restan cuatro encuentros para el final de una carrera excepcional.

Derek Jeter jugará su último encuentro en la ciudad de Nueva York este jueves, el nuevo Yankee Stadium, un escenario con pocos años de funcionamiento, que ya cuenta con varios hitos dentro de su recinto, será testigo de una despedida que de seguro arrancará unas cuantas lágrimas.

Un momento para una figura que durante 20 temporadas definió el significado de ser un Yankee, Jeter, fue un predestinado, al que el destino le jugó una de las suyas para que su legado fuera escrito en la mítica organización.

Su despedida trae consigo un sabor agrío, los Yankees sufrieron el miércoles su segunda eliminación consecutiva de la postemporada, dejando a Jeter con el deseo de despedirse a lo grande.



Jeter deja un legado que pocos peloteros pueden ufanarse. Su nombre estará al lado de grandes leyendas en la mítica organización a rayas. Ya de por sí es líder vitalicio en varios renglones y pese a no tener características de slugger, su constancia y trabajo le permitieron alcanzar metas que hoy lucen inalcanzables.

Fue un pelotero hecho para momentos determinantes, quien no recuerda aquel cuadrangular ante Byung-Hyun Kim en el cuarto juego de la Serie Mundial de 2001, o aquel lance hacía las gradas para conseguir un out ante su acérrimo rival Medias Rojas de Boston.

Su llegada a las mayores coincidió con el resurgir de los Yankees, quienes tenían más de una década sin asistir a una postemporada, y que en un lapso de siete años, obtendrían cuatro anillos de Serie Mundial.

Un poco de historia
En 1992 los Yankees ni soñaban con poder seleccionar al campo corto nacido en Pequannock, New Jersey, su estatus de prospecto A-1 lo hacía un trofeo codiciado en el draft de ese año; los Astros de Houston era la franquicia que tendría el honor de elegir primero ese año, por lo que se suponía lo escogerían con toda seguridad.


Los reportes de Hal Newhouser, scouts de los Astros, organización que venía siguiendo a Jeter desde la high school aseguraban que como pelotero y como persona, es muy especial.

Los ejecutivos de Houston pensaron que con el estatus de Jeter, éste exigiría más de un millón de dólares como bono, ya que los Yankees habían pagado un millón 550 mil al número uno de 1991, Brian Taylor.  Por lo cual no escogieron al campo corto y se decidieron por el primera base y receptor Phil Nevin, a quien le dieron 700 mil dólares.

“Honestamente, creí que Houston se lo llevaría”, aseguró en ese entonces el director de scouts de Nueva York, Brian Sabean.

Los Yankees escogerían ese año de sextos y lo más asombroso fue que los equipos que antecedieron a Nueva York, no escogieron a Jeter. Indios de Cleveland se llevó al pitcher Paul Shuey (650 mil dólares), Expos de Montreal obtuvieron al lanzador Derek Wallace (550 mil), Orioles de Baltimore al jardinero Jeffrey Hammonds (400 mil) y Rojos de Cincinnati al jardinero Chad Mottola (400 mil).

Ante tanto asombro la gente de Nueva York se preguntaba que sucedía, cuál era el misterio. “Me vi tentado a averiguar si Derek (Jeter) estaba lesionado o si no iba a firmar”, relató Sabean. Aunque no contaba con suficiente tiempo, Sabean se arriesgó y firmó a Jeter por 700 mil dólares. Al enterarse Newhouser de la firma, este renunció a sus labores con Houston… imagínense que hubiera sucedido si los Astros hubieran tomado a Jeter, el impacto hubiera sido un vuelco total que nunca sabremos.

Ni hablar de los peloteros que antecedieron a Jeter en ese draft, pues ninguno de ellos tuvo una carrera duradera en las mayores.

Mientras Nueva York asistió a siete Series Mundiales, ganando cinco, Houston, Cleveland, Montreal, Baltimore y Cincinnati no han conquistado ni una.

De hecho Montreal dejó de ser franquicia y paso a llamarse Nacionales de Washington.

Su debut se produjo el lunes 29 de mayo de 1995, cuando a las 5:07 de la tarde, el Kigdome, hogar de los Marineros de Seattle, abría sus puertas para el encuentro entre los Yankees de Nueva York y los Marineros. 

Los Yankees habían perdido días atrás a su campo corto el dominicano Tony Fernández por una lesión y habían probado a Kevin Elster, Robert Eenhoorn y Dave Silvestri, los resultados no fueron halagadores y decidieron llamar a Jeter, quien ya era un prospecto de gran reputación y que ese año sería condecorado como el Más Valioso en el circuito de ligas menores de la organización.

Buck Showalter, quien hoy funge como mánager de los Orioles de Baltimore, era entonces el estratega de los Yankees y decidió alinear al joven promesa de 21 años en el campo corto; aunque se fue de 5-0 con ponche, fue el inicio de una prometedora carrera.

Su experiencia en las mayores fue solamente de quince partidos, al año siguiente la organización le entrega la posición de campo corto y cumplió a cabalidad al conquistar el Novato del Año, luego de batear para 314, 10 cuadrangulares y 78 remolcadas en 157 partidos.

Jeter conquistó el premio de manera unánime al imponerse sobre James Baldwin, Tony Clark, Rocky Coppinger, José Rosado, Darin Erstad, Tony Batista, Tim Crabtree y Jeff D´Amico.

Ninguno de estos peloteros tuvo una carrera estable en las mayores.

10 grandes momentos en su carrera
Qué difícil es resumir una carrera de veinte años en diez momentos, que hito escoger, cual dejo por fuera, siempre habrá uno que dejo escapar, pero eso es bueno, Jeter nos ha permitido deleitarnos con cada acción de juego y eso perdurará en la mente de sus seguidores.

Aquí una pequeña lista con un extra, ¿cuál es tu momento?

10. Primer jonrón (1996)
Tras una breve estancia como el campo corto de los Yankees durante la campaña de 1995, Jeter recibió de parte de la organización la titularidad del puesto para la siguiente temporada. La joven promesa honró esa designación cuando en el juego inaugural conectaría ante Dennis Martínez su primer cuadrangular como profesional.

El escenario fue el Jacobs Field de la ciudad de Cleveland.

Fue un año muy especial para Jeter pues al concluir la campaña se llevó la distinción como el Novato del Año de la Liga Americana y ayudo a los Yankees a ganar su primera Serie Mundial desde 1978.

9. Regreso por la puerta grande (2013)
La lesión en el tobillo de Jeter durante el juego 2 de la Serie de Campeonato de 2012, selló el destino de los Yankees, ya que fueron barridos por los Tigres de Detroit.

Tuvo muchos obstáculos en su intento por volver a plenitud de condiciones al siguiente año. Se habló de retiro, pero Jeter negó dicha posibilidad. Regresó al juego el 28 de julio en un partido ante Tampa, Jeter demostró porque está hecho para momentos grandes, en su primer turno y primer lanzamiento esté la depósito en las gradas.

8. Más Valioso del Juego de Estrellas (2000)

Elegido para su tercer Juego de Estrellas de forma consecutiva, Jeter tuvo la ocasión de abrir el compromiso que se jugaba en el Turner Field de Atlanta. El titular de la posición, Alex Rodríguez se lesionó, y el momento fue propició para él.

Se convirtió en el primer Yankee en ganar la designación de Jugador Más Valioso en estos clásicos, al batear de 3-3 con dos carreras remolcadas, en la victoria de la Liga Americana 6 por 3 a la Liga Nacional.

7. La ayuda de Maier (1996)
La carrera para el título de los Yankees en 1996 no se logró sin alguna que otra controversia. Como olvidar al niño de 12 años de edad, Jeffrey Maier, quien tomo un batazo de Jeter por encima del muro del jardín derecho en el Yankee Stadium, al cual decretarían cuadrangular.

La repetición mostró una y otra vez como Maier se interpuso entre el jardinero de los Orioles de Baltimore, Tony Tarasco y la bola, Jeter celebraba eufóricamente la decisión al pasar por cada base, mientras que Tarasco reclamaba airadamente al árbitro Rich García.

Era el primer juego de la Serie de Campeonato y Nueva York igualo el partido en el octavo episodio y lo ganaría en entradas extras.

6. Líder histórico (2009)

Lou Gehrig es sin duda una leyenda dentro de la organización de los Yankees. Su marca de juegos consecutivo, su capacidad para producir carreras y batear para promedio fue única. Dejó varios registros dentro de la organización que lucen inalcanzables, pero Jeter logró arrebatarle al “Caballo de Hierro” uno de ellos.

El 11 de septiembre de 2009, jugando en el Yankee Stadium y ante los Orioles de Baltimore, Jeter superó a Gehrig como el jugador de la franquicia con más hits, al conectar un sencillo el número 2.722.

5. Jonrón en el cuarto juego de la Serie Mundial (2000)
Los Yankees y los Mets se enfrentaban en la Serie Mundial de ese año, la llamada Serie del Subway, tenía a los del Bronx dos juegos por uno, después que los Mets tomarán un impulso en el tercero de la serie que se jugó en el Shea Stadium.

Jeter conectaría un cuadrangular ante los envíos de Bobby Jones, que significo la carrera de la diferencia para que los Yankees ganarán el cuarto juego de la serie, tres carreras por dos. Al día siguiente Jeter nuevamente inspirado daría otro cuadrangular para enrumbar a los Yankees a conquistar su cuarta Serie Mundial, tercera de manera consecutiva

Jeter sería declarado MVP de la serie, tras batear para 409 con dos vuelacercas y dos remolcadas. Ese año también fue electo MVP del Juego de Estrellas, por lo cual sería el primero en las mayores con ambas distinciones.

4. 3000 hits (2011)
En la historia de la mítica organización, ningún miembro ha llegado a los tres mil imparables, antes de Jeter, el pelotero con más hits era Lou Gehrig con 2.721 cohetes.

El 9 de julio los Yankees recibirían a las Rayas de Tampa Bay, y ante David Price, Jeter conectaría un cuadrangular, su hit 3000, un momento que desató la euforia en el estadio y la celebración con sus compañeros.

Ese día consiguió cinco hits  (inició con 2.998), y uno de esos imparables significó el de la carrera de la victoria. Se unió a Wade Boggs como los únicos en dar el histórico batazo como cuadrangular.

Se convirtió además en el pelotero 14 y primero desde Craig Biggio (28 de junio de 2007) en llegar a tres mil imparables con un mismo club. Los otros son Ty Cobb (Detroit), Stan Musial (San Luís), Hank Aaron (Bravos de Atlanta / Milwaukee), Carl Yastrzemski (Boston), George Brett (Kansas City), Robin Yount (Milwaukee) Tony Gwynn (San Diego), Al Kaline (Detroit) y Roberto Clemente (Pittsburgh).

3. El lance (2004)
Cuando juegas toda tu carrera con los Yankees es obvio que la rivalidad con los Medias Rojas de Boston, la vives de forma intensa. Jeter ha jugado un papel fundamental en muchas victorias ante su eterno rival. Irónicamente, su último juego como profesional se efectuará ante Boston en el Fenway Park, el próximo domingo 28.

Uno de esos momentos que perdurara en la carrera de Jeter será aquel encuentro de 2004 en el Yankee Stadium, con corredores en segunda y tercera y dos outs, se jugaba la parte alta de la doceava entrada.

El batazo que parecía irse con toda seguridad a la zona de foul no llegó a su cometido pues Jeter en medio de un destello y en contra de su integridad física, se arrojó de cabeza hacía las gradas para capturar la bola de forma impresionante. El capitán salió de la multitud con la barbilla ensangrentada y con una cicatriz en la mejilla derecha, los aplausos se hicieron presentes y Nueva York ganaría el encuentro en la siguiente entrada.

2. Mr. Noviembre (2001)
Los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre hicieron que la temporada se alargara y por ende la Serie Mundial llegaría a jugarse en otoño. El juego 4 entre Nueva York y los Cascabeles de Arizona se jugaría en el Yankee Stadium el 31 de octubre pero el encuentro se definió en la madrugada del primero de noviembre, después que Tino Martínez diera un vuelacercas para forzar el encuentro a entradas extras.

Por primera vez había béisbol de Grandes Ligas en noviembre, y Jeter sería el predestinado a escribir la historia. Un mal envío de Byung-Hyun Kim, fue depositado en el jardín derecho, dándole la victoria a los Yankees 4 a 3, empatando la serie a dos juegos por bando.

1. The Flip (2001)
¿Qué hubiera pasado si Jeremy Giambi se hubiera deslizado?

Esa es la eterna pregunta que todos se hacen después que el jardinero de los Atléticos de Oakland fuera puesto out en el juego 3 de la Serie Divisional de la Liga Americana de ese año. Oakland tenía la serie dos juegos a favor y necesitaba de una victoria para avanzar a la Serie de Campeonato. Los Atléticos perdían 1-0 en la parte baja de la séptima entrada, cuando Terence Long bateó un doble por la línea del jardín derecho. Un tiro del jardinero derecho de los Yankees, Shane Spencer se fue sobre la cabeza del primera base (y el hombre de corte) Tino Martínez, dando todo por contado para que Giambi anotará el empate.

De repente, Derek Jeter salió de la nada, agarró la pelota mientras corría a través de la línea de primera base y pasó el balón al receptor Jorge Posada, quien la tomo y toco a Giambi, quien no se deslizó en la carrera.  Los Yankees ganarían el juego 1-0 y está jugada fue artífice para el resurgir de Nueva York, que ganarían los siguientes dos encuentros para avanzar a su quinta Serie Mundial en seis años.

Oakland que tuvo la oportunidad en sus manos vio como Jason Giambi se marchaba a Nueva York en el receso invernal y Jhonny Damon hacía lo propio hacía los Medias Rojas de Boston.

Momento extra:

Día Derek Jeter
El pasado 7 de septiembre se decretó el día de Derek Jeter, una manera de homenajear la carrera del campo corto de los Yankees. Los elogios y regalos quedaron a un lado mientras la fanaticada hacía acto de presencia en el Yankee Stadium.

Un tributo más que merecido para una figura que tendrá su placa en Cooperstown y su número 2 retirado dentro de poco. De hecho, cuando los Yankees lo hagan oficial, será la única franquicia que tendrá los números del 1 al 10 retirados del béisbol.


@beisboladentro