domingo, 8 de febrero de 2009

A-Rod ya no juega limpio

Alex Rodriguez era el tipo que se suponía que salvara el béisbol, de la manera que Mark McGwire lo hizo en el 1998. Se suponía que siguiera su marcha y rompiera el récord de jonrones que está en manos de un tipo sospechoso de uso de esteroides como Barry Bonds.

Se suponía que fuera el tipo que mostrara que los jugadores limpios podían ser tan prolíficos como los tramposos. Pero todo eso ha cambiado ahora, a la luz del reporte publicado este sábado por Selena Roberts y David Epstein en el portal SI.com que Rodríguez dio positivo a una prueba de esteroides en el 2003. Rodríguez no quiso responder a la información aparecida en el reporte, pero todo lo que diga no va a cambiar en nada el hecho de que esto se quedará con él por siempre. Todo lo que McGwire dijo fue que no quería hablar sobre el pasado, y ahora es una persona non grata, al igual que lo es Rafael Palmeiro, quien movió su dedo ante un congresista e insistió que nunca había utilizado esteroides.

Roger Clemens ya no es querido en los campos de entrenamiento primaveral de los Astros, de la manera que una vez fue, y probablemente nunca entre al Salón de la Fama tampoco. Probablemente, ninguno de ellos entrará, incluyendo a Bonds y Rodríguez. Esta es una mancha que nunca se desvanecerá. Uno puede argumentar que ese escrutinio es injusto, que el contexto de una prueba positiva de drogas de A-Rod está perdido. Todo el deporte ha hecho un mal trabajo, como dijo George Mitchell, desde los líderes de la unión a los propios jugadores limpios. Esencialmente el deporte apoyó una cultura de uso de drogas a través de su inacción, y muchos jugadores han dicho que el uso de drogas para mejorar el rendimiento, especialmente a principios de esta década, era rampante. En el 2003, los jugadores sabían que serían sometidos a pruebas de dopaje, y tenían una idea bastante clara de cuando serían sometidos a dichas pruebas -- y presumiblemente, al menos 104 de ellos se arriesgaron y orinaron dentro de botellas cuando ellos sabían que habían posibilidades de que estuvieran sucios; según se reporta, A-Rod estaba en ese grupo. Uno lo puede tildar de arrogancia, uno lo puede tildar de descarado -- o lo podemos tildar como típico de estos tiempos. Muchos jugadores estaban tomando cosas, muchos sabían lo que estaba pasando, y el deporte simplemente no reaccionó de la manera que debía hacerlo.

Pero el contexto no salvará a Rodríguez ahora, porque tenga los números más coloridos en la parte trasera de su tarjeta de pelotero, y como hemos visto en la caída de los esteroides, son las superestrellas quienes más tienen que perder. Otros jugadores han sido vinculados a los esteroides u hormonas de crecimiento humana y han seguido hacia adelante, tales como Andy Pettitte y Brian Roberts y Eric Gagne y Matt Herges. Sin embargo, los poseedores de récords, son tratados de un modo diferente, porque ellos han tenido actuaciones por encima de lo normal. Millones de dólares se han gastado en Pettitte y Roberts y Gagne y Herges, en compensación por su juego, mientras millones se han gastado en la persecusión de Clemens y Bonds, por investigadores federales.

Hace un par de años, ESPN.com encuestó a un gran número de votantes al Salón de la Fama acerca de por quien votarían para entrar a Cooperstown, y tan solo un 50 porciento de ellos dijeron que votarían por Sammy Sosa, quien ha sido objeto de sospechas de uso de esteroides por años. Hay evidencia de uso de esteroides vinculada a McGwire, y menos de un cuarto de los votantes puso su nombre en la boleta de votación, un fuerte indicador de que nunca logrará entrar al Salón. Probablemente nadie vinculado a este asunto entre algún día. Y ahora Alex Rodríguez ha sido vinculado a esto. Y él no dice nada, y todo es cierto -- y no hay razón para pensar que el reporte no es cierto -- Rodríguez podría tener preguntas legítimas acerca del por qué la unión no hizo un mejor trabajo a su favor, preguntas acerca de la razón por la cual la información que se suponía fuera confidencial salió a la luz pública. Si él reconoce que todo es cierto, eso podría hacer de su vida una más fácil; él vió de primera mano como Pettitte y Giambi reconocieron su uso de esteroides y siguieron adelante. Pero de cualquiera manera, ya sea que no diga nada o diga mucho, ha quedado manchado de por vida.

Le puede echar la culpa a la unión o a la gerencia del béisbol; podría echarle la culpa a alguien dentro del gobierno federal por hacer pública la información. Podría preguntarse con razón como algunos miembros de la prensa pudieron ponerlo en el pedestal de los Tipos Limpios en el 2007; aparentemente la lección fue no aprender que nunca podremos saber con certeza quien está limpio y quien no.

Él se puede echar la culpa a si mismo. Pero sin importar a quien le eche la culpa, Rodríguez no volverá a ser visto como el tipo que pueda salvar el récord de jonrónes de Bonds, quien, año tras año, está siendo rodeado más y más por contexto y no luce tan mal. A-Rod no volverá a ser visto de la misma manera. Podría ser justo, podría ser injusto, pero como diría Brian McNamee, es como es.

Tomado de espndeportes.com

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