jueves, 23 de octubre de 2014

Aquel primer ídolo de los Petroleros

“Cada vez que me puse el uniforme, soñé con jugar en las Grandes Ligas…
Esta es una oportunidad para mí de decir que hice algo a pesar de que
puedes tener un asterisco detrás de ti”
Todd Trafton al diario The Sentinel
en 1995 como jugador de reemplazo

Petroleros de Cabimas llegó al béisbol profesional en la campaña 1991-1992 junto a los Caribes de Oriente (hoy de Anzoátegui). El movimiento acertado por la familia Finol y por el entonces Alcalde del municipio Hernán Alemán, vino a llenar un vacío en una ciudad que adolecía de alguna actividad deportiva profesional.

Petroleros se convirtió en ese orgullo para una afición naciente, la misma que recuerda con antaño las vivencias de compartir con la familia y amigos los gritos desde las tribunas, o pitar al contrario cuando saltaba al terreno.

Cada uno de los que hoy somos padres de familia tuvimos nuestro granito de arena por la construcción de un equipo competitivo, si bien no se cumplieron los objetivos trazados durante cuatro temporadas, la semilla comenzó a germinar una vez abandonaron el coso petrolero; su posterior mudanza a Maracaibo bajo el nombre de Pastora vino acompañado de la maduración de algunos jugadores, incluyendo Tomás Pérez, el primer grandeliga de la franquicia.

Su estadía en la capital zuliana fue corta Pastora se mudo a Acarigua y posteriormente a Margarita bajo el nombre de Bravos, mientras continúan construyendo un equipo competitivo que se conecte con la afición; en Cabimas el vacío dejado ha perdurado en la mente de pocos.

Quienes lean este artículo jamás imaginaron que los nombres de Argenis Salazar, José Stella, Oswaldo Olivares, Asdrúbal Estrada, Robert Machado, Lipso Nava, Marlon Nava, José García, Rouglas Odor, Omer Muñoz, José Gil, Danilo León, Omar Bencomo, José Luis Zambrano, Eduardo Zambrano, Adrián Jordan, David Mosquera, Roberto Espinoza, Vicente García, Luís Ordaz, José Amado, Benito Malave, Luís Lunar  y Malvin Matos, formaron parte del roster criollo de la organización.

Trafton pudo haber dejado mejores números
si la gerencia de Cabimas no hubiera
dejado de prescindir de sus servicios
O peor aún, nunca supieron que grandes prospectos de las organizaciones de grande liga se uniformaron con el equipo cabimense: Cedrid Landrum, Gary Scott, Steve Sparks, Jeff Cirillo, Jeff Carter, Derek Watcher, John Massarelli, Fernando Soto, Steve Carter, Quinn Mack, Andy Ashby, Kelly Stinnett, Joe Hall, Jamie Dismuke, Terry Burrows y Todd Trafton.

De todos estos peloteros, Todd Trafton fue quien rápidamente se conecto con la afición a tal punto de ser apodado “El Tractor de Cabimas”; el californiano se convirtió en el primer ídolo del equipo, él rostro de la organización durante su estadía en la Costa Oriental del Lago, por encima de las figuras criollas.

Nace el ídolo
Trafton ya contaba con una corta pasantía en la liga venezolana con los Tiburones de La Guaira a finales de los años ochenta, por lo cual la gerencia cabimense no dudo en contratarlo para que fuera el inicialista de los aceitosos en su estreno en la LVBP.

Otrora prospecto de los Medias Blancas de Chicago, Trafton llegó al país con 27 años, esperando tener una actuación sobresaliente que le permitiera firmar con una nueva organización y cumplir su anhelo de ser grandeliga.

La apuesta resulto positiva para Trafton, en 24 encuentros promedio 265 (83-22) con cinco jonrones y 20 remolcadas. Su salida produjo un vacio en la ofensiva aceitosa que jamás pudo ser llenada por Gary Scott, Steve Carter, John Massarelli o Lipso Nava.

Trafton se marchó del país como líder jonronero y al final se quedó con el título en ese departamento, igualado con William Magallanes y Eric Anthony (ambos jugadores de Navegantes del Magallanes).

La experiencia en Cabimas le garantizó un contrato con los Rojos de Cincinnati, equipo que lo asigno al Chattanooga, filial Doble A de los escarlatas. Aunque no subió al equipo grande, Trafton no dudo en volver al béisbol venezolano para la siguiente campaña, las expectativas de ser grandeliga se mantenían, pero también estaba consciente que la edad comenzaba a ser un factor de riesgo.

La temporada 1992-1993 para Trafton fue gratificante. Sus números aumentaron a diferencia del año anterior. Bateó para 276 (199-55) con seis vuelacercas y 23 producidas en 56 encuentros. Cabimas quedó última en su división y, con ello la última oportunidad de Trafton de triunfar, se mantendría dos años más en ligas menores para luego comenzar su periplo por ligas independientes.

De igual modo, Cabimas cortó lazos con el slugger y prefirió contratar foráneos más jóvenes.
Trafton se marcho como líder vitalicio en jonrones (11) y remolcadas (43), mientras su promedio finalizo en 273 (282-77).

La salida de Trafton no fue bien digerida en la afición cabimense. No había un pelotero con sus características y que se conectara emocionalmente con el público. Fue difícil no presenciar sus conexiones kilométricas para la campaña 93-94.

Ni la presencia del Salón de la Fama, Luís Aparicio como mánager evito que la afición dejara de asistir al estadio, aunado a eso estaba la poca competitividad que Petroleros ofrecía.

Trafton no tuvo sustituto en Cabimas fue un verdadero ídolo para una generación que hoy recuerda sus batazos y son motivos de tertulias entre los verdaderos fanáticos que sintieron la camiseta de Petroleros.

Quizás el béisbol vuelva a Cabimas, pero alguien como Trafton no.

Sabías que…
Trafton se mantuvo activo como pelotero hasta 1998, lo más cerca que estuvo de llegar a las mayores fue en 1995, como jugador de reemplazo de los Cerveceros de Milwaukee; esto debido a los estragos causados por la huelga de peloteros de 1994 y que fue resulta 24 horas antes de iniciarse la campaña de 1995.

En la historia

Tal día como hoy en 1991 en choque entre Petroleros de Cabimas y Navegantes del Magallanes se establecieron cuatro registros de más jugadores dejados en base. Cabimas dejó a 23 jugadores esperando por el remolque. Entre ambas escuadras se combinaron para dejar a 36 corredores en las almohadillas. Cinco veces dejó Cabimas las bases congestionadas esperando por el empuje (4to, 5to, 6to, 8vo y 9no inning), y entre ambos conjuntos dejaron en siete oportunidades las almohadillas repletas.

En 1993 en juego entre Petroleros de Cabimas y Tiburones de La Guaira, el pitcher relevista William Carmona –Cabimas– entra en el cierre del séptimo episodio a enfrentarse a José Monzón con dos outs en la pizarra y corredor en primera base. Harry Guánchez, quien se encontraba en la primera base corriendo, fue retirado en intento de robo del segundo cojín para entregar el tercer out. Al abrir el octavo inning, Cabimas anotó la carrera que le daría la victoria, y así darle el triunfo al pitcher Carmona, quien a pesar de no haber enfrentado legalmente a ningún bateador se llevó el laurel.



@beisboladentro

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