“Cada
vez que me puse el uniforme, soñé con jugar en las Grandes Ligas…
Esta
es una oportunidad para mí de decir que hice algo a pesar de que
puedes
tener un asterisco detrás de ti”
Todd Trafton al diario The Sentinel
en 1995 como jugador de reemplazo
Petroleros
de Cabimas llegó al béisbol profesional en la campaña 1991-1992 junto a los
Caribes de Oriente (hoy de Anzoátegui). El movimiento acertado por la familia
Finol y por el entonces Alcalde del municipio Hernán Alemán, vino a llenar un
vacío en una ciudad que adolecía de alguna actividad deportiva profesional.
Petroleros
se convirtió en ese orgullo para una afición naciente, la misma que recuerda
con antaño las vivencias de compartir con la familia y amigos los gritos desde
las tribunas, o pitar al contrario cuando saltaba al terreno.
Cada
uno de los que hoy somos padres de familia tuvimos nuestro granito de arena por
la construcción de un equipo competitivo, si bien no se cumplieron los
objetivos trazados durante cuatro temporadas, la semilla comenzó a germinar una
vez abandonaron el coso petrolero; su posterior mudanza a Maracaibo bajo el
nombre de Pastora vino acompañado de la maduración de algunos jugadores,
incluyendo Tomás Pérez, el primer grandeliga de la franquicia.
Su
estadía en la capital zuliana fue corta Pastora se mudo a Acarigua y
posteriormente a Margarita bajo el nombre de Bravos, mientras continúan
construyendo un equipo competitivo que se conecte con la afición; en Cabimas el
vacío dejado ha perdurado en la mente de pocos.
Quienes
lean este artículo jamás imaginaron que los nombres de Argenis Salazar, José
Stella, Oswaldo Olivares, Asdrúbal Estrada, Robert Machado, Lipso Nava, Marlon
Nava, José García, Rouglas Odor, Omer Muñoz, José Gil, Danilo León, Omar
Bencomo, José Luis Zambrano, Eduardo Zambrano, Adrián Jordan, David Mosquera,
Roberto Espinoza, Vicente García, Luís Ordaz, José Amado, Benito Malave, Luís
Lunar y Malvin Matos, formaron parte del
roster criollo de la organización.
Trafton pudo haber dejado mejores números si la gerencia de Cabimas no hubiera dejado de prescindir de sus servicios |
O
peor aún, nunca supieron que grandes prospectos de las organizaciones de grande
liga se uniformaron con el equipo cabimense: Cedrid Landrum, Gary Scott, Steve
Sparks, Jeff Cirillo, Jeff Carter, Derek Watcher, John Massarelli, Fernando
Soto, Steve Carter, Quinn Mack, Andy Ashby, Kelly Stinnett, Joe Hall, Jamie
Dismuke, Terry Burrows y Todd Trafton.
De
todos estos peloteros, Todd Trafton fue quien rápidamente se conecto con la
afición a tal punto de ser apodado “El Tractor de Cabimas”; el californiano se
convirtió en el primer ídolo del equipo, él rostro de la organización durante
su estadía en la Costa Oriental del Lago, por encima de las figuras criollas.
Nace el ídolo
Trafton
ya contaba con una corta pasantía en la liga venezolana con los Tiburones de La
Guaira a finales de los años ochenta, por lo cual la gerencia cabimense no dudo
en contratarlo para que fuera el inicialista de los aceitosos en su estreno en
la LVBP.
Otrora
prospecto de los Medias Blancas de Chicago, Trafton llegó al país con 27 años, esperando
tener una actuación sobresaliente que le permitiera firmar con una nueva
organización y cumplir su anhelo de ser grandeliga.
La
apuesta resulto positiva para Trafton, en 24 encuentros promedio 265 (83-22)
con cinco jonrones y 20 remolcadas. Su salida produjo un vacio en la ofensiva
aceitosa que jamás pudo ser llenada por Gary Scott, Steve Carter, John
Massarelli o Lipso Nava.
Trafton
se marchó del país como líder jonronero y al final se quedó con el título en
ese departamento, igualado con William Magallanes y Eric Anthony (ambos
jugadores de Navegantes del Magallanes).
La
experiencia en Cabimas le garantizó un contrato con los Rojos de Cincinnati,
equipo que lo asigno al Chattanooga, filial Doble A de los escarlatas. Aunque
no subió al equipo grande, Trafton no dudo en volver al béisbol venezolano para
la siguiente campaña, las expectativas de ser grandeliga se mantenían, pero
también estaba consciente que la edad comenzaba a ser un factor de riesgo.
La
temporada 1992-1993 para Trafton fue gratificante. Sus números aumentaron a
diferencia del año anterior. Bateó para 276 (199-55) con seis vuelacercas y 23
producidas en 56 encuentros. Cabimas quedó última en su división y, con ello la
última oportunidad de Trafton de triunfar, se mantendría dos años más en ligas
menores para luego comenzar su periplo por ligas independientes.
De
igual modo, Cabimas cortó lazos con el slugger y prefirió contratar foráneos
más jóvenes.
Trafton
se marcho como líder vitalicio en jonrones (11) y remolcadas (43), mientras su
promedio finalizo en 273 (282-77).
La
salida de Trafton no fue bien digerida en la afición cabimense. No había un
pelotero con sus características y que se conectara emocionalmente con el
público. Fue difícil no presenciar sus conexiones kilométricas para la campaña
93-94.
Ni
la presencia del Salón de la Fama, Luís Aparicio como mánager evito que la
afición dejara de asistir al estadio, aunado a eso estaba la poca
competitividad que Petroleros ofrecía.
Trafton
no tuvo sustituto en Cabimas fue un verdadero ídolo para una generación que hoy
recuerda sus batazos y son motivos de tertulias entre los verdaderos fanáticos que
sintieron la camiseta de Petroleros.
Quizás
el béisbol vuelva a Cabimas, pero alguien como Trafton no.
Sabías que…
Trafton se mantuvo activo como pelotero hasta 1998, lo más cerca que estuvo de llegar a las mayores fue en 1995, como jugador de reemplazo de los Cerveceros de Milwaukee; esto debido a los estragos causados por la huelga de peloteros de 1994 y que fue resulta 24 horas antes de iniciarse la campaña de 1995.
En la historia
Tal día como hoy en 1991 en choque entre Petroleros de Cabimas y Navegantes
del Magallanes se establecieron cuatro registros de más jugadores dejados en
base. Cabimas dejó a 23 jugadores esperando por el remolque. Entre ambas
escuadras se combinaron para dejar a 36 corredores en las almohadillas. Cinco
veces dejó Cabimas las bases congestionadas esperando por el empuje (4to, 5to,
6to, 8vo y 9no inning), y entre ambos conjuntos dejaron en siete oportunidades
las almohadillas repletas.
En 1993 en juego entre Petroleros de Cabimas y Tiburones de
La Guaira, el pitcher relevista William Carmona –Cabimas– entra en el cierre
del séptimo episodio a enfrentarse a José Monzón con dos outs en la pizarra y
corredor en primera base. Harry Guánchez, quien se encontraba en la primera base
corriendo, fue retirado en intento de robo del segundo cojín para entregar el
tercer out. Al abrir el octavo inning, Cabimas anotó la carrera que le daría la
victoria, y así darle el triunfo al pitcher Carmona, quien a pesar de no haber
enfrentado legalmente a ningún bateador se llevó el laurel.
@beisboladentro
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