Uno de los capítulos más difíciles
para un pelotero es afrontar el momento del retiro. Es allí donde los
sentimientos se entremezclan en demostrar si aún sus condiciones están aptas
para soportar una temporada extensa. Algunos optan por retirarse en el momento
oportuno y otros prefieren arriesgarse y tomar el camino “vergonzoso” de
intentarlo por última vez.
Andrés Galarraga vivió esa experiencia
en 2005 cuando fue invitado por los Mets de Nueva York para que participara en
el entrenamiento primaveral de ese año. Galarraga buscaba afanosamente jugar su
campaña veinte en el big show, además de los 400 cuadrangulares, 2.500
imparables y 1.500 remolcadas para consolidar su candidatura al Salón de la
Fama.
Lamentablemente en pleno inicio
de los juegos primaverales el venezolano optó por colgar los spikes al ver que
su cuerpo no respondía al riguroso entrenamiento al que fue sometido. Tenía 43 años.
La misma situación la padeció
Carlos Guillen durante el campo de entrenamiento de los Marineros de Seattle en
2012, el venezolano decidió retirarse a consecuencia de las lesiones que han
perturbado su carrera en las mayores.
Contaba en ese entonces 36
años.
Miguel Cairo prefirió retirarse
antes de iniciar la campaña 2013. Próximo a cumplir 39 años, el utility sabía
que sus opciones de volver a desempeñarse en ese mismo rol con los Rojos de
Cincinnati serían nulas ante la presencia de César Izturis y Chris Heisley.
Hoy Cairo hace una prometedora
carrera dentro de Cincinnati, siendo asistente del gerente general. Incluso
tuvo la ocasión de ser el coach de banca de los escarlatas durante varios días,
una experiencia que lo posiciono muy bien dentro del club ya que vieron los
dotes de liderazgo que posee.
Igualmente Omar Vizquel disfruta
su experiencia como instructor de infield con los Angelinos de Anaheim, pero el
año pasado el caraqueño rogaba por una oportunidad de juego ya que sentía que
podía jugar una temporada más.
Vizquel afronto un duro entrenamiento
primaveral con los Azulejos de Toronto, incluso la opción de hacer el equipo
lucía improbable dado el poco desempeño que mostró en el mismo; pero logro
entrar en el roster y de inmediato anunció que la temporada 2012 sería la
última como pelotero profesional.
Diferencias con el mánager John
Farrell incidió en que Vizquel tuviera más encuentros en su despedida; incluso
el departamento de relaciones públicas del club canadiense dio poca cobertura a
la carrera de Vizquel durante el año, siendo injustamente homenajeado el último
día de temporada, a diferencia del homenaje que recibió Chipper Jones en varios
estadios el año pasado o el que vive Mariano Rivera en la actualidad.
Contaba para ese entonces con
45 años y jugó su temporada 24, récord para venezolanos.
David Concepción tampoco la
tuvo fácil. Sabiendo que sus opciones de juego diario disminuían con la
presencia de Barry Larkin en el campocorto, Chris Sabo en tercera y de Luís
Quiñones como utility, decidió retirarse a finales de la temporada de 1988
cuando tenía 40 años de edad.
Ni hablar de Magglio Ordóñez
quien dijo adiós sin estar en los terrenos de juego. El falconiano contaba con
38 años y era agente libre, las propuestas para volver a jugar llegaron, pero todas
no le auguraban iniciar en el equipo grande sino en las menores, por lo que
decidió retirarse en vez de probar suerte por última vez.
Luís Aparicio es quizás ejemplo
de cómo saber retirarse en el momento justo.
El campocorto y miembro del
Salón de la Fama le faltaba un mes para arribar a los 40 años de edad, cuando
los Medias Rojas de Boston lo dejaron libre el 26 de marzo de 1974, a pocos
días de iniciar la temporada regular.
Aparicio sabía que la presencia
de Mario Guerrero y Bernie Carbo le restaría juego, Boston le anunció al
zuliano que jugó un año atrás 133 encuentros que no sería el campocorto
titular, el venezolano pidió la libertad y pese a ofertas de clubes de la Liga
Nacional entre los que se destacaba Cincinnati para que ayudará a pulir a su coterráneo
David Concepción, Aparicio entendió en ese momento que no volvería a ser
regular en las mayores, decidió retirarse todavía en el umbral de su carrera y
diez años después su nombre sería entronizado en Cooperstown.
Casos como los que he señalado
se repiten constantemente en las Grandes Ligas, esta temporada cuatro
venezolanos afrontan una difícil situación ante la poca continuidad de sus
carreras.
Freddy García, Bob Abreu, Alex
González y Ramón Hernández se encuentran en esa encrucijada, seguir intentándolo
o decir adiós y aceptar que sus mejores momentos pasaron.
Comencemos con García, quien
ostenta el liderato de victorias entre los lanzadores venezolanos en las
mayores. El lanzador derecho recibió a los 36 años la oportunidad de lanzar con
los Orioles de Baltimore, pero la inconsistencia mostrada en el montículo
incidió en que fuera puesto en asignación, al final optó por permanecer en
ligas menores a la espera de una nueva oportunidad y continuar alargando su
carrera.
Si bien García despuntó desde
que debutó en las mayores en 1999, su carrera sufrió una caída en 2007 cuando
varias lesiones en el hombro afectaron su desempeñó. Pese a tomar un segundo
aire entre 2010 y 2011, el mirandino ya no tenía la misma potencia en su brazo
de lanzar.
Su futuro dependerá de cómo lance
en ligas menores.
Bob Abreu afronta el camino más
difícil.
Sin ofertas para jugar esta
temporada el aragüeño anunció su intención de jugar con los Leones del Caracas
para el próximo campeonato a fin de mostrarse a varios equipos en las mayores.
Pero con 39 años, Abreu podría seguir el camino que figuras como Vladimir
Guerrero, Jermaine Dye, Sammy Sosa o el mismo Magglio Ordoñez vivieron; por lo
que el final de su carrera sería por la puerta de atrás.
Abreu fue víctima del descenso
de sus registros entre 2011 y 2012, incidiendo en que algunos equipos
declinarán en contratarlo y, aún teniendo un año bueno con los Leones del
Caracas, es poco probable que un equipo se arriesgue a contratar a un veterano
de 40 años. Además ha señalado su intención de no jugar en ligas menores.
Alex González es quizás uno de
los peloteros más subestimados del béisbol. Pero a su vez es uno de los más
propensos a lesionarse.
Con 36 años a cuesta y 15 como
grandeliga, el aragüeño vio como esta temporada su rol de titular le fue
arrebatado así como sus 1503 juegos exclusivos en el campocorto.
Sempiterno aspirante al Guante
de Oro, el aragüeño nunca ha sido un bateador constante, pero esta temporada la
falta de ofensiva incidió en que los Cerveceros de Milwaukee lo dejaran libre.
¿Está acabado?
Con un historial como el de
González son pocos los que pudieran brindarle una oportunidad, aunque este
deporte nos ha demostrado que existen segundas oportunidades, es posible que
González pudiera volver pero dependerá de sus condiciones, no sería
descabellado verlo está temporada en la LVBP.
El último de la lista es Ramón
Hernández, quien fue dejado libre por los Dodgers de Los Ángeles durante el
transcurso de la temporada y fue tomado
por los Azulejos de Toronto quienes lo asignaron a ligas menores, pero la poca
producción mostrada en los encuentros que disputó en Triple A, incidió en que
fuera cesanteado hace pocos días.
A pesar de ser considerado uno
de los receptores venezolanos más completo que ha jugado en las mayores,
Hernández ha visto su tiempo de acción reducido en las últimas cinco campañas a
consecuencia de las lesiones. No ha jugado más de cien encuentros desde 2008, y
desde entonces su puesto de regular no ha sido constante.
Con 37 años afronta el camino
de decir adiós, aunque se mira en el espejo de Henry Blanco, el cumanés sabe
que son pocos los que pudieran darle una oportunidad de juego, sus números han
venido descendiendo, aunque la fe es lo último que se pierde.
Será este el fin o
continuaremos escuchando sus nombres en los estadios.
Lo cierto es que cuesta decir
adiós a un deporte en la cual han entregado sus vidas.
@beisboladentro
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