viernes, 12 de julio de 2013

Cuando el retiro toca la puerta


Uno de los capítulos más difíciles para un pelotero es afrontar el momento del retiro. Es allí donde los sentimientos se entremezclan en demostrar si aún sus condiciones están aptas para soportar una temporada extensa. Algunos optan por retirarse en el momento oportuno y otros prefieren arriesgarse y tomar el camino “vergonzoso” de intentarlo por última vez.

Andrés Galarraga vivió esa experiencia en 2005 cuando fue invitado por los Mets de Nueva York para que participara en el entrenamiento primaveral de ese año. Galarraga buscaba afanosamente jugar su campaña veinte en el big show, además de los 400 cuadrangulares, 2.500 imparables y 1.500 remolcadas para consolidar su candidatura al Salón de la Fama.

Lamentablemente en pleno inicio de los juegos primaverales el venezolano optó por colgar los spikes al ver que su cuerpo no respondía al riguroso entrenamiento al que fue sometido. Tenía 43 años.

La misma situación la padeció Carlos Guillen durante el campo de entrenamiento de los Marineros de Seattle en 2012, el venezolano decidió retirarse a consecuencia de las lesiones que han perturbado su carrera en las mayores.

Contaba en ese entonces 36 años.

Miguel Cairo prefirió retirarse antes de iniciar la campaña 2013. Próximo a cumplir 39 años, el utility sabía que sus opciones de volver a desempeñarse en ese mismo rol con los Rojos de Cincinnati serían nulas ante la presencia de César Izturis y Chris Heisley.

Hoy Cairo hace una prometedora carrera dentro de Cincinnati, siendo asistente del gerente general. Incluso tuvo la ocasión de ser el coach de banca de los escarlatas durante varios días, una experiencia que lo posiciono muy bien dentro del club ya que vieron los dotes de liderazgo que posee.

Igualmente Omar Vizquel disfruta su experiencia como instructor de infield con los Angelinos de Anaheim, pero el año pasado el caraqueño rogaba por una oportunidad de juego ya que sentía que podía jugar una temporada más.

Vizquel afronto un duro entrenamiento primaveral con los Azulejos de Toronto, incluso la opción de hacer el equipo lucía improbable dado el poco desempeño que mostró en el mismo; pero logro entrar en el roster y de inmediato anunció que la temporada 2012 sería la última como pelotero profesional.

Diferencias con el mánager John Farrell incidió en que Vizquel tuviera más encuentros en su despedida; incluso el departamento de relaciones públicas del club canadiense dio poca cobertura a la carrera de Vizquel durante el año, siendo injustamente homenajeado el último día de temporada, a diferencia del homenaje que recibió Chipper Jones en varios estadios el año pasado o el que vive Mariano Rivera en la actualidad.

Contaba para ese entonces con 45 años y jugó su temporada 24, récord para venezolanos.

David Concepción tampoco la tuvo fácil. Sabiendo que sus opciones de juego diario disminuían con la presencia de Barry Larkin en el campocorto, Chris Sabo en tercera y de Luís Quiñones como utility, decidió retirarse a finales de la temporada de 1988 cuando tenía 40 años de edad.

Ni hablar de Magglio Ordóñez quien dijo adiós sin estar en los terrenos de juego. El falconiano contaba con 38 años y era agente libre, las propuestas para volver a jugar llegaron, pero todas no le auguraban iniciar en el equipo grande sino en las menores, por lo que decidió retirarse en vez de probar suerte por última vez.

Luís Aparicio es quizás ejemplo de cómo saber retirarse en el momento justo.

El campocorto y miembro del Salón de la Fama le faltaba un mes para arribar a los 40 años de edad, cuando los Medias Rojas de Boston lo dejaron libre el 26 de marzo de 1974, a pocos días de iniciar la temporada regular.

Aparicio sabía que la presencia de Mario Guerrero y Bernie Carbo le restaría juego, Boston le anunció al zuliano que jugó un año atrás 133 encuentros que no sería el campocorto titular, el venezolano pidió la libertad y pese a ofertas de clubes de la Liga Nacional entre los que se destacaba Cincinnati para que ayudará a pulir a su coterráneo David Concepción, Aparicio entendió en ese momento que no volvería a ser regular en las mayores, decidió retirarse todavía en el umbral de su carrera y diez años después su nombre sería entronizado en Cooperstown.

Casos como los que he señalado se repiten constantemente en las Grandes Ligas, esta temporada cuatro venezolanos afrontan una difícil situación ante la poca continuidad de sus carreras.

Freddy García, Bob Abreu, Alex González y Ramón Hernández se encuentran en esa encrucijada, seguir intentándolo o decir adiós y aceptar que sus mejores momentos pasaron.

Comencemos con García, quien ostenta el liderato de victorias entre los lanzadores venezolanos en las mayores. El lanzador derecho recibió a los 36 años la oportunidad de lanzar con los Orioles de Baltimore, pero la inconsistencia mostrada en el montículo incidió en que fuera puesto en asignación, al final optó por permanecer en ligas menores a la espera de una nueva oportunidad y continuar alargando su carrera.

Si bien García despuntó desde que debutó en las mayores en 1999, su carrera sufrió una caída en 2007 cuando varias lesiones en el hombro afectaron su desempeñó. Pese a tomar un segundo aire entre 2010 y 2011, el mirandino ya no tenía la misma potencia en su brazo de lanzar.

Su futuro dependerá de cómo lance en ligas menores.

Bob Abreu afronta el camino más difícil.

Sin ofertas para jugar esta temporada el aragüeño anunció su intención de jugar con los Leones del Caracas para el próximo campeonato a fin de mostrarse a varios equipos en las mayores. Pero con 39 años, Abreu podría seguir el camino que figuras como Vladimir Guerrero, Jermaine Dye, Sammy Sosa o el mismo Magglio Ordoñez vivieron; por lo que el final de su carrera sería por la puerta de atrás.

Abreu fue víctima del descenso de sus registros entre 2011 y 2012, incidiendo en que algunos equipos declinarán en contratarlo y, aún teniendo un año bueno con los Leones del Caracas, es poco probable que un equipo se arriesgue a contratar a un veterano de 40 años. Además ha señalado su intención de no jugar en ligas menores.

Alex González es quizás uno de los peloteros más subestimados del béisbol. Pero a su vez es uno de los más propensos a lesionarse.

Con 36 años a cuesta y 15 como grandeliga, el aragüeño vio como esta temporada su rol de titular le fue arrebatado así como sus 1503 juegos exclusivos en el campocorto.

Sempiterno aspirante al Guante de Oro, el aragüeño nunca ha sido un bateador constante, pero esta temporada la falta de ofensiva incidió en que los Cerveceros de Milwaukee lo dejaran libre.

¿Está acabado?

Con un historial como el de González son pocos los que pudieran brindarle una oportunidad, aunque este deporte nos ha demostrado que existen segundas oportunidades, es posible que González pudiera volver pero dependerá de sus condiciones, no sería descabellado verlo está temporada en la LVBP.

El último de la lista es Ramón Hernández, quien fue dejado libre por los Dodgers de Los Ángeles durante el transcurso de la temporada  y fue tomado por los Azulejos de Toronto quienes lo asignaron a ligas menores, pero la poca producción mostrada en los encuentros que disputó en Triple A, incidió en que fuera cesanteado hace pocos días.

A pesar de ser considerado uno de los receptores venezolanos más completo que ha jugado en las mayores, Hernández ha visto su tiempo de acción reducido en las últimas cinco campañas a consecuencia de las lesiones. No ha jugado más de cien encuentros desde 2008, y desde entonces su puesto de regular no ha sido constante.

Con 37 años afronta el camino de decir adiós, aunque se mira en el espejo de Henry Blanco, el cumanés sabe que son pocos los que pudieran darle una oportunidad de juego, sus números han venido descendiendo, aunque la fe es lo último que se pierde.

Será este el fin o continuaremos escuchando sus nombres en los estadios.

Lo cierto es que cuesta decir adiós a un deporte en la cual han entregado sus vidas.


@beisboladentro

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