Hiram
Martínez / ESPNDEPORTES
Por
favor, abróchense los cinturones de seguridad, que llegó el fascinante,
misterioso y mágico, Juego 6 de la Serie Mundial, donde todo puede suceder.
Sí,
ese partido en el que salen leyendas y villanos, se escriben finales felices y
también cuentos de terror tendrá un capítulo más en Cleveland gracias a la
victoria 3-2 de los Cachorros de Chicago sobre los Indios de Cleveland el domingo
en un Wrigley Field sin espacio para cabras, gatos negros ni fanáticos metiendo
la mano para estorbar a un jardinero izquierdo.
Carlton
Fisk, Kirby Puckett, Mookie Wilson, Joe Carter y David Freese inscribieron sus
nombres como héroes eternos después del Juego 6 de la Serie Mundial, mientras
que Bill Buckner, Charlie Leibrandt, Neftalí Feliz y Robb Nen instalaron los
suyos en la nefasta lista del Salón de la Infamia del Juego 6, en la que
también brilla el árbitro de primera Don Derkinger por su joya de 1985.
En
conmemoración de los 30 años del error de Bill Buckner en la Serie Mundial de
1986, uno de los partidos más dramáticos de la historia, repasamos, con la
ayuda del portal baseball-reference.com, los más memorables Juegos 6 de los
últimos 30 años.
1.
Juego 6, 1986: Entre las piernas de Bill Buckner
Un
out. Esa era todo lo que necesitaban los Medias Rojas de Boston para ganar la
Serie Mundial en el Juego 6 de 1986 sobre los Mets de Nueva York. El marcador
estaba 5-3 y el cerrador Calvin Schiraldi había retirado a los dos primeros
bateadores con siete lanzamientos. Las rotativas de algunos periódicos ya
tenían montadas las placas con la portada que leía 'Boston rompe el maleficio'.
¿Un sencillo de Gary Carter? No hay problema, siguen habiendo dos outs y dos
carreras de diferencia en la parte baja de la décima. Lo que sucedió después sí
fue una tragedia griega para Boston, que a ese momento, llevaba 68 años sin
ganar y David Ortiz solo tenía 11 años: El emergente Kevin Mitchell disparó
sencillo al central, Ray Knight voló de la loma a un nervioso Schiraldi con
otro sencillo impulsando a Carter, el relevista Bob Stanley regaló la del
empate con un lanzamiento salvaje y Mookie Wilson pegó ese inofensivo rodado
por primera base que Bucknet mofó para quedar inscrito en la historia.
2.
1991 El jonrón mágico de Kirby Puckett
Hay
que agradecerle a Kirby Puckett por el vuelacercas en la parte baja de la
undécima entrada frente a Charlie Leibrandt que convirtió un partido poco
emocionante en un clásico. No solo por la memoria de verlo corriendo las bases
como un chiquillo mientras el abridor convertido en relevista ocasional de los
Bravos de Atlanta salía cabizbajo del diamante, sino porque preparó la escena
para uno de los Juegos 7 más memorables de los últimos 30 años: el duelo 1-0
que Jack Morris le ganó a John Smoltz para guiar a los Mellizos de Minnesota
Twins al título. Todavía cuesta entender por qué Leibrandt, zurdo, estaba allí
para enfrentarse a Puckett, uno de los mejores bateadores derechos de su
tiempo.
3.
1993: Joe Carter pone fin a la Serie Mundial
Los
mismos Indios de Cleveland que este martes juegan el Juego 6 cambiaron a Joe
Carter en diciembre de 1989 a los Padres de San Diego por Sandy Alomar y Carlos
Baerga, dos piezas que los llevaron a la Serie Mundial de 1995. Los Padres, a
su vez, los enviaron a los Azulejos de Toronto junto a Roberto Alomar en 1990.
Tres años más tarde, Carter se paraba en el plato y le daba a Toronto su
segundo título consecutivo con el segundo jonrón para finalizar una Serie
Mundial en la historia. El marcador estaba 6-5 a favor de los Filis de
Filadelfia, que tenían al efectivamente descontrolado cerrador zurdo Mitch
Williams (mejor conocido como 'Wild Thing', el mismo apodo que el personaje de
Charlie Sheen en la película de los Indios 'Major League') en la loma para
salvar el juego que los llevaría al decisivo. Williams caminó con cuatro
lanzamientos a Rickey Henderson y luego de un out, permitió un sencillo al
central de Paul Molitor. Con la cuenta en 2-2, Carter la desapareció --
literalmente -- por el jardín izquierdo, provocando fuegos artificiales en el
cerrado SkyDome y la primera celebración de Serie Mundial con un jonrón para
dejar en el terreno desde Bill Mazeroski en 1960.
4.
1995: Por fin, la joya de Tom Glavine
De
los futuros miembros de la rotación de los Bravos que llegó al Salón de la
Fama, solo John Smoltz (15-4, 2.67, 4 salvados) fue un titán en la
postemporada. Greg Maddux (11-14, 3.27 en octubre) y Tom Glavine (14-16, 3.30
en playoffs) dejaron a los fans de los Bravos esperando por más octubre tras
octubre. Por eso, había ciertas dudas con Glavine para el Juego 6, aun cuando
había ganado el Juego 2 con seis sólidas entradas. Pero sin alternativas y con
cinco días de descanso, el zurdo trajo su mejor versión, engañando entrada tras
entrada a los poderosos bateadores de los Indios, permitiendo un solitario hit
(sencillo de Tony Peña en la quinta), tres bases por bolas, y abanicando a ocho
en ocho entradas. Era necesario, porque los bates de los Bravos no aparecieron
y un solitario jonrón de David Justice abriendo la sexta fue todo lo que
necesitó Atlanta para ganar el primer y único título de la era de Bobby Cox.
5.
2002: Gracias, 'Rally Monkey'
Si
no crees en las supersticiones en el béisbol, una mirada al Juego 6 de la Serie
Mundial de 2003 te puede hacer cambiar de opinión. Los Angelinos de Anaheim
perdían 5-0 en la parte baja de la séptima ante unos Gigantes de San Francisco
liderados por Barry Bonds y parecían tener asegurado su primer título de Serie
Mundial desde que Willie Mays atrapaba lineazos de espaldas al plato. Los
aficionados comenzaron a agitar con más entusiasmo (o ansiedad) el monito
mágico de peluche que llevaban al parque, más por diversión que por esperanzas
de que fuera a darle la victoria. Si fue inefectividad de los relevistas de los
Gigantes, o que el 'rally' surtió efecto, está por verse. Lo cierto es que los
Angelinos, con jonrón de tres carreras de Scott Spezio, jonrón solitario de
Darrin Erstad y doblete de dos carreras de Troy Glaus ante el cerrador Robb
Nen, sumaron seis carreras en la séptima y octava entrada para ganar un
improbable sexto partido, en camino a su victoria decisiva en el séptimo.
6.
2011: Todo David Freese
Más
que un out... un strike. Eso era todo lo que necesitaba el relevista Neftalí
Feliz para darle a los Vigilantes de Texas su primer título en su historia.
Cierto que había hombre en primera y segunda para los Cardenales de San Luis,
pero con dos outs y la cuenta en 1-2... puede suceder cualquier cosa. Como un
triple de David Freese por encima de Nelson Cruz para empatar el partido 7-7 y
provocar otro sexto partido de tragicomedia en entradas extras. Bueno, Josh
Hamilton le devolvió la delantera de dos carreras a los Vigilantes, por lo que
con ventaja de 9-7 el rayo no caería dos veces en el mismo sitio, ¿cierto?
Falso. Con tres hits y dos carreras, los Cardenales se negaban a entregar la
serie. Después de todo, en un sexto partido cualquier cosa puede suceder. Y
sucedió. Sin outs en la parte baja del undécimo, con la cuenta en 3-2, David
Freese (sí, el mismo David Freese, el del triple en la novena) envió una recta
de Mark Lowe sobre la verja del jardín central para enviar la serie
directamente a un séptimo partido, quitándole años de vida al presidente de los
Vigilantes, Nolan Ryan. Los Vigilantes anotaron dos carreras en la primera
entrada del Juego 7, pero San Luis empató en la parte baja con un doblete de --
sí, de nuevo -- David Freese, en camino a una victoria 6-2.
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