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Por segunda Serie Mundial, los Indios de Cleveland pierden en extrainning en el séptimo y decisivo encuentro. Son cuatro los equipos que han caído en dicha situación.
Los Cachorros de Chicago son el sexto conjunto que logra remontar un déficit de 3-1 en una Serie Mundial para luego salir campeones.
Miguel Montero, Héctor Rondón y Wilson Contreras son los venezolanos con anillos de Serie Mundial, elevando la cifra a 28 criollos campeones. La lista la inicio Luis Aparicio. Igualmente Henry Blanco y Franklin Font, se llevaran su rúbrica por ser parte del cuerpo de coach de Joe Maddon.
Ahora los Indios de Cleveland son el conjunto más longevo sin título de Serie Mundial. Dejaron registro de 8-2, en esta postemporada cuando anotan primero en el juego.
Las ocho carreras de Chicago fueron impulsadas por ocho jugadores diferentes, por supuesto, otro récord para un juego 7 del clásico.
Tuvieron
que pasar 108 temporadas para que la afición del norte de Chicago volviera a
celebrar la conquista de una Serie Mundial.
Al
final no fue la predicción de la película “Volver al Futuro II”, sino Michael
Lee, que en su anuario de 1992 escribió que deseaba celebrar el título de los
Cachorros en la Serie Mundial de 2016. Su presagio no pudo ser mejor, en una
Serie Mundial que quedará grabada en los millones de televidentes y asistentes
al Progressive Field y Wrigley Field, en la que presenciaron el duelo más
electrizante entre dos novenas que buscaban acabar con la sequía de títulos que
poseían.
En
una serie donde las supersticiones, maldiciones, entre otros malos augurios
estaban rondando, los Cachorros querían dejar atrás 108 años de frustraciones,
mientras que los Indios querían acabar con 68 años de fracasos.
Una
serie donde Terry Francona demostró que la experiencia en postemporada fue
determinante en el manejo de su bullpen, aunque este le falló en el juego
decisivo; muy distinto a su par Joe Maddon que será recordado por el abuso que
tuvo en Aroldis Chapman en los últimos tres desafíos y que jugó sin los
fundamentos básicos como si quisiera perder.
Chicago
logró con unos ribetes épicos la conquista de su anhelada corona, gloria que
vino acompañada de sufrimiento tras haber iniciado el séptimo y decisivo
encuentro explotando al abridor Corey Kluber que tenía dos triunfos en esta
serie y buscaba su tercer lauro con tres días de descanso.
Kluber
llegó al partido con una efectividad de 0.89 en cinco aperturas en playoffs,
donde había permitido sólo 3 carreras en 30 entradas y un tercio. Era la
segunda mejor efectividad en la historia de Grandes Ligas para un lanzador con
al menos cinco aperturas en postemporada.
Pero
Cleveland fue recortando el marcador, haciendo el sufrimiento de los Cachorros
una eternidad.
En
el octavo tramo Maddon decide traer a Chapman para poner cifras definitivas al
encuentro que estaba 5-3 a favor de los ozsenos. Esta vez Chapman no pudo
exhibir su velocidad aterradora y de 35 pitcheos que hizo en un inning y un
tercio de labor, sólo ocho sobrepasaron las 100 millas por hora, muestra del
cansancio acumulado por el excesivo trabajo.
El
cubano permitió un épico jonrón del veterano Rajai Davis que igualó las
acciones en el final del octavo, aunque para los libros de récords, a pesar de
echar a perder el salvamento, quedará como el lanzador ganador del juego con el
que los Cachorros consiguieron su primer banderín desde 1908.
Maddon
dirigió contra la lógica, con el absurdo como patrón, pero ya todo eso pasa a
un segundo plano y a los ojos del mundo queda como el genio que rompió la
maldición.
David Ross se despide de las mayores con un título de Serie Mundial. Foto:AFP |
En
el quinto extrainnings de un séptimo y decisivo choque del clásico de otoño,
ocho jugadores de los Cachorros impulsaron una carrera para superar a un
pitcheo que hasta el juego 6 de la final, había sido prácticamente imbateable
en la postemporada. Ahora el equipo visitante ha resultado victorioso en 20 de
los 38 séptimos juegos de la Serie Mundial.
Salieron airosos a la presión
Chicago
es el séptimo equipo que regresa de estar abajo 1-3 para reclamar la corona y
el primero desde los Reales de Kansas City de 1985, dejó escapar una ventaja
6-3 en la octava entrada, cuando el jardinero Rajai Davis bateó un dramático
jonrón de dos carreras contra el cerrador cubano Aroldis Chapman para empatar
6-6.
Para
ese entonces, la Maldición de la Cabra hacía acto de presencia en el
Progressive Field, los ojos estaban ante los eternos perdedores y todo indicaba
que Cleveland estaba listo para dar la estocada final.
Pero
los Cachorros, que habían perdido sus dos juegos decisivos anteriores en la
Serie Mundial, se recuperaron del impacto emocional del batazo de Davis para
anotar dos veces en el décimo con el doble de Zobrist y un sencillo del
receptor venezolano Miguel Montero y llevarse el trofeo a casa.
La
maldición había llegado a su fin. Chicago dejó atrás a la Cabra Billy. Un gato
negro. Steve Bartman. Todas esas maldiciones, supersticiones y fiascos quedaron
archivadas cuando hilvanaron tres victorias consecutivas para voltear un 3-1 en
contra e imponerse 4-3 en la Serie. Y perseveraron cuando estuvieron a punto de
dilapidar una cómoda ventaja en el séptimo juego.
Maddon
uso a sus tres receptores. Wilson Contreras abrió el encuentro y ligo un
doblete impulsor en dos turnos, David Ross que entro en la cuarta entrada para
recibir los envíos de Jon Lester, conectó jonrón solitario en su último turno
como jugador y Miguel Montero que entró a la defensiva en el cierre del noveno
ligo sencillo con las bases llenas que a la postre marcó la diferencia en el
marcador final: Cachorros 8 Indios 7.
Antes
del turno de Montero, Ben Zobrist disparo doblete ante Bryan Shaw para traer la
séptima carrera y, pese al retraso de 17 minutos de lluvia que amenazaba con
paralizar las acciones y el ataque incesante de los Indios, los Cachorros
lograron superar sus fantasmas para unirse a Cardenales de San Luis (1926,
1394), Yankees de Nueva York (1952, 1958), Tigres de Detroit (1968) y Piratas
de Pittsburgh (1979) en revertir un 3-1 en el Clásico de Otoño y apenas el
segundo visitante que lo consigue desde Pittsburgh.
No funciono la rotación de tres
Terry
Francona, el manager que en el 2004 deshizo con los Medias Rojas de Boston el
maleficio de Babe Ruth, se equivocó al manejar su pitcheo a lo largo de toda la
serie, aunque no haya sido hasta ahora que pudimos comprobarlo.
Todavía
es un misterio por qué nunca le dio una oportunidad al novato Ryan Merritt, el
abridor del juego ante los Azulejos de Toronto que le dio a los Indios el
pasaporte a la Serie Mundial.
Cleveland es ahora el equipo más perdedor en las Grandes Ligas Foto:AFP |
Merritt,
con apenas cuatro juegos en su carrera, tres de ellos como relevista, demostró
de qué está hecho, al dominar a los Azulejos, a pesar de las presiones que
quisieron ponerle veteranos rivales como el dominicano José Bautista.
Sin
embargo, Francona decidió jugársela con una rotación de tres hombres, con poco
descanso entre ellos y le salió mal.
Ni
Trevor Bauer, ni Josh Tomlin pudieron hacer su trabajo con tres días de
descanso, mientras que el as de los Indios, Corey Kluber, lo consiguió una vez
pero falló cuando fue requerido nuevamente con tres días de descanso para el
partido decisivo.
Los
Indios deberán seguir esperando hasta al menos un año más y quién sabe si
vuelven a encontrarse con el Cachorros, equipo cuyo núcleo es muy joven y con
condiciones para establecer una dinastía.
Maddon y Epstein
Para Chicago fue tercera corona --vencieron a los Tigres de Detroit en 1907 y 1908-- en su primera visita
a la Serie Mundial desde 1945. Los 107 años sin ganar representaban la sequía
más larga de las cuatro ligas profesionales de Estados Unidos.
Maddon, un tres veces ganador del premio Manager del Año, ganó su
primera corona en su segundo viaje a la Serie Mundial. Maddon estuvo en el lado
perdedor cuando los Filis de Filadelfia derrotaron
a los Rays de Tampa Bay en
el 2008.
''Quiero felicitar a la gente de Chicago, nuestros fanáticos, nuestra
directiva, Theo [Epstein, el presidente de operaciones de béisbol] y Jed
[Hoyer, el gerente general], los jugadores'', dijo Maddon.
''Escuchen, estoy tarde para la fiesta. Vine aquí después de que todo el
trabajo pesado estaba hecho'', dijo Maddon, quien fue contratado por los
Cachorros hace dos años y clasificó al equipo a playoffs consecutivos en sus
primeras dos temporadas.
''Me siento muy afortunado de tener esta asignación, es la mejor. La
combinación de personas que mencioné es absolutamente la mejor. Además, el
estadio en sí, el Wrigley Field, es sin duda el mejor lugar de todos los
deportes. Así que es eso, y por supuesto, mi bella esposa Jaye, quien está
sentada aquí, y no podía hablar en este escenario, y ustedes se lo pierden'',
dijo Maddon.
Epstein fue el gerente general de los Medias Rojas de Boston que
en el 2004 quebraron una racha de 86 años sin título y ahora rompe la peor
racha de la historia. En el 2004 tuvo de manager a Terry Francona, quien estuvo
al frente de los Indios en la serie Mundial de este año.
''Este fue un juego increíble y significa mucho haber sido parte del
mismo'', dijo Francona, quien tenía marca de 8-0 al comienzo de la Serie
Mundial hace una semana y 11-1 luego del cuarto choque. Tres derrotas
consecutivas desmejoraron su récord a un aún muy bueno 11-4.
''Quiero felicitar a los Cachorros, a Maddon, a Theo, a Jed y al
propietario Tom Ricketts y su organización completa. Esta fue una gran serie y
todos sabíamos que alguien se iba a ir feliz a casa y ellos merecen el
reconocimiento'', dijo Francona.
Zobrist MVP
Ben Zobrist fue el gran protagonista
del séptimo juego de la Serie Mundial 2016 en el que los Cachorros de Chicago
se proclamaron campeones del beisbol de las Grandes Ligas y eso le sirvió
además para llevarse el premio al Jugador Más Valioso.
Foto:AFP |
El jardinero izquierdo de los oseznos tomó el relevo
que en 2015 con los Reales de Kansas City obtuvo el careta venezolano Salvador
Pérez.
Zobrist dio el batazo clave del encuentro cuando pegó
un indiscutible de dos bases hacia la banda izquierda en la parte alta del
décimo episodio y remolcara hacia el plato a su compañero Albert Almora Jr,
poniendo el marcador a favor de Chicago en 7-6.
En esta Serie Mundial, promedió un average de .357 y un
OBP de .419 con tres extrabases, cinco carreras anotadas y dos remolcadas.
Es el primer jugador en ganar el JMV_de una Serie
Mundial en su primera campaña con otro conjunto desde que lo hiciera Jermaine
Dye con los Medias Blancas de Chicago en el 2005 (antes jugó en el 2004 con los
Atléticos de Oakland).
Zobrist se convirtió en el cuarto jugador en la
historia de la Serie Mundial en sumar dos títulos consecutivos en dos ligas diferentes.
El dato
Es el quinto partido decisivo de la Serie Mundial que se alarga a entradas extras y el primero desde 1997, entre Cleveland y Marlins de Miami.
@beisboladentro
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