domingo, 22 de marzo de 2009

Derrota debería enseñar a Sojo


El resultado de la primera semifinal del segundo Clásico Mundial de Béisbol nos dejó varias enseñanzas, siendo la primera y, ojo, la más importante: Nunca se debe guardar para mañana al mejor lanzador disponible cuando está obligado a ganar hoy. Luis Sojo, quien sueña con algún día ser dirigente de Grandes Ligas, debería aprenderse eso como un mantra del budismo tibetano y repetirlo incansablemente hasta encontrar la iluminación.

Corea del Sur ratificó el sábado su actual gran momento en el béisbol internacional al derrotar por paliza 10-2 a Venezuela ante 43,378 fanáticos, asegurándose un puesto para la final del lunes, contra Estados Unidos o Japón, y eliminando al último conjunto latinoamericano en pie. "Fue un juego más, hay que aceptar la derrota, asi como disfrutamos la victoria. Queríamos darle el triunfo a Venezuela, pero no se pudo", dijo Sojo, cuyo equipo se va con las manos vacías a pesar de un rércord general de 6-2 y de haber llegado a Los Angeles con cinco victorias al hilo. "

El formato es el que tenemos y fue aprobado por todos los equipos, mis peloteros fueron muy profesionales, pero lamentablemente hoy nos tocó el dia malo a nosotros", agregó Sojo. La sincronizada y disciplinada maquinaria coreana pegó 10 imparables, caminó ocho veces por boletos gratis y aprovechó al máximo los fallos de la defensa venezolana, que estableció un récord negativo del Clásico con cinco errores. A la defensa estuvieron casi perfectos, encabezados por el acrobático torpedero Ki Hyuk Park, y su abridor Suk Min Yoo extendió un impresionante dominio en el Clásico Mundial 2009 con 6.1 entradas de dos carreras, cuatro ponches y un boleto. Yoo, de 22 años, concluyó el torneo con foja de 2-0, efectividad de 1.12, 13 ponches y una base por bolas en 16.0 episodios.

El jonrón que le conectó Carlos Guillén en la séptima entrada fue la primera carrera que admitió el derecho de los Tigres Kia de la Liga de Corea después de cuatro apariciones y 15.2 entradas. Pero una gran cuota del resultado del partido pudo haber estado en una decisión que tomó Sojo mucho tiempo antes de que se abrieran las puertas del Dodger Stadium el sábado: El pitcher abridor. Teniendo al fenomenal Félix Hernández habilitado para lanzar, Sojo prefirió guardarlo para una hipotética final y decidió morir con el derecho Carlos Silva, quien había lanzado bien en dos apariciones y a quien correspondía el turno en la rotación que armó el manager desde el primer juego. "No me arrepiento en lo absoluto, siempre dije que mantenía un patrón y con todo el respeto, Carlos es un buen lanzador. Quitarle la pelota sería una falta de respeto de mi parte y yo soy un hombre muy profesional y lo demostré dándole la bola esta noche", dijo Sojo. Pero aquí es que viene la parte medular de lo que nos reiteró el resultado del sábado.

Ningún manager debería acudir a segunda opciones si su mejor lanzador está habilitado para un partido de vida muerte. No importa que tan bien esté lanzando la segunda o tercera opción. En un equipo venezolano sin Johan Santana y Carlos Zambrano, "El Rey" Hernández es por mucho la mejor opción de la rotación. Mejor que Silva, Kelvim Escobar, Armando Galarraga, Aníbal Sánchez o cualquier otro venezolano con un puesto seguro en las Grandes Ligas. En el juego más importante de la historia del béisbol venezolano, Hernández observó desde la banca como los precisos bateadores coreanos pulverizaban a Silva con siete carreras en menos de dos episodios y de paso destruían las aspiraciones y sueños de una nación (Venezuela) y de una confederación de naciones (América Latina) en el el máximo torneo del béisbol mundial. Silva, quien entró al juego con marca de 1-0 y efectividad de 0.82 en las primeras dos rondas, donde enfrentó a Italia y Holanda, permitió seis hits (dos jonrones y un doble) y siete carreras (seis limpias) en 40 lanzamientos.

Sojo no solamente no utilizó a Hernández de abridor, sino que además confesó que nunca le pasó por la cabeza la idea de mandarlo en rescate de Silva en la primera o segunda entrada. Hernández, quien tuvo marca de 2-0, sin carreras permitidas y 11 ponches en 8.2 entradas contra Italia y la maquinaria de Puerto Rico, hará su próxima salida el lunes en un partido de exhibición de los Marineros de Seattle en la Liga del Cactus y tendrá otros cuatro años de descanso antes de su próxima salida en un Clásico Mundial. "En lo absoluto, no me arrepiento. No tengo ningún tipo de arrepentimiento. El béisbol es asi", dijo Sojo, quien aspira a ser el manager de Venezuela por tercera vez en el Clásico Mundial, en el 2013. Para entonces, es probable que haya aprendido de memoria la lección del sábado.

Enrique Rojas.
Espndeportes.com

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