Hace 60 años el venezolano Luis Aparicio se estrenó en las
Grandes Ligas, aquella joven promesa por la cual los Medias Blancas de Chicago,
cambiaron a Alfonso “Chico” Carrasquel a los Indios de Cleveland, jamás imaginó
que 28 años después sería entronizado al Salón de la Fama.
Antes de esa hazaña, ya Aparicio gozaba de la fama que su
juego había impregnado en el mejor béisbol del mundo. Gracias a él, el robo de
base volvió a ponerse de moda en las mayores, tanto así que aún se mantiene
activo su registro de nueve años consecutivos como líder en bases estafadas,
marca que no ha podido ser alcanzada por figuras como Rickey Henderson, Tim
Raines, Vince Coleman, Lou Brock, Kenny Lofton y compañía.
Su momento más difícil fue haber sustituido a Carrasquel en
el campo corto; el caraqueño era uno de los ídolos en la Ciudad de los Vientos, pero
la gerencia sabía lo que hacía y rápidamente el zuliano respondió a la
confianza llevándose el premio Novato del Año en 1956, tras promediar 266 con
tres jonrones, 56 producidas y su primer liderato en bases robadas con 21.
Recibió 22 votos al primer lugar de 24 posibles.
Dos años después Aparicio se alzaría con su primer Guante de
Oro de los nueve que recibió en su carrera, además de tener su primera
convocatoria de las diez que tuvo en Juego de Estrellas.
Gracias a su juego, los Medias Blancas recibieron el apodo
de “Go Go Sox”, ya que el zuliano no sólo asombraba por su recorrido en las
bases, sino por su excelsa defensa que rápidamente lo ubico entre los mejores
de las Grandes Ligas.
En 1959, finalizó segundo en la votación a Jugador Más
Valioso de la Liga Americana ,
premio que recayó en su compañero de equipo, Nellie Fox.
Tras siete años con los patiblancos, Aparicio fue cambiado a
los Orioles de Baltimore, conjunto con el llegaría a ganar su única Serie
Mundial, algo que le fue esquivo con los Medias Blancas. Tras una experiencia de
cinco temporadas con los oropéndolas, volvería a Chicago por tres campañas más
para finalizar su carrera con los Medias Rojas de Boston, equipo con el que
jugó tres años, promediando 271, 49 remolcadas y 13 bases robadas en 132
compromisos.
Pudo haber jugado un año más, pero él zuliano sabía que sus
opciones de juego serían pocas y siempre mantuvo fiel la filosofía de su padre:
“Si vas a ser pelotero, nunca seas el número dos
En Venezuela
La carrera de Luis Aparicio en Venezuela, comenzó a despegar
aquel 18 de noviembre de 1953.
Cuenta la hoy leyenda que Aparicio iba a debutar el 17 de
noviembre, pero la fuerte lluvia que cayó en Maracaibo, pospuso el encuentro
para el día siguiente, día de la Santa
Patrona de la ciudad, la Virgen de Chiquinquirá, ese día su padre Luis “El
Grande”, le entregó el guante a su hijo y desde entonces, nacería la leyenda
que hoy conocemos.
Debido al éxito que alcanzo en las mayores, la afición
venezolana tuvo que esperar diez años para que Aparicio jugará en el país,
siendo los Tiburones de La
Guaira , el equipo donde vivió sus mejores campañas, además de
pasearse por Leones del Caracas, Águilas del Zulia y Cardenales de Lara.
Tras su retiro, inicio carrera de mánager en el país siendo
dirigente de Àguilas, Tiburones, Cardenales y Petroleros de Cabimas, teniendo
poco éxito en esa faceta.
También estuvo como comentarista de béisbol en Radio Caracas
Televisión, enterándose de su exaltación a Cooperstown, durante un viaje de
regreso a Caracas, en compañía de Carlos González, ambos venían escuchando la
transmisión de los Leones del Caracas, y en la voz de Delio Amado León,
escucharon la noticia, en una época donde las redes sociales eran inexistentes.
Tras convertirse en el cuarto latino en ser inmortalizado en
Cooperstown, Bobbie Kuhn, Comisionado de las mayores, señalo en la ceremonia
del 12 de agosto de 1984, “He aquí a un
pelotero que desde hace tiempo debió estar en este salón. Me refiero al mejor
shorstop de todos los tiempos: Luis Aparicio”.
“Creo que di el discurso más corto de toda la historia del
Salón de la Fama ”,
comentó Aparicio cuando el año pasado se celebraron 30 años de su entonización.
“Afortunadamente había mucha gente ahí que me apreciaba y a la que yo quería
mucho. Estaba mi esposa (Sonia), Carlos Andrés Pérez y una buena cantidad de
amigos. Yo quería que toda Maracaibo estuviese ahí”.
Al momento de su retiro, Aparicio ostentaba varios registros
para campo cortos, más doble plays, asistencias, inning jugados, hits
conectados, juegos jugados, entre otros, que fueron cayendo a finales de los
años noventa y comienzos de la década del nuevo siglo. La mayoría de esos
registros están en manos de Omar Vizquel, Ozzie Smith y Derek Jeter.
Sus nueve Guantes de Oro representaron la mayor cantidad
para un campo corto hasta que Ozzie Smith lo superó con 13, actual marca en las
mayores.
La cifra
Luis Aparicio domino la votación al Salón de la Fama de 1984, al alcanzar
84.62% de los votos (341 de 403), por encima de Harmon Killebrew (83.1%) y Don
Drysdale (78.4%): Pee Wee Resee y Rick Ferrell obtuvieron su exaltación por el
Comité de Veteranos.
@beisboladentro
No hay comentarios:
Publicar un comentario