miércoles, 10 de agosto de 2011

Hace 20 años Wilson Álvarez les mostró al béisbol su no-hitter


Este jueves se cumple una gesta histórica en la historia del béisbol para Venezuela.


Wilson Álvarez fue durante la década de los años noventa el referente del pitcheo venezolano en las Grandes Ligas, sus actuaciones monticulares eran seguidas por miles de fanáticos, que a través de un televisor o en el estadio, se maravillaban con el dominio ante sus rivales.

En Venezuela defendió los colores de las Águilas del Zulia, equipo al cual ayudo a capturar tres de los cinco banderines que tiene la franquicia naranja. Pero Álvarez es más recordado por un hito que coloco a nuestro país en el mapa deportivo: Se convirtió en el primer venezolano en lanzar un juego sin hits.

Álvarez nació en Maracaibo el 24 de marzo de 1970, se convirtió en el primer jugador nacido en la década de los años 70 en debutar en las mayores y el número 54 entre los nacidos en Venezuela. El 24 de julio de 1989, los Vigilantes de Texas lo ascienden para que abra un encuentro ante los Azulejos de Toronto. El nerviosismo ataco al joven de 19 años, quien no saco ningún out, permitiendo tres carreras, igual cantidad de hits, dos cuadrangulares y dos boletos.

Al final del encuentro Álvarez se anexo la derrota y fue bajado a ligas menores.

Tres meses después el joven lanzador fue cambiado a los Medias Blancas de Chicago junto a Scott Fletcher y Sammy Sosa por Harold Baines y Fred Manrique; el cambio significo un nuevo comienzo para el zuliano y con ello el surgimiento de una estrella.

Memorable retorno

Aún en mi memoria recuerdo aquel domingo 11 de agosto de 1991 como si fuera ayer, me encontraba en mi casa con mi padre viendo Venevisión, que transmitía las incidencias de los Juegos Panamericanos de La Habana, y luego a la una de la tarde, Gonzálo López Silvero y el desaparecido Mario Duboy transmitirían el juego de la semana.

Y lo digo con certeza porque puedo recrear ese momento gracias a la magia del betamax, allí en el recordado Memorial Stadium de Baltimore, Wilson Álvarez hacía su segunda presentación en las mayores – primera con los Medias Blancas de Chicago -, equipo que lo ascendió para abrir un encuentro de emergencia.

Baltimore tenía en su alineación a notables bateadores como Cal Ripken Jr, Dwight Evans, David Seguí, Randy Milligan, entre otros. El juego arrancó, y los Medias Blancas le dieron una temprana ventaja al novato criollo de cuatro carreras.

En el sexto episodio, los Medias Blancas fabricarían tres rayitas más para colocar el encuentro 7 a 0. Mientras que Álvarez seguía retirando bateadores, mientras luchaba con el descontrol de algunos de sus pitcheos.

En el octavo episodio se produciría una de las jugadas claves que permitió a Álvarez continuar con su joya monticular. Con David Seguí corriendo en la inicial luego de recibir boleto, el turno correspondió al bateador designado Chris Hoiles. El fornido toletero soltó un batazo entre dos, poniendo un nudo en la garganta de los fanáticos, pero apareció el guante del jardinero central Lance Johnson, quien con una fabulosa atrapada de cabeza, decapitó la conexión haciendo que la multitud se levantará para darle una sonora ovación al patrullero del equipo contrario.

En el noveno el zurdo orgullo de Santa Lucía retiro la novena entrada por la vía rápida, el último out fue un ponche ante Randy Milligan, que desató la locura en el viejo Memorial Stadium (que cerraría sus puertas ese año para dar paso al Camden Yards), mientras que las 40,455 almas aplaudían al novato venezolano y su joya monticular.

Fue un juego de dos horas y cuarenta y cinco minutos; Álvarez permitió cinco boletos y poncho a siete rivales, al día siguiente el diario Meridiano título la gesta de Álvarez y lo bautizo “El Intocable”, apodo que llevó en cada una de sus presentaciones.

El resto es historia

El zurdo culmino ese año con marca de 3-2 y 3.51 de efectividad. Era el inicio de una prometedora carrera que alcanzo su cenit en 1993 cuando gano quince y perdió en ocho ocasiones. Ese año finalizo segundo en efectividad en el joven circuito con 2.95.

Álvarez finalizó la campaña con una seguidilla de siete triunfos en fila. En 1994 el zurdo llegó a finales de junio con marca de 8-0, extendiendo a quince las victorias en filas, para igualar una marca de la franquicia. Aunque la huelga se atravesó en agosto, Álvarez culmino con marca de 12-8 iba encaminado a las veinte victorias con chance de hacerse del premio Cy Young, que ese año se llevó Jimmy Key de los Yankees de Nueva York.

Entre 1993 y 1996 Álvarez se convirtió en un potencial ganador de veinte victorias y con oportunidad de obtener un Cy Young en su vitrina, pero la falta de ofensiva y el descontrol, incidió en que esas metas llegarán para convertirse en el primer criollo en acariciar dichas marcas.

Su consistencia y dedicación al trabajo fue ejemplo de una generación que emulo sus hazañas, siendo estos Freddy García, Johan Santana, Carlos Silva, Carlos Zambrano, Félix Hernández, entre otros.

Al momento de su retiro Álvarez mantenía el liderato de por vida en varios departamentos para pitchers venezolanos en las mayores. Entre ellos se encuentran: más ganados (102), juegos abiertos (263), ponches (1330) y episodios lanzados (1742.2).

El Intocable se desempeñará como coach de pitcheo de las Águilas del Zulia en la temporada 2011-2012, donde llevará su bagaje de 14 temporadas en las mayores, a una nueva generación de lanzadores zulianos.

Después de su retiro Álvarez trabajo a nivel de ligas menores con los Piratas de Pittsburgh y Dodgers de Los Ángeles, pero desde entonces no ha conseguido ofertas por sus servicios.

Algunos datos sobre el No Hit de Wilson entre otros

Oswaldo Guillen, hoy manager de los Medias Blancas y quien ese año era el capitán y campo corto del equipo, declaro a un medio venezolano años después, que no se había dado cuenta que Álvarez lanzaba no hit hasta que ocurrió esa jugada.

“Luego de la atrapada escuché la ovación y pensé: Fue una buena jugada, pero nada más”, dijo Guillen, que luego añadió que le preguntó a su compañero Joey Cora, sobre que sucedía y este le respondió: “Ozzie, Wilson lanza no hit no run”.

Guillen volteó a la pizarra y se asustó, y al final del encuentro señalo que le regaló una botella de vino a Álvarez y le dijo “Solo te faltan 2.999 triunfos para ingresar al Salón de la Fama”.

Fue el primer lanzador zurdo en conseguir un no hitter con los Medias Blancas de Chicago.

Álvarez abrió el encuentro de emergencia y las expectativas no eran favorables para él, pero Chicago necesitaba un abridor para enfrentar a los Orioles de Baltimore.

El Intocable estuvo 14 temporadas en las mayores con Texas (1989), Medias Blancas de Chicago (1991-1997), San Francisco (1997), Tampa Bay (1998-2002) y Dodgers de Los Ángeles (2003-2005).

En 1994 es convocado al Juego de Estrellas, siendo el primer lanzador criollo en recibir la distinción.

En 1998 se convierte en el primer lanzador en lanzar la primera pelota en la historia de los Mantarrayas de Tampa Bay.

En 1999 consiguió cuatro ponches en un episodio.

Álvarez fue el referente del pitcheo venezolano, mientras Andrés Galarraga era del bateo, mientras estos estuvieron activos, jamás se enfrentaron en un encuentro de grandes ligas.

En Venezuela estuvo 13 campañas con las Águilas del Zulia, siendo artífice de los campeonatos conseguidos en 1991-92, 1992-93 y 1999-2000. Ganó la Triple Corona del Pitcheo en la 91-92 con 8-0, 64 ponches y 1.48 de efectividad.

Su registro fue de 29 ganados y 19 derrotas con 2.50 de efectividad; mientras en el big show dejó 103-92 con 3.96 de efectividad.

Quince años después de la gesta de El Intocable, Aníbal Sánchez se convirtió en el segundo criollo en conseguir un no hitter, mientras que Carlos Zambrano se convirtió en el tercer venezolano al conseguir el suyo en 2008.

Box Score del juego de Wilson Álvarez

@beisboladentro        

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