Este jueves
se cumplen 25 años del primer juego sin hits para un lanzador venezolano, hito
logrado por el zuliano Wilson Álvarez, que en su segunda salida como
profesional – la primera desde 1989 -, silenció a la poderosa ofensiva de los
Orioles de Baltimore, en el antiguo Memorial Park, casa de los oropéndolas.
Álvarez se
estrenaba con los Medias Blancas de Chicago, conjunto que lo adquirió en octubre
de 1989, procedente de los Rangers de Texas, equipo con el que debutó y salió
valpuleado en su única apertura.
En una salida
de emergencia, el joven de 21 años lanzaría una de las joyas monticulares más difíciles
de alcanzar, y que desde ese momento lo enrumbo a ser ídolo de las próximas
generaciones de lanzadores que llegarían a las mayores a finales de los años
noventa y comienzo del nuevo siglo.
En Venezuela,
las incidencias del partido se siguieron por Venevisión, que por cosas del
destino no pudieron transmitir el encuentro pautado por lluvia, y se plegaron a
la transmisión de los Medias Blancas. El recordado Gonzalo López Silvero,
comentó que el abridor de Chicago era una promesa del pitcheo, que lanzó varios
juegos sin hits en su etapa juvenil, por lo que había expectativas de como
saldría en esta segunda apertura de su carrera, tras su triste debut con Texas,
tres años atrás.
Y la
premonición de López Silvero se fue
cumpliendo inning tras inning, Álvarez fue retirando a la poderosa ofensiva de
los Orioles, que pese al descontrol del zuliano, no había podido conectarle
ningún imparable durante todo el trayecto.
Ya en el
octavo Chicago ganaba siete a cero, y Álvarez saldría más cerca de la gloria,
en ese episodio se produciría una de las jugadas claves que permitió a Álvarez
continuar con su joya monticular. Con David Seguí corriendo en la inicial luego
de recibir boleto, el turno correspondió al bateador designado Chris Hoiles. El
fornido toletero soltó un batazo entre dos, poniendo un nudo en la garganta de
los fanáticos, pero apareció el guante del jardinero central Lance Johnson,
quien con una fabulosa atrapada de cabeza, decapitó la conexión haciendo que la
multitud se levantará para darle una sonora ovación al patrullero del equipo
contrario.
Oswaldo Guillen, quien defendía el campo corto de los patiblancos, declaro a un medio venezolano años después, que no se había dado cuenta que Álvarez lanzaba no hit hasta que ocurrió esa jugada.
“Luego de la
atrapada escuché la ovación y pensé: Fue una buena jugada, pero nada más”, dijo
Guillen, que luego añadió que le preguntó a su compañero Joey Cora, sobre que
sucedía y este le respondió: “Ozzie, Wilson lanza no hit no run”.
Guillen
volteó a la pizarra y se asustó, y al final del encuentro señalo que le regaló
una botella de vino a Álvarez y le dijo “Solo te faltan 299 triunfos para
ingresar al Salón de la Fama”.
En el noveno,
Álvarez con 113 pitcheos en su haber enfrentaría a Mike Devereaux que la elevó
al jardín central, Juan Bell se poncha, Cal Ripken y Dwight Evans negocian
boletos, dejando la escena servida para que Randy Milligan se ponchará y con
ello se iniciará la algarabía en el Memorial Park.
Álvarez
culminó su faena con siete ponches y cinco boletos, totalizando 128 pitcheos,
de los cuales 75 fueron en zona de strike.
Meridiano,
diario deportivo de Venezuela título al día siguiente “Intocable”, apodo con el
cual sería conocido el zuliano durante sus 14 años como grandeliga en los que
vistió los uniformes de Rangers de Texas (1989), Medias Blancas de Chicago
(1991-1997), Gigantes de San Francisco (1997), Mantarayas de Tampa Bay
(1998-2002) y Dodgers de Los Ángeles (2003-2005).
Al momento de
su retiro Wilson tenía el liderato en victorias (102), juegos abiertos (263),
ponches (1330) y episodios lanzados (1742.2). Después de Alejandro “Patón”
Carrasquel y Luis Leal, ningún lanzador generó tanta expectativa que Álvarez
que vivió sus mejores años con Chicago, donde ganó 15 triunfos en dos ocasiones
(1993 y 1996).
Ron Karkovice guió la labor del joven zuliano |
Las lesiones
hicieron mella en su carrera, sobre todo en su época con Tampa Bay, equipo con
el que firmó un contrato de 32 millones de dólares, haciéndolo uno de los
mejores pagados del béisbol.
Se retiró a
los 35 años, ya en labores de relevo con Los Ángeles, quizás aún tenía más que
dar, pero su cuerpo ya no respondía a las exigencias del día a día.
Hoy cumple
funciones como coach de pitcheo en ligas menores con los Orioles de Baltimore,
conjunto con el que salto a la fama tras su faena monticular.
Tras la gesta
de Wilson Álvarez, Venezuela esperó quince años para que otro criollo emulará
lo alcanzado por el zuliano, siendo Aníbal Sánchez el predestinado en su año de
novato con los Marlins de Florida.
Actualmente se
han lanzado seis juegos sin hits por lanzadores venezolanos.
El dato
Wilson
Álvarez fue el primer jugador nacido en la década de los años 70 en estrenarse
en las mayores. Dejó marca en 1991 de 3-2 con 3.51 de efectividad en diez
salidas, nueve de ellas como abridor.
@beisboladentro
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