domingo, 23 de septiembre de 2012

Guillen puede tener los días contados como manager de los Marlins



Cuando el río suena es porque piedras trae, así reza el famoso proverbio cuando una noticia está por confirmarse. Eso lo sabe Oswaldo Guillen, quien ha vivido una temporada atípica como estratega de los Marlins de Miami.

Y no es para menos, Guillen llegó a los peces en medio de muchas expectativas, en parte por haber llevado a los Medias Blancas de Chicago a conquistar la Serie Mundial de 2005. Así como por haber sostenido una relación tensa con la gerencia del club patiblanco, además de varias amonestaciones por su incontrolable verborrea.

Los Marlins iniciarían la temporada 2012 confiados en acceder a su tercera Serie Mundial, en parte por las contrataciones de José Reyes, Mark Buehrle, Heath Bell y Carlos Zambrano, gastando un total de 191 millones de dólares. De igual modo, había curiosidad por ver como les iría en un nuevo estadio valorado en 634 millones de dólares con techo retráctil y de estrenar nuevos uniformes y nuevo nombre: Los Marlins de Miami.

Pero a falta de una semana y media para que concluya la campaña, los peces poseen marca de 66-84, peleando con los Mets de Nueva York por no ocupar el último lugar en la división Este de la Liga Nacional.

Este no era exactamente el resultado que esperaba el propietario del club, Jeffrey Loria, quien a mediados de temporada se desprendió de Hanley Ramírez, Edward Mujica, Gaby Sánchez, Omar Infante, Randy Choate y Aníbal Sánchez, piezas que formaban el grueso del equipo.

Reestructuración era lo que sonaba en el seno del club, pero para el béisbol, los Marlins fueron la gran decepción de la temporada.

A pesar de eso, Oswaldo Guillen trato de limar la situación trabajando con el material que tenía, pero los resultados no llegaron.

Los Marlins comenzaron a derrumbarse desde el inicio de la temporada cuando Guillen fue suspendido durante cinco cotejos en abril después de realizar comentarios elogiando al líder cubano Fidel Castro, lo que enfureció a la comunidad cubana en el área de Miami.
Guillen y Loria podrían poner fin a su relación
poco fructífera al finalizar la temporada

El venezolano regresó pidiendo perdón por el error cometido y prometió no volver a hablar más de la cuenta. Incluso decidió cerrar su cuenta Twitter y concentrarse en dirigir. Pero como la maña no se quita, Guillen reactivo su cuenta y siguió con sus comentarios de más, sin importar lo que pueda suceder en el futuro.

Los días contados

Guillen ha sabido manejarse en situaciones críticas, ante los constantes rumores de su despido, el mirandino ha salido al paso señalando que su contrato es hasta el 2015 y confía en que seguirá con el equipo hasta entonces.

“Esa es la última cosa que pasa por mi mente todos los días, si voy a tener empleo el próximo año. Voy a tener un empleo. No sé si será dirigiendo a los Marlins, pero tendré un empleo. No sé si será como manager en Grandes Ligas, pero voy a tener un empleo”, enfatizó.

Las palabras de Guillen dan a entender que le da igual si Miami lo mantiene al frente del club o no. El venezolano poco le importa si sus comentarios hacen eco en una divisa donde Loria es más volátil que el criollo y ha demostrado que no le molesta salir de piezas para ahorrar costos y confeccionar un team work.

Sino recordemos los episodios vivido con Joe Girardi a quien despidió después de ganar el Manager del Año o cuando cesanteo a Fredi González cuando este tenía roces con la estrella del club, Hanley Ramírez.

Loria ha demostrado que lo que le molesta y perturba lo desecha, para muestra el desmantelamiento que hizo con el equipo esta temporada, después de armarlo para el título.

“Si Jeffrey piensa que no realizo el trabajo que debería, no es la primera vez que despide al manager”, dijo Guillen. “Sé que va a ser más sencillo para él despedir a otro. No me preocupa eso. Espero cien por ciento estar de regreso”, agregó.

Pero las incongruencias en el manejo del vocabulario del mirandino son inverosímiles.

“Lo peor respecto a (perder) mi trabajo es empacar mi casa en Miami, tengo mucha ropa, pero fuera de eso, nada”.

Guillen cerro su comentario resaltando que gracias a Dios había decidido alquilar casa en Miami.

De igual modo afirmó que todos los encargados de tomar las decisiones en la organización tienen la culpa del pobre resultado esgrimido por Miami esta temporada.

Pero esta semana ha estado activo ante los medios y poco le da si sigue al frente, pero cuando habla la realidad es otra.

“Si vemos el panorama general del equipo, claro que es una posibilidad real mi despido, ¿Cuántas veces escuché la semana pasada que mi cargo está en peligro? Pero yo no digo nada al respecto”, agregó el criollo, que también fue autocrítico. “¿Si creo que hice un buen trabajo con este equipo? No”, aseveró Guillen.

Lo cierto es que desde ya el nombre de Mike Lowell, ex jugador del club y miembro del equipo campeón de 2003, ha sonado para ser el hombre que sustituya al venezolano en la temporada 2013.

Habrá que esperar a que termine la campaña y que Loria haga un análisis completo a su equipo. Si los rumores son ciertos y la salida de Guillen es inminente, la pregunta radica en que equipo le dará trabajo al venezolano para seguir siendo manager en las mayores.

Como él mismo ha vaticinado está confiado que dirigirá nuevamente…

@beisboladentro

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