En la temporada 2005, Barry Bonds se sometió a una
operación en su rodilla limitando su actuación a solo 14 encuentros, siendo
estos en el último mes de temporada regular. Ese año Bonds era vinculado como
un posible consumidor de esteroides y muchos alegaron que esa “operación” era
para que su cuerpo se limpiara de sustancias estupefacientes.
Aunque solo quedo en rumor esa anécdota, Barry
finalmente fue hallado culpable de perjurio y enfrento un juicio por consumo de
esteroides.
Hace cuatro años, Alex Rodríguez, confesó en un
programa de televisión que se dopó entre los años 2001-2003, cuando el jugador
perteneció a los Rangers de Texas. En ese entonces, el pelotero afirmó que la
presión de los $250 millones de dólares que firmó fue detonante para caer en el
consumo de hormonas de crecimiento humano (HGM, por sus siglas en inglés).
Hace una década atrás, Rodríguez fue considerado el
jugador más completo del béisbol. Su confesión cayó como agua fría no sólo en
sus seguidores, sino en el desarrollo de su carrera. Para muchos sus registros
estaban manchados como los que tuvieron Bonds, McGwire, Palmeiro y compañía.
Aunque el capitulo pareció quedar atrás, Rodríguez
nuevamente entra en el ojo del huracán. Hace una semana su nombre se vinculo a
un posible consumo, cuando el periódico Miami
New Times reveló el dato. La clínica anti envejecimiento en Miami, Biogénesis, propiedad del
cubanoamericano Anthony Bosch, una versión de BALCO en el este de los Estados
Unidos, habría suministrado hormonas a diferentes peloteros entre los que se
destacan Manny Ramírez, Melky Cabrera, Bartolo Colón, Nelson Cruz, Gio González,
Yasmandi Grandal, Jesús Montero y Francisco Cervelli.
Aunque Montero se mostró incrédulo por ver su nombre
entre los clientes, Cervelli aseguró que busco asesoría en esa empresa para
tratar una lesión en su pierna. El resto a excepción de González y Cruz han
sido reincidentes por violar la política anti dopaje del béisbol.
Que aparezcan algunos peloteros reincidentes en el
uso de sustancias prohibidas no sorprende, así como el de “nuevos” consumidores.
El nombre de Rodríguez es el que más llama la
atención.
El informe detalla que Rodríguez recibió hormona de
crecimiento humano, testosterona y esteroides anabólicos entre 2009 y 2012.
De hecho, Antony Bosch, jefe de la clínica, estuvo
vinculado a Manny Ramírez cuando este fue suspendido en 2009. Bosch, nunca ha
sido acusado por autoridades locales o federales.
Si la historia del New Times es cierta, y si los
registros reportados en la clínica anti envejecimiento en Miami son correctos,
y si Rodríguez en efecto compró HGH y otras sustancias para mejorar el
rendimiento, este sería el punto final en la carrera de quien fuera considerado
en su momento el jugador más completo del béisbol.
Ya Rodríguez se encuentra en una situación incierta
con su organización. Los Yankees de Nueva York en vista del fracaso del
pelotero en sus últimos tres años han buscado la manera de salir de su
contrato.
Rodríguez se perderá la temporada 2013 por una
operación de cadera y aún le restan por cancelar 114 millones de dólares de un
contrato que firmó en 2008 que subió de 250 a 275 millones de dólares, contrato
que lo convirtió en el pelotero mejor pagado en deporte alguno. Incluso la cifra
ascendería a 300 millones, si Rodríguez superara las marcas de cuadrangulares
de Babe Ruth, Hank Aaron y Barry Bonds.
Un jugoso contrato que hoy Nueva York ve como una
inversión fallida.
Pero esto no es culpa de Rodríguez para el momento
de la firma, el dominicano tenía una proyección histórica y Nueva York ávida de
dinero adquirió a cuanto pelotero quiso por sumas exorbitantes.
La ausencia de A-Rod por toda la temporada recuerda
el episodio de Bonds; ante una posible investigación, muchos aseguran que está
operación cayó como anillo al dedo para que su cuerpo se limpiara de posibles
rastros.
El pelotero ha negado dichos rumores aparecidos en
el Miami New Times, incluso ya contrato un abogado para demostrar su inocencia.
Quizás sea hora de solapar un posible retiro. Sus
números le garantizan un nicho en la inmortalidad. Aunque estará la duda de si
lo hizo sin trampas.
Rodríguez sigue señalando que no ha consumido
esteroides. Sus palabras recuerdan a Lance Armstrong quien fue acusado de
doparse y aunque el ciclista enfrentó calumnias mientras demostró su inocencia,
recibiendo incluso el apoyo de atletas y patrocinantes, cedió ante la presión y
confesó que uso esteroides durante su etapa como múltiple campeón del tour de Francia.
La culpabilidad de Alex Rodríguez es tan clara como
la confesión de Armstrong. Depende de él confesarlo o no.
Pero Rodríguez quiere evitar un escándalo en su
carrera y culminar su contrato con los Yankees, a quien ha acusado de querer torpedear
su carrera para salir del contrato que firmaron.
Es hora de que el béisbol castigue severamente a los
reincidentes.
Es obvio que las suspensiones de 50 o 100 encuentros
no hacen mella en los peloteros. Ryan Braun, jugador Más Valioso de la Liga
Nacional hace par de campañas salió en un informe positivo por uso de HGH,
aunque un jurado determino que no hubo indicios de tal consumo, Braun quedo con
una mancha que impidió que obtuviese su segundo MVP el año pasado.
Su nombre volvió a aparecer en el laboratorio
Biogénesis, y el pelotero se mostró dispuesto a ser investigado, a fin de
demostrar su inocencia.
El béisbol comienza a perder credibilidad. Los acusados
de consumidores son latinos en su mayoría. Solo pocos peloteros estadounidenses
han sido vinculados a hormonas de crecimiento, entre los que figuran Mark
McGwire, Barry Bonds y Roger Clemens, es evidente que se sigan haciendo más
pruebas.
Manny Ramírez arrojo dos veces positivos y el
pelotero no afronto una segunda suspensión, decidió retirarse y volvió; las
mayores decidieron rebajar su suspensión a 50 encuentros y aún así no recibió
el ascenso por parte de los Atléticos de Oakland, equipo que tomo sus
servicios.
Hoy se encuentra esperando una oferta para volver al
béisbol.
Fue en 2004, cuando las Grandes Ligas pusieron en
ejecución las pruebas antidopaje, ya han transcurrido nueve años y el sistema
sigue presentando fallas y huecos que nunca le permitirá dar la credibilidad a
los posibles casos.
Melky Cabrera fue un claro ejemplo de cómo el sistema
puede ser burlado.
La novela entre los Yankees y Rodríguez tiene vieja
data, la organización paga las consecuencias de sus firmas onerosas. Este
incidente puede ser el detonante para que Nueva York salga del pelotero, pero
quizás la salida traiga como consecuencia que desembolsen dinero de por medio.
Es posible que los Yankees vayan detrás de él para
tratar de extraerle el mayor alivio financiero
posible por el dinero que todavía le deben. Es posible que la carrera de
Rodríguez en Nueva York haya terminado con esas horribles actuaciones en
postemporada ante los Orioles y los Tigres. Es posible que otros equipos
tampoco lo quieran, de la misma manera que han rechazado a Manny Ramírez.
Solo Rodríguez tendrá la última palabra.
@beisboladentro.
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