Cuando Bud Selig tomo la
decisión de crear un evento de carácter mundial para competir con el fútbol en
2005, mucho tomaron la aseveración como una falacia. Pero Selig se metió entre
cejas dar un evento que apuntará al béisbol en países donde el deporte no se
practicaba, más que esta disciplina fue execrada de los Juegos Olímpicos a
partir del 2012.
Fue así como decidió crear el
Clásico Mundial de Béisbol, donde 16 países dimitirían ser el mejor en esta
disciplina. Aunque el comienzo lució espinoso, Selig tenía la intención de que
las mejores estrellas de las Grandes Ligas impulsarían el evento.
Cuando estamos a escasos días
del comienzo del Clásico Mundial en su tercera edición, Selig pecó de comparar
este evento con el Mundial de Fútbol que organiza la FIFA. El fútbol es un
deporte universal, mientras que el béisbol no es conocido en muchos países.
Además las convocatorias de la FIFA son distintas a la que organiza MLB que ha
dado muchas clausulas a la actuación de sus peloteros.
Por supuesto un futbolista no
gana lo mismo que un beisbolista cuando este firma al profesional.
En el béisbol los bonos por
firmas y los contratos multianuales son inversiones millonarias distintas a las
que se perciben en el balompié. De hecho representar a tu país en un Mundial o
Eliminatoria es una satisfacción más que un patriotismo tal como Selig concibió
al Clásico Mundial.
La edición número III corre el riesgo
de ser la última gracias al boicot que han hecho varios clubes de Grandes Ligas
con algunos peloteros, ni siquiera Selig como Comisionado del béisbol –no se ha
pronunciado-, ha incidido en que los equipos flexibilicen la actuación de sus
jugadores. A diferencia de las dos ediciones anteriores, este clásico no presenta
un claro favorito dada la poca convocatoria de estrellas de renombre.
Ni siquiera Estados Unidos a
quien los entendidos aseguran que se le ubico en un grupo “accesible” para
llegar a la final, no presenta nombres rutilantes pese a que un mánager ganador
como Joe Torre los dirigirá.
La presión de los dueños y
gerente generales ha incidido en la baja asistencia para este evento.
La excusa: La falta de
preparación incidirá en una lesión que podría hacer que pierda la temporada
regular.
Ojo, hablamos de un evento que
durara una semana. La asistencia no influirá en que pierdan su
acondicionamiento físico, ya que las Grandes Ligas están en este instante en
sus entrenamientos primaverales; al terminar todavía quedarán dos semanas de
entrenamiento, entonces porque vetar a un jugador que desea representar a su
país.
Selig no ha calado en su idea
con los dueños de equipo pese a haber logrado la inserción de los comodines o
de la localia en los Juegos de Estrellas por mencionar.
Repito el Clásico Mundial no es
la Copa Mundial de Fútbol, acá las presiones son por parte de los clubes de
facilitar la participación de los mejores jugadores.
Ya en una ocasión en los años
noventa se planteó la posibilidad de que las Grandes Ligas enviarán a sus
mejores peloteros a representar a Estados Unidos y otros países a participar en
el béisbol olímpico. La respuesta fue tajante y negativa: No paralizarán la
temporada regular por dos semanas de acción.
DETENER…. acaso los Marineros
van a paralizarse dos semanas porque Félix Hernández se lesiono, o los Yankees
no jugarán quince o setenta días mientras A-Rod se recupere de una lesión.
Ejemplos como esto son utopías.
Los treinta conjuntos de las Grandes Ligas tienen varias estrellas en sus
rosters, por lo cual la salida breve de uno o varios puede ser paliada con su
cantera en ligas menores.
Claro que también inciden otros
factores como contratos y bonos incluidos. Es allí donde el pelotero decide que
le conviene más.
Hace poco, Félix Hernández
declino ir con Venezuela al Clásico Mundial después de haber firmado un
contrato de 175 millones de dólares, que lo convierte en el mejor lanzador
pagado del béisbol.
Félix esgrimió que aseguró el
futuro de su familia.
Acaso eso es un crimen, yo
también hubiera hecho lo mismo ante semejante contrato. El criollo negó que
Seattle presionara para que no participara en el evento de países, al contrario
señalaron que no querían verlo lanzar pero que la decisión de participar era de
él.
Hernández vio que jugar con
Venezuela no iba a asegurarle su futuro. Una lesión hubiera echado para atrás
este contrato y quizás poner en riesgo la carrera del joven lanzador.
Allí estuvo Johan Santana en
2009, no actuó porque la Federación Venezolana de Béisbol no tenía el dinero
para cubrir el seguro del lanzador para que participara en el evento.
Los dueños de equipos en las
Grandes Ligas no desean que sus inversiones se lesionen fuera de sus campos. No
es lo mismo una lesión entrenando o jugando con tu equipo que una fuera de
ella.
Pero aún así, algunos acudirán
al evento orgulloso de representar a su país.
Más allá de lo que suceda, ya
los entendidos han dado su veredicto.
¿Por qué celebrar un evento en
el que los equipos les piden a sus jugadores que no participen?
Se imaginan si la FIFA
recibiera presiones para que Lionel Messi sólo juegue 25 o 30 minutos con
Argentina o Cristiano Ronaldo no patee tiros libres o penales en los partidos
de Portugal.
Sería un absurdo que no sólo
atenta contra el espectáculo, sino contra el factor promocional.
El Clásico Mundial de Béisbol
está viendo sus últimos días de acción, la oficina del Comisionado no ve
cambios, sus mismas reglas dieron el veto a sus peloteros, ahora los clubes ven
a este espectáculo como una amenaza
vetaron a los peloteros y ahora
los dueños ven este espectáculo como una amenaza a lo que fue hace siete o
cinco años atrás.
Quizás sea conveniente que esto
suceda, la FIFA vivió un inicio turbulento con la colocación del Mundial y
paralizó sus actividades durante varios años hasta que a mediados de los años
50 retomo lo que conocemos hoy día: Una fiesta del balompié mundial.
Pero miramos y nos damos cuenta
que MLB no es FIFA y el Clásico Mundial de Béisbol no es la Copa Mundial de
Fútbol. Quizás me equivoque, pero Selig no triunfo esta vez.
@beisboladentro
No hay comentarios:
Publicar un comentario