El sueño finalizo…
lamentablemente el buque encallo sin haber desplegado el mismo arsenal que
mostró en la final de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.
Navegantes del Magallanes llegó
a Hermosillo, México a disputar la edición LV de la Serie del Caribe. La meta
convertirse en el primer equipo venezolano en obtener tres cetros caribeños,
por supuesto la empresa lucía empinada; Magallanes vio partir a más de la mitad
de su roster campeonil, quienes declinaron jugar por acercarse la fecha de los
entrenamientos primaverales.
En algunos casos es entendible
la situación, después de una ardua campaña algunos prefieren descansar y
compartir con sus seres queridos.
Para otros la serie ya no
ofrece el mismo atractivo de antaño.
Con todos estos inconvenientes,
Magallanes comenzó su peregrinaje a Hermosillo con 18 peloteros, algunos de
ellos con varias semanas sin actuar. Factor que influyo en la poca producción
ofensiva.
Magallanes no fue el mismo
equipo que arrolló a Cardenales de Lara en la final. Esta edición del club
naviero adoleció de mayor peso ofensivo, nunca pudieron carburar la producción
de carreras.
En seis partidos Magallanes
apenas anotaron doce carreras y recibieron once, para poder acceder a la final
tenían que arrollar a República Dominicana con un marcador superior a seis
carreras y ligar que Puerto Rico derrotará a México por la mínima diferencia.
Así estuvo el pitcheo |
Ni lo uno, ni lo otro se logro.
Los bates venezolanos apenas
promediaron 175 (189-33), siendo los únicos que no llegaron a los 200 de
promedio colectivo. Contradictoriamente, el pitcheo si respondió a la exigencia
del torneo, pese a que la mayoría de los brazos venían de jornadas agotadoras.
Entonces es propició
preguntarse ¿Dónde falló Venezuela en esta Serie del Caribe?
Con un registro de 2-4,
Magallanes apelo al factor suerte para llegar a la final, pero para llegar a
esa instancia los bates tenían que producir. Fueron últimos en todos los
renglones ofensivos: average, OBP (211), SLG (293), dobles (4), ponches
recibidos (50); además de las anotadas y remolcadas ya mencionadas.
Asimismo, no es lo mismo un
grupo de trabajo que viene entrenando junto por varios meses, que uno que se
conformó en horas. El Magallanes que ganó el campeonato de la LVBP no fue el
mismo que estuvo en la Serie del Caribe.
Fue un equipo que adoleció de
estrellas de renombre.
El factor cansancio también
pesó.
Magallanes culmino su actuación
el 30 de enero cercano a la medianoche del 31, tuvieron horas para armar un
grupo de peloteros y partir en la tarde-noche de ese día a México, donde
llegaron en horas de la madrugada del primero de febrero; a horas de su
encuentro inaugural ante Leones del Escogido de República Dominicana.
Ante semejante agotamiento era difícil
rendir en un evento corto.
Creo que ya se ha hablado hasta
la saciedad de la necesidad de modificar el calendario de la LVBP, y que el
equipo campeón requiera de su merecido descanso para celebrar su título y hacer
las diligencias pertinentes con los refuerzos.
Así batearon en la Serie del Caribe |
Este problema no es nuevo, lo
vivió Aragua en el pasado y en 2009 se corono contra todos los pronósticos.
Pero cuando vemos un club como Magallanes tener solo un día de descanso y sus
rivales una semana completa, es obvio que el cansancio haría mella en sus
peloteros, en su mayoría figuras que tenían semanas sin actuar debido a la
eliminación de sus equipos originales.
Que contradictorio fue este
Magallanes, se pensó que el pitcheo sería el talón de Aquiles y fue lo más
destacado. Segundo en efectividad (3.31), lideres en ponches propinados (58) y
carreras limpias permitidas (19).
Simplemente no batearon…
@beisboladentro
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