miércoles, 18 de febrero de 2015

La manzana de la discordia




“Asumo la responsabilidad completa por mis errores que llevaron a mi suspensión durante la temporada 2014… lamento que mis acciones hayan hecho la situación peor que lo que debía. A las Grandes Ligas, a los Yankees, a la familia Steinbrenner, a la Asociación de Jugadores, y a ustedes, los fanáticos, solo les puedo decir que lo siento”.

Estas líneas corresponden a la carta que Alex Rodríguez hizo llegar a los medios de comunicación, disculpándose por haber violado el programa antidopaje de las Grandes Ligas.

El pelotero espera hacer borrón y cuenta nueva tras un tumultuoso proceso  en el que amenazó con demandar al ex comisionado Bud Selig, la organización de Nueva York, al médico del equipo, al sindicato de peloteros y hasta las Grandes Ligas por querer difamar su carrera. Aunque al final confeso el uso de sustancias prohibidas a la agencia antidroga de Estados Unidos (DEA), Rodríguez quedó como un mentiroso patológico en el cual cualquier palabra simplemente sería cuestionada por no ser consecuente en sus declaraciones.

Por medio de la carta, Rodríguez busca ser absuelto de los errores cometidos en el pasado, pero la verdad es que apenas el proceso inicia cuando el próximo sábado se reintegre a los entrenamientos de la mítica organización a rayas.

El pelotero viene de ser suspendido por toda la temporada 2014 (162 juegos), después de lograr que un juez le redujera la sentencia de 211 encuentros, la mayor cantidad en la historia de este deporte.

En 2013, la oficina del comisionado de las Grandes Ligas, suspendió a 13 jugadores, incluyendo Rodríguez, como resultado del testimonio de Anthony Bosch en la investigación del escándalo Biogénesis. Un 14° pelotero, Ryan Braun, negocio una suspensión por 65 encuentros antes que concluyeran las averiguaciones.

Todos los sancionados aceptaron sus condenas, excepto A-Rod, quien procedió a demandar a Grandes Ligas, al comisionado Bud Selig, a los Yankees, al doctor del equipo, a un hospital de Manhattan y al sindicato de jugadores. Un nuevo récord deportivo en materia legal.

Las relaciones con la organización están rotas y por más que los Yankees quisieran terminar sus relaciones con Rodríguez, quien cumplirá 40 años en julio y solamente ha jugado 166 partidos desde 2012, los Yankees están amarrados al pelotero por tres años más y tendrán que pagarle $61 millones de dólares hasta el 30 de septiembre de 2017, sin contar con otros posibles cheques gordos por registros históricos.

Se encuentra a 81 hits de los 3.000, a seis vuelacercas de igualar a Willie Mays en el cuarto lugar en la historia y a 31 remolcadas de llegar a las 2.000.

Cada uno de esos registros aunado a los cuadrangulares que logré este año vendrá con un jugoso bono estipulado en la extensión de contrato firmado hace siete años atrás, y que hoy tiene a la organización pagando caro su error.

Tareas pendientes
Convencer al cuerpo técnico de los Yankees de Nueva York de que está al tope de sus condiciones, será una de las tareas que tendrá A-Rod en esta postemporada.

El último encuentro que disputo el antesalista fue el 13 de septiembre de 2013, desde entonces, se enfocó en rehabilitarse y competir por el puesto cinco con Chase Headley, quien se perfila como el titular de esa posición.

Los reportes señalan que Rodríguez en principio sería bateador designado, y deberá demostrar durante el spring training que su cadera responde a los rigores del juego para cubrir con eficiencia la tercera base esporádicamente. El mánager Joe Girardi, dijo días atrás que considera usar al pelotero como una opción para defender la inicial.


Queda ver si Rodríguez vuelve a recuperar el esplendor de lo que alguna vez fue ser considerado el jugador más completo de este deporte, mientras tanto, las conjeturas acerca de su condición física y su reincidencia a sustancias prohibidas lo mantendrá como foco de los medios, en una temporada que promete mostrar varios episodios de A-Rod.

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