Más
allá de caer en sentimentalismos hay que recordar que las reglas fueron claras
para los participantes. Se aplicó en Margarita el año pasado sin contratiempos
y se repitió en la edición de este año.
El
primer título de Cuba tras 55 años de ausencia de una Serie del Caribe,
significa un jubilo grande para la Confederación del Caribe, que trajo de
vuelta a uno de los países fundadores del evento a esta competición, con el
propósito de darle oxigeno a un formato que lucía desgastado y que perdió
atractivo cuando las estrellas de las Grandes Ligas dejaron de participar en
ella, y tras ver las celebraciones de equipos sin jugar en el terreno.
¿Fue Cuba un campeón justo? |
El
nuevo formato trae aires de renovación a la llamada “Pequeña Serie Mundial Latinoamérica”,
pero lo acontecido en Puerto Rico puede ser indicio de un precedente que
pudiera repetirse en cualquier momento.
Sin
desmeritar los logros de Cuba a nivel internacional, el béisbol antillano no ha
arrojado el nivel esperado en las dos Series del Caribe realizadas. El año
pasado Naranjas de Villa Clara quedó eliminado en primera vuelta al dejar marca
de 1-3; mientras que este año Vegueros de Pinar del Río con el mismo registro
accedieron a semifinales, donde dejaron en el camino a Caribes de Anzoátegui,
representantes de Venezuela, quienes tenían hasta ese entonces marca de 4-0.
Los
venezolanos quedaron fuera de la final en un partido de muerte súbita, mientras
que los antillanos llegaron a la final y se coronaron campeones para dejar un
registro global de 3-3, misma marca que dejó México, quien culminó sub campeón.
Venezuela
por su parte se marchó con las manos vacías y con el mejor registro del torneo
4-1.
Acaso
es justo que el mejor equipo sea eliminado por perder un solo encuentro.
Pero
ese fue el formato aprobado y con ese se jugó, no hay reclamos sino decepción,
coraje y rabia por ver como una celebración se originó en medio de un mal
desempeño en el terreno de juego y tras deserciones de dos figuras antillanas.
Cuba
gana amparado en un formato que puede ser benevolente en el futuro para otro
país.
Es
allí donde la Confederación deberá tomar las cartas y decidir si esto seguirá aplicándose
o modificar la normativa para evitar que la serie vuelva a decaer en cuanto a
los niveles de audiencia y asistencia.
Lo
salomónico sería premiar al mejor conjunto de la primera vuelta con su
clasificación directa a la final y dejar que los cuatros restantes equipos
dimitan en dos partidos el siguiente clasificado, estoy seguro que la respuesta
sería mayor y habría igualdad de condiciones para los participantes.
Quizás
sea una opinión sin respuesta, pero estoy seguro que el formato más que
beneficioso, deberá ser ajustado y evitar el ruido que causo la eliminación
injusta de Caribes de Anzoátegui.
No
estoy en contra de premiar la mediocridad, pero no es justo que un partido
defina el futuro de un equipo en el torneo, y ya esto se ha visto en el Clásico
Mundial de Béisbol y en las Grandes Ligas con la aplicación del juego de los
comodines.
El
espectáculo siempre va a demandar mejoras y por lo pronto el ensayo ha sido
positivo para la Confederación, todavía hay que pulir ciertos detalles para devolver
la elegancia que una vez trajo la Serie del Caribe.
@beisboladentro
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