La temporada 2013 del béisbol
de las Grandes Ligas está por culminar. Será una temporada donde Mariano
Rivera, Andy Pettitte y Todd Helton, dirán adiós al deporte que tanto les
apasiona, será el adiós de los terrenos, cada uno de ellos establecieron marcas
que lo colocaron dentro de los mejores exponentes de esta disciplina y, ahora
aguardaran cinco años para saber si el esfuerzo realizado será recompensando
con la exaltación al Salón de la Fama.
Acá un vistazo sobre la carrera
de estos tres peloteros y su legado en las Grandes Ligas:
Con
méritos de sobra
Son pocos los relevistas que se
encuentran exaltados en Cooperstown. Los votantes se han mostrado reacios en
apoyar a esta figura y no hay una argumentación clara de porque no reciben
votos para ser entronizados.
De los 69 lanzadores que se
encuentran en el Salón de la Fama, sólo cinco han sido relevistas y uno de
ellos jamás abrió un encuentro, fue Bruce Sutter, quien logró la inmortalidad
en 2006.
Rivera buscara convertirse en
el sexto relevista, uniéndose a Hoyt Wilhelm (1985), Rollie Fingers (1992),
Dennis Eckersley (2004), Sutter (2006) y Rich Goossage (2008). Sólo Eckersley
logró ser exaltado en su primer año.
Los argumentos de Rivera a
diferencia de sus antecesores son sin duda sólidos.
Es el primer pelotero activo al cual le retiran su número |
El panameño es un cerrador,
probablemente el mejor de todos los tiempos; aunque tal vez no todos concuerden
y dejen abierto un espacio a la duda en comparación con Trevor Hoffman, el otro
lanzador que sobrepasó la enorme barrera de los 600 juegos salvados. Ningún
otro pitcher ha llegado ni siquiera a 500.
Las cifran favorecen a Rivera,
especialmente por su excelencia en los partidos de postemporada; pero sus
críticos alegan que ha tenido la suerte de jugar durante 19 temporadas con los
Yankees de Nueva York, el equipo más dominante de las últimas dos décadas. De
cualquier manera, los números están allí y apuntan, con mucha fuerza 652
rescates. En los play off su récord es todavía mejor, ha rescatado 42 partidos
y solo ha fallado en cinco; además su promedio de carreras limpias es de apenas
0.70.
Inicio su transitar como
abridor en 1995. Los resultados no fueron los mejores, por lo que la dirección
del equipo decidió moverlo hacia el rol de “preparador” de John Wetteland,
quien, en ese momento era el cerrador de los Mulos. A partir de 1997 “Mo”, como
lo llaman sus compañeros, asumió el puesto y ha sido intocable desde entonces.
Apoyado con el clásico tema del
grupo Metallica, “Enter Sandman”, Rivera intenta sofocar cualquier intento de
los rivales.
Su despedida del béisbol estuvo
marcada de homenajes, en especial la de su organización, quienes retiraron su
número 42, siendo el primer pelotero en recibir dicho reconocimiento aún
activo.
Hay que recordar que Rivera es
el último pelotero que usa dicho número, el cual fue retirado hace algunos años
de las Grandes Ligas en homenaje a Jackie Robinson, primer jugador de color en
jugar al béisbol.
“Fui bombardeado con emociones
y sentimientos”, relató Rivera, quien en noviembre cumplirá 44 años. “De
repente me di cuenta de todo. Sabía que era la última vez. Punto. Nunca había
sentido algo semejante”.
El relevista más destacado de
la historia rompió a llorar en el montículo cuando Derek Jeter y Andy Pettitte
salieron de la cueva para sacarle con dos outs en el noveno inning, lo cual fue
seguido por abrazos interminables y sollozos entre los tres compañeros de
generación.
Se va un grande, el deportista
más ejemplar que ha tenido el béisbol de las Grandes Ligas.
Ahora inicia el camino a un
sueño que nadie ha logrado: Ser exaltado al Salón de la Fama de manera unánime.
Nadie ha conseguido ser elevado
con el respaldo pleno de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica.
Tom Seaver fue quien más cerca
estuvo al lograr el 98,94% de los votos en 1992. Solo cinco de los 430 que
votaron decidieron no emitirle su voto al lanzador en aquella oportunidad.
Y así pasó con otros mitos. Babe Ruth en 1936,
Willie Mays en 1979, Ted Williams, Cal Ripken Jr, entre otros. Ni hablar de Joe DiMaggio, Rogers Hornsby, Harmon
Killebrew o Roberto Alomar, quienes no recibieron la oportunidad en su primer
año, sino en otras elecciones.
Por
el historial de Rivera, es imposible imaginar que exista un pretexto en un
votante para no darle el voto al panameño.
Otro
pelotero con características similares a Rivera, tendrá su primer intento en
enero de 2014, se trata de Greg Maddux, ganador de cuatro premios Cy Young y
miembro del club de 300 victorias.
Si
Maddux que representó la perfección en el montículo no recibe la unanimidad,
será difícil pronosticar quien la pueda recibir.
Hace
unos años se hablo de Ken Griffey y Barry Bonds como los merecedores de dicho
honor. El primero fue mermando sus condiciones a causa de múltiples lesiones y
el segundo es sospechoso de esteroides y en estos momentos sufre de las
consecuencias de sus actos en las votaciones.
¿Será
Derek Jeter el predestinado?
En
la mente de Rivera no figura nada de eso.
En
este instante la mente de Rivera se ha vuelto una caja de grandes recuerdos que
él atesorará como testigo de cada hecho. Los reconocimientos que ha recibido durante
todos estos años y los que recibió esta temporada, ahora son parte de ese
legado que el béisbol le recompensó.
Su
récord de más rescates de por vida como los de postemporada, lucen ahora como
unos de los más difíciles de lograr, junto a los 511 triunfos de Cy Young, los
56 juegos de hits de Joe DiMaggio, los 7 juegos sin hits de Nolan Ryan, los 24
Grand Slam de Alex Rodríguez, los 742 vuelacercas de Barry Bonds, los 5.714
abanicados de Nolan Ryan, las 130 bases robadas de Rickey Henderson, los 4.256
hits de Pete Rose, las 1.503 bases robadas de Rickey Henderson, los 230 hits de
Ichiro Suzuki, los 6 Grand Slam en un año de Don Mattingly, entre otras marcas.
Un
legado que se forjó a base de trabajo y ejemplo para sus compañeros.
Un siniestro con mucho éxito
Sandy
Koufax, Steve Carlton, Lefty Grove, Randy Johnson y Whitey Ford, han sido
señalados como los grandes lanzadores zurdos que han jugado en las Grandes
Ligas. Dentro de poco, Andy Pettitte, pudiera unirse a tan prestigioso grupo,
gracias a los registros que cosecho en 18 temporada con los Yankees de Nueva
York y Astros de Houston.
“Llegué al punto de saber que he dejado todo
lo que tengo en el terreno. Es el momento perfecto”, rezó el escrito de
Pettitte. “Lo digo ahora porque quiero tener la oportunidad de levantarles mi
gorra a los fanáticos y agradecerles por hacer que mi etapa con los Yankees sea
tan especial”.
Si
las lesiones no se hubieran hecho presentes en los últimos años, Pettitte
estaría coqueteando con los 300 triunfos, pero sus 255 victorias y 152 derrotas
no son un despreciable registro. Si a eso hay que agregar que es líder en triunfos
en postemporada con 19, Pettitte tiene argumentos para ser tomado en cuenta
para el Salón de la Fama.
Sus
255 triunfos lo dejan en solitario en el puesto 42 entre los máximos ganadores
de por vida, por encima de Red Farber (254), Carl Hubbell (253) y Al Spalding
(252), mientras se quedó a cinco ganados de igualar a Ted Lyons quien culminó
su carrera con 260 triunfos.
Miembro
del “Cour Four”, aquella generación que conformó junto a Derek Jeter, Mariano
Rivera y Jorge Posada, a mediados de los años noventa y que ayudo a los Yankees
a ganar cinco títulos de Serie Mundial, la carrera de Pettitte fue ascendiendo
sin ser el centro de un club lleno de grandes estrellas.
Sus
98 sorprendidos representan la segunda cifra más alta detrás de Steve Carlton
que tuvo 146. Asimismo, es el tercer lanzador con más triunfos en la historia
de Nueva York con 218, líder en abanicados con 2.015 y empató con Whitey Ford
(483), la mayor cantidad de aperturas con el uniforme rayado.
Alguien
duda de su entronización.
Quizás
su confesión sobre el uso de esteroides y su declaración en el juicio a Roger
Clemens, que rompió la amistad que tenía con el lanzador, sea su única mancha
negativa en su carrera.
Pero
supo sobreponerse y volvió a ganarse el respeto de muchos y siguió cosechando
éxitos.
Su
carrera tomo un segundo aire cuando lanzó para los Astros de Houston durante
tres campañas, registro 37-16 y 3.38 de efectividad, ayudo a Houston a llegar a
su primera Serie Mundial, pero cayeron barridos ante los Medias Blancas de
Chicago.
Ganador
de al menos diez partidos en 14 de sus 15 temporadas con los Yankees, lo cual
es una marca histórica dentro del club, superando las 13 de Ford.
Pettitte
ha ganado 10 o más partidos en 16 de sus 18 temporadas.
Otro
dato interesante es que Pettitte cerrara su actuación lanzando en Houston, su
ciudad natal. La dupla Pettitte-Rivera ha salvado 72 encuentros de por vida, la
mayor combinación en la historia de las mayores.
Es
este zurdo un autentico miembro de Cooperstown, en cinco años lo sabremos.
La primera estrella formada en las
granjas de Colorado
Fue
el responsable de que los Rockies de Colorado prescindieran de Andrés Galarraga
al finalizar la temporada 1997, y al año siguiente culminó segundo en la
votación al Novato del Año que gano Kerry Wood cerradamente.
Se
trata de Todd Helton quien se enrumbo como la primera gran estrella formada en
los Rockies de Colorado. Fueron 17 temporadas en la cual el inicialista de 40
años fijó récords en casi todos los renglones ofensivos de la franquicia.
Campeón
bate en la Liga Nacional con 372 en el año 2000, año en el que lideró el
circuito con 59 dobles, 147 remolcadas y 42 vuelacercas, Helton se convirtió esta
temporada en el pelotero 96 que alcanza los 2.500 imparables en las mayores.
Con
características similares a la de Don Mattingly, Helton fue un verdadero líder
dentro y fuera del terreno de juego.
Dolores
en la espalda menguaron su rendimiento en años reciente, aún así promedia de
por vida 317 con 369 jonrones, 1.406 remolcadas, 1.401 anotadas y promedio de
embasado de 414 en 2.245 juegos.
Lidera
al club en juegos, veces al bate (7.954), anotadas, hits, dobles (592), jonrones,
remolcadas, boletos y ponches.
Troy
Tulowitzki será el líder entre los peloteros activos del club y sus registros
están lejos de igualar a Helton.
Por
cierto Helton se retira como líder entre los activos en el departamento de
dobles.
Acaso
sus números no lo hacen acreedor de ser el primer pelotero de los Rockies en
llegar a Cooperstown.
Quizás
abran detractores que señalen que el haber jugado en un parque apto para
bateadores le reste votos, lo cierto es que Helton no ganó un MVP y lo más
cerca que tuvo fue un quinto puesto en 2000.
Pero
obtuvo tres Guantes de Oro, cinco Juegos de Estrellas, cuatro Bates de Plata y
algunos lideratos ofensivos, en un periodo donde lucho contra grandes
bateadores como Barry Bonds, Albert Pujols, Mark McGwire, Sammy Sosa, Ryan
Braun, Andrés Galarraga, Mike Piazza, Tony Gwynn y compañía.
Es
uno de los pocos peloteros que se mantuvo fiel a una organización, lo cierto es
que dentro de poco Colorado decidirá honrarlo retirando su número, pues su
legado ofensivo estará intacto durante los siguientes diez años.
Cooperstown
lo recibirá… solo queda esperar.
@beisboladentro
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