sábado, 28 de septiembre de 2013

En ruta hacía Cooperstown

La temporada 2013 del béisbol de las Grandes Ligas está por culminar. Será una temporada donde Mariano Rivera, Andy Pettitte y Todd Helton, dirán adiós al deporte que tanto les apasiona, será el adiós de los terrenos, cada uno de ellos establecieron marcas que lo colocaron dentro de los mejores exponentes de esta disciplina y, ahora aguardaran cinco años para saber si el esfuerzo realizado será recompensando con la exaltación al Salón de la Fama.

Acá un vistazo sobre la carrera de estos tres peloteros y su legado en las Grandes Ligas:

Con méritos de sobra
Son pocos los relevistas que se encuentran exaltados en Cooperstown. Los votantes se han mostrado reacios en apoyar a esta figura y no hay una argumentación clara de porque no reciben votos para ser entronizados.

De los 69 lanzadores que se encuentran en el Salón de la Fama, sólo cinco han sido relevistas y uno de ellos jamás abrió un encuentro, fue Bruce Sutter, quien logró la inmortalidad en 2006.

Rivera buscara convertirse en el sexto relevista, uniéndose a Hoyt Wilhelm (1985), Rollie Fingers (1992), Dennis Eckersley (2004), Sutter (2006) y Rich Goossage (2008). Sólo Eckersley logró ser exaltado en su primer año.

Los argumentos de Rivera a diferencia de sus antecesores son sin duda sólidos.
Es el primer pelotero activo al cual le retiran su número

El panameño es un cerrador, probablemente el mejor de todos los tiempos; aunque tal vez no todos concuerden y dejen abierto un espacio a la duda en comparación con Trevor Hoffman, el otro lanzador que sobrepasó la enorme barrera de los 600 juegos salvados. Ningún otro pitcher ha llegado ni siquiera a 500.

Las cifran favorecen a Rivera, especialmente por su excelencia en los partidos de postemporada; pero sus críticos alegan que ha tenido la suerte de jugar durante 19 temporadas con los Yankees de Nueva York, el equipo más dominante de las últimas dos décadas. De cualquier manera, los números están allí y apuntan, con mucha fuerza 652 rescates. En los play off su récord es todavía mejor, ha rescatado 42 partidos y solo ha fallado en cinco; además su promedio de carreras limpias es de apenas 0.70.

Inicio su transitar como abridor en 1995. Los resultados no fueron los mejores, por lo que la dirección del equipo decidió moverlo hacia el rol de “preparador” de John Wetteland, quien, en ese momento era el cerrador de los Mulos. A partir de 1997 “Mo”, como lo llaman sus compañeros, asumió el puesto y ha sido intocable desde entonces.

Apoyado con el clásico tema del grupo Metallica, “Enter Sandman”, Rivera intenta sofocar cualquier intento de los rivales.

Su despedida del béisbol estuvo marcada de homenajes, en especial la de su organización, quienes retiraron su número 42, siendo el primer pelotero en recibir dicho reconocimiento aún activo.

Hay que recordar que Rivera es el último pelotero que usa dicho número, el cual fue retirado hace algunos años de las Grandes Ligas en homenaje a Jackie Robinson, primer jugador de color en jugar al béisbol.

“Fui bombardeado con emociones y sentimientos”, relató Rivera, quien en noviembre cumplirá 44 años. “De repente me di cuenta de todo. Sabía que era la última vez. Punto. Nunca había sentido algo semejante”.

El relevista más destacado de la historia rompió a llorar en el montículo cuando Derek Jeter y Andy Pettitte salieron de la cueva para sacarle con dos outs en el noveno inning, lo cual fue seguido por abrazos interminables y sollozos entre los tres compañeros de generación.

Se va un grande, el deportista más ejemplar que ha tenido el béisbol de las Grandes Ligas.

Ahora inicia el camino a un sueño que nadie ha logrado: Ser exaltado al Salón de la Fama de manera unánime.

Nadie ha conseguido ser elevado con el respaldo pleno de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica.

Tom Seaver fue quien más cerca estuvo al lograr el 98,94% de los votos en 1992. Solo cinco de los 430 que votaron decidieron no emitirle su voto al lanzador en aquella oportunidad.

Y así pasó con otros mitos. Babe Ruth en 1936, Willie Mays en 1979, Ted Williams, Cal Ripken Jr, entre otros. Ni hablar de Joe DiMaggio, Rogers Hornsby, Harmon Killebrew o Roberto Alomar, quienes no recibieron la oportunidad en su primer año, sino en otras elecciones.

Por el historial de Rivera, es imposible imaginar que exista un pretexto en un votante para no darle el voto al panameño.

Otro pelotero con características similares a Rivera, tendrá su primer intento en enero de 2014, se trata de Greg Maddux, ganador de cuatro premios Cy Young y miembro del club de 300 victorias.

Si Maddux que representó la perfección en el montículo no recibe la unanimidad, será difícil pronosticar quien la pueda recibir.

Hace unos años se hablo de Ken Griffey y Barry Bonds como los merecedores de dicho honor. El primero fue mermando sus condiciones a causa de múltiples lesiones y el segundo es sospechoso de esteroides y en estos momentos sufre de las consecuencias de sus actos en las votaciones.

¿Será Derek Jeter el predestinado?

En la mente de Rivera no figura nada de eso.

En este instante la mente de Rivera se ha vuelto una caja de grandes recuerdos que él atesorará como testigo de cada hecho. Los reconocimientos que ha recibido durante todos estos años y los que recibió esta temporada, ahora son parte de ese legado que el béisbol le recompensó.

Su récord de más rescates de por vida como los de postemporada, lucen ahora como unos de los más difíciles de lograr, junto a los 511 triunfos de Cy Young, los 56 juegos de hits de Joe DiMaggio, los 7 juegos sin hits de Nolan Ryan, los 24 Grand Slam de Alex Rodríguez, los 742 vuelacercas de Barry Bonds, los 5.714 abanicados de Nolan Ryan, las 130 bases robadas de Rickey Henderson, los 4.256 hits de Pete Rose, las 1.503 bases robadas de Rickey Henderson, los 230 hits de Ichiro Suzuki, los 6 Grand Slam en un año de Don Mattingly, entre otras marcas.

Un legado que se forjó a base de trabajo y ejemplo para sus compañeros.

Un siniestro con mucho éxito
Sandy Koufax, Steve Carlton, Lefty Grove, Randy Johnson y Whitey Ford, han sido señalados como los grandes lanzadores zurdos que han jugado en las Grandes Ligas. Dentro de poco, Andy Pettitte, pudiera unirse a tan prestigioso grupo, gracias a los registros que cosecho en 18 temporada con los Yankees de Nueva York y Astros de Houston.

 “Llegué al punto de saber que he dejado todo lo que tengo en el terreno. Es el momento perfecto”, rezó el escrito de Pettitte. “Lo digo ahora porque quiero tener la oportunidad de levantarles mi gorra a los fanáticos y agradecerles por hacer que mi etapa con los Yankees sea tan especial”.

Si las lesiones no se hubieran hecho presentes en los últimos años, Pettitte estaría coqueteando con los 300 triunfos, pero sus 255 victorias y 152 derrotas no son un despreciable registro. Si a eso hay que agregar que es líder en triunfos en postemporada con 19, Pettitte tiene argumentos para ser tomado en cuenta para el Salón de la Fama.

Sus 255 triunfos lo dejan en solitario en el puesto 42 entre los máximos ganadores de por vida, por encima de Red Farber (254), Carl Hubbell (253) y Al Spalding (252), mientras se quedó a cinco ganados de igualar a Ted Lyons quien culminó su carrera con 260 triunfos.

Miembro del “Cour Four”, aquella generación que conformó junto a Derek Jeter, Mariano Rivera y Jorge Posada, a mediados de los años noventa y que ayudo a los Yankees a ganar cinco títulos de Serie Mundial, la carrera de Pettitte fue ascendiendo sin ser el centro de un club lleno de grandes estrellas.

Sus 98 sorprendidos representan la segunda cifra más alta detrás de Steve Carlton que tuvo 146. Asimismo, es el tercer lanzador con más triunfos en la historia de Nueva York con 218, líder en abanicados con 2.015 y empató con Whitey Ford (483), la mayor cantidad de aperturas con el uniforme rayado.

Alguien duda de su entronización.

Quizás su confesión sobre el uso de esteroides y su declaración en el juicio a Roger Clemens, que rompió la amistad que tenía con el lanzador, sea su única mancha negativa en su carrera.

Pero supo sobreponerse y volvió a ganarse el respeto de muchos y siguió cosechando éxitos.
Su carrera tomo un segundo aire cuando lanzó para los Astros de Houston durante tres campañas, registro 37-16 y 3.38 de efectividad, ayudo a Houston a llegar a su primera Serie Mundial, pero cayeron barridos ante los Medias Blancas de Chicago.

Ganador de al menos diez partidos en 14 de sus 15 temporadas con los Yankees, lo cual es una marca histórica dentro del club, superando las 13 de Ford.

Pettitte ha ganado 10 o más partidos en 16 de sus 18 temporadas.

Otro dato interesante es que Pettitte cerrara su actuación lanzando en Houston, su ciudad natal. La dupla Pettitte-Rivera ha salvado 72 encuentros de por vida, la mayor combinación en la historia de las mayores.

Es este zurdo un autentico miembro de Cooperstown, en cinco años lo sabremos.

La primera estrella formada en las granjas de Colorado
Fue el responsable de que los Rockies de Colorado prescindieran de Andrés Galarraga al finalizar la temporada 1997, y al año siguiente culminó segundo en la votación al Novato del Año que gano Kerry Wood cerradamente.

Se trata de Todd Helton quien se enrumbo como la primera gran estrella formada en los Rockies de Colorado. Fueron 17 temporadas en la cual el inicialista de 40 años fijó récords en casi todos los renglones ofensivos de la franquicia.

Campeón bate en la Liga Nacional con 372 en el año 2000, año en el que lideró el circuito con 59 dobles, 147 remolcadas y 42 vuelacercas, Helton se convirtió esta temporada en el pelotero 96 que alcanza los 2.500 imparables en las mayores.

Con características similares a la de Don Mattingly, Helton fue un verdadero líder dentro y fuera del terreno de juego.

Dolores en la espalda menguaron su rendimiento en años reciente, aún así promedia de por vida 317 con 369 jonrones, 1.406 remolcadas, 1.401 anotadas y promedio de embasado de 414 en 2.245 juegos.

Lidera al club en juegos, veces al bate (7.954), anotadas, hits, dobles (592), jonrones, remolcadas, boletos y ponches.

Troy Tulowitzki será el líder entre los peloteros activos del club y sus registros están lejos de igualar a Helton.

Por cierto Helton se retira como líder entre los activos en el departamento de dobles.

Acaso sus números no lo hacen acreedor de ser el primer pelotero de los Rockies en llegar a Cooperstown.

Quizás abran detractores que señalen que el haber jugado en un parque apto para bateadores le reste votos, lo cierto es que Helton no ganó un MVP y lo más cerca que tuvo fue un quinto puesto en 2000.

Pero obtuvo tres Guantes de Oro, cinco Juegos de Estrellas, cuatro Bates de Plata y algunos lideratos ofensivos, en un periodo donde lucho contra grandes bateadores como Barry Bonds, Albert Pujols, Mark McGwire, Sammy Sosa, Ryan Braun, Andrés Galarraga, Mike Piazza, Tony Gwynn y compañía.

Es uno de los pocos peloteros que se mantuvo fiel a una organización, lo cierto es que dentro de poco Colorado decidirá honrarlo retirando su número, pues su legado ofensivo estará intacto durante los siguientes diez años.

Cooperstown lo recibirá… solo queda esperar.

@beisboladentro

No hay comentarios:

Publicar un comentario