El venezolano Asdrúbal Cabrera ha demostrado en lo que va de campaña que puede rendir para la causa de los Indios de Cleveland; todavía está evolucionando como jugador (tiene 25 años) y ya posee la madurez de un veterano de varias campañas, lo hecho en las últimas dos semanas hace pensar que el criollo va camino a tener su mejor año y colocar sus números como una superestrella.
Cuando las miradas están cerca de otro campo corto (Derek Jeter); ya el impacto de Cabrera se ha hecho sentir en los medios estadounidenses, saben que el mejor campo corto de la Liga Americana en estos momentos no está acercándose a los 3000 hits, sino a los 500 en su corta carrera. Su llegada a los Indios de Cleveland se produjo en un traspaso por Eduardo Pérez, quien fue a parar a los Marineros de Seattle en 2006, Cleveland sabía del potencial del criollo a quien vislumbraban como el heredero de Omar Vizquel en la posición seis del cuadro.
Joe Maddon, manager de los Rayas de Tampa Bay, no oculta las virtudes del criollo “Para mí es uno de los mejores jugadores jóvenes que hay en la actualidad y una mezcla entre Roberto Alomar y Omar Vizquel”.
Esa afirmación de Maddon no es cuento, Cabrera es ambidiestro y ha sido la bujía de Cleveland, a tal punto que comanda varias categorías ofensivas, siendo el segundo bate de la tribu. Tal como hicieran en su momento Vizquel y Alomar en los años noventa.
Sus cifras son impresionantes (sin incluir el encuentro del martes) Cabrera batea para 298, 10 jonrones y 35 remolcadas (las dos últimas lo hace líder del equipo), además de liderar a los campo cortos de la Liga Americana, lo que hace posible que su llamado al Juego de Estrellas sea un hecho. Hace una semana se convirtió en el cuarto jugador de los Indios en conseguir cinco imparables, pegar dos vuelacercas y remolcar cinco carreras en un partido, uniéndose a Roy McMilian quien en 1960 con el uniforme de los Rojos de Cincinnati logrará dicha actuación.
Maduración
La defensa del oriental ha sido su carta de presentación, como buen heredero de la cuna de excelentes campo cortos venezolanos, Cabrera pudiera ser este año un candidato al Guante de Oro; pero la atención se ha centrado en su tórrida ofensiva.
En su carrera de cinco años solo ha bateado para 300 en una ocasión – 308 en 2009-, su tope en cuadrangulares (6 en 2008 y 2009) ya fue superado y va camino a implantar uno, mientras que sus 35 remolcadas, lo encaminan a superar las 68 que tiene como tope desde 2009. De hecho algunos analistas aseguran que Cabrera culminará bateando sobre los 300 con 25 cuadrangulares y 120 remolcadas.
Eduardo Pérez quien es analista de ESPN y fue parte del cambio que trajo a Cabrera a la tribu, aseguro que él ha mejorado cada año desde el traspaso, pero la lesión en su antebrazo y la pierna retraso su progreso. “Ahora está saludable y juega en cada aspecto como un jugador encaminado al Juego de Estrellas”.
“Podría decirse que él es el mejor parador en corto defensivo en la liga. Él hace que las jugadas parezcan fáciles allá afuera. Y tiene tremendo brazo”; aseguró Orlando Cabrera quien acepto ser movido a la segunda ante el talento del venezolano.
Como parte de la nueva generación de campo cortos, Cabrera creció idolatrando a Omar Vizquel, de hecho utiliza el número 13, el mismo que uso el caraqueño en su época en Cleveland. En Venezuela en su primera campaña con los Leones del Caracas, equipo que lo adquirió de los Cardenales de Lara, fue vital en el primer lugar de los melenudos durante buen tiempo de la temporada. De hecho su defensa era la más solida del torneo y su ida afecto notablemente al equipo en sus aspiraciones de acceder a la final.
Como concluirá la temporada, eso nadie lo sabe, ni siquiera el venezolano, quizás sea junto a Troy Tulowitzki, la nueva camada de campo cortos que en los años noventa maravillo al béisbol en los nombres de Derek Jeter, Alex Rodríguez, Nomar Garciaparra y Miguel Tejada.
Lo cierto es que Cabrera está encaminado a ser la estrella del campo corto y referencia para Venezuela en los próximos años, tal como lo hizo Vizquel en su tiempo.
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