Antes
de iniciarse la temporada 2016-2017 del béisbol venezolano, las expectativas en
las diferentes organizaciones era saber que grandeligas iban a actuar este año.
La razón era la cercanía del Clásico Mundial de Béisbol, excusa ideal para
uniformarse y ponerse a tono para el evento.
Muchos
de los “caballos” que estarán en el roster de 25 del mánager Omar Vizquel,
habían dejado la posibilidad abierta de jugar en el país para evitar la
decepción de 2013, cuando quedaron eliminados en primera ronda.
La presencia de Alcides Escobar solidifico el infield de los Tiburones de La Guaira. Foto: Lapatilla.com |
Lo
cierto es que ya cuando el béisbol venezolano está cerrando su santamaría, las
expectativas que se crearon se fueron diluyendo, quizás la situación del país,
privó de ver a algunos “estelares” regresar, tampoco es descartable pensar que
las organizaciones de Grandes Ligas, hayan prohibido de jugar, pero al ver a
figuras de gran nivel como Robinson Canó, Hanley Ramírez o Nelson Cruz, actuar
en la pelota invernal dominicana, hace recordar aquellos años cuando el
grandeliga venezolano, simplemente no quería jugar en su país.
Allí
están casos como Gerardo Parra, que se alejó de la pelota criolla para
centrarse en su carrera en el béisbol americano, recordemos que en sus años con
las Águilas del Zulia, el jardinero se marchaba en diciembre para someterse a
un entrenamiento personal, situación que generó malestar en la directiva
zuliana que lo cambió a los Leones del Caracas, equipo con el que solamente ha
actuado una temporada. También están los casos de Martín Prado, Dioner Navarro,
Miguel Montero, Eugenio Suárez, Ender Inciarte, entre otros, que ha alegado
cansancio o simplemente no tienen intenciones de jugar.
No
es echar leña al fuego, pues como venezolanos los peloteros tienen derecho de
pasar tiempo con su familia, de descansar de una ardua temporada, pero cuando
dejan entrever su deseo de jugar y de poner fecha de estreno, es engañar al
fanático, a esa persona que apoyo el inicio del jugador, que lo idolatra y
desea verlo defender una vez más los colores de su divisa.
Quizás
el único caso rescatable es Carlos González, quien aseguró que jugaría en el
país siempre y cuando la situación del país estuviera segura.
Hoy,
Venezuela se debate entre un modelo económico no sostenible y de un ambiente
político turbio, en la que la escasez y la inflación se han convertido en el
día a día del venezolano, razones más que sostenibles para pensar que lo que
González afirmaba era cierto.
Aunque
se coló un rumor de que se podría uniformar si el conjunto de las Águilas del
Zulia accede a la serie final.
La
temporada 2016-2017, marca un retroceso en cuanto a la actuación de los
peloteros grandeligas en el país.
De
los 108 peloteros que vieron acción en la campaña 2016, solo 48 dijeron que sí,
siendo el último Alcides Escobar con los Tiburones de La Guaira.
Es
decir, 44% de los Grandes Ligas dijeron presente en la LVBP, una cifra nada
halagadora con respecto a la temporada 2015-2016, cuando solamente 38 big
leaguers se uniformaron.
Félix Hernández no pudo ayudar al Magallanes a clasificarse a la postemporada. Foto: meridiano.com.ve |
Ni
hablar de Johan Santana, el ex grandeliga que intenta regresar al béisbol
organizado, hizo mucho alboroto para sumarse a la nave y jamás llegó su
incorporación.
Félix
Hernández y Eduardo Rodríguez, abridores consolidados en las Grandes Ligas,
cumplieron su palabra y se uniformaron con la nave. Ambos lanzaron dos partidos
pero poco pudieron hacer para llevar al Magallanes a la clasificación.
Debido
a su estatus es probable que Seattle y Boston nieguen para la próxima campaña
los permisos, ambas divisas hicieron sus excepciones por el deseo de los
lanzadores de ponerse a tono para el Clásico Mundial de Béisbol.
Misma
intención tenía Miguel Cabrera, el mayor exponente de la delegación venezolana
en las Grandes Ligas, el aragüeño alejado casi un lustro del país, había
mostrado su deseo de jugar y el propio Carlos Guillén, presidente de los Tigres
de Aragua, lo había ratificado, algo que el ex manager, Eduardo Pérez, no quiso
corroborar.
Repito
no es echar fuego a estos peloteros que no actuaron, sino sincerar sus
intenciones, allí estuvo Oswaldo Guillén, mánager de los Tiburones, que afirmó
que si fuera el padre de Salvador Pérez, no lo dejaría actuar en el país, una
declaración sin sentido, tomando en cuenta el valor que tendría Pérez en la
alineación de los salados, aunque todos sabemos la verborrea de Guillén, el
estratega enmendó sus palabras asegurando que la posición que juega el
receptor, lo hace más propenso a lesionarse y es preferible resguardarlo.
Además
seamos claro, Guillén, una vez se consolido en las mayores, nunca más volvió a
jugar en Venezuela, salvo en la etapa final de su carrera cuando su estatus
como pelotero se diluyó.
Más grandeligas en una temporada de la LVBP |
También
hay casos en los que la llegada de cierto pelotero incide en el buen momento de
su divisa.
Águilas
del Zulia es el ejemplo más palpable. Un conjunto que dominó la tabla de
posiciones durante dos meses y medio y que recibió la incorporación de Freddy
Galvis, candidato al Guante de Oro en 2016, su aporte ha sido determinante tanto
en la ofensiva como a la defensiva, manteniendo el nivel de los zulianos en la
postemporada.
Sin
desmeritar a los Grandes Ligas que actuaron esta temporada, el panorama no es
halagador para los próximos años, la liga venezolana goza de una reputación de
ser la más exigente en cuanto al nivel de competitividad, pero ese nivel se
está quedando sin sus mayores exponentes, se ha convertido en una formadora de
talento, será ese el destino, apreciar el talento en su formación para no
volverlo a ver jamás.
@beisboladentro
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