Treinta y tres años pasaron para que Águilas del Zulia y
Cardenales de Lara volvieran a verse las caras en una final. En aquella ocasión
se jugaba el campeonato 1983-1984, cuando ambos equipos buscaban su primer
gallardete, premio que recayó en el equipo zuliano en cinco cotejos con Rubén
Amaro como mánager.
Otro Amaro estará protagonizando la final de la temporada
2016-2017, pero no desde el banquillo sino desde la gerencia, pues Luis fue el
encargado de confeccionar el equipo que hoy regresa a la máxima cita tras 17
años de ausencia, cuando alzaron el trofeo a expensas de los Navegantes del
Magallanes.
Entretanto, Cardenales de Lara asistirá a su segunda
final en los últimos cinco años, con el sabor de dejar atrás tres temporadas
negativas en la que el equipo crepuscular no pudo acceder a la postemporada.
Será su comparecencia 14 en finales mientras que Zulia asistirá por décima
ocasión teniendo un saldo positivo de cinco campeonatos y cuatro
subcampeonatos.
Cardenales buscará su quinto título en la LVBP. Foto: elsoldemargarita.com |
Lara buscará igualar a Águilas como el cuarto equipo con
más títulos en la liga en una serie donde uno de ellos buscará cortar la sequía
de títulos: Zulia tiene 17 años sin saborear las mieles del éxito, mientras que
Lara cuenta con 16.
Por cierto, ambos equipos obtuvieron sus títulos a
expensas del Magallanes, lo que agrega un colofón especial a una serie que
promete sentar algunos registros.
Uno de ellos se unirá a Tiburones de La Guaira como los
equipos con más años sin títulos. Los salados con su eliminación a manos de
Cardenales, tienen ahora 31 años sin
conocer un campeonato, la segunda racha más larga en el Caribe, detrás de Estrellas
Orientales, que se tituló por última vez en la campaña 1967-1968 en República
Dominicana.
Los Tiburones no conocen un campeonato desde la temporada
1985-1986.
Si bien uno de ellos ocupará el segundo peldaño en esa
estadística negativa, no se incluye el historial de Bravos de Margarita que
esta temporada cumple diez años de fundada, pero que ya cuenta con 26
temporadas en la LVBP, al iniciar sus acciones bajo el nombre de Petroleros de
Cabimas, Pastora de Occidente y Pastora de Los Llanos.
La primera final que jugaron Águilas y Cardenales fue
definida en cinco compromisos por los rapaces y este año, ambos equipos
accedieron a la final en cinco juegos, después de haber caído en el primer
compromiso de sus semifinales.
Tanto Lara como Zulia dominaron durante toda la temporada
la ronda eliminatoria, Águilas lideró la liga durante las primeras ocho semanas
de campeonato, mientras que los pájaros rojos se mantuvieron en las últimas
cuatro al frente de la tabla.
Aunque Cardenales arrancó con el favoritismo en esta
postemporada por tener un sólido núcleo ofensivo y monticular, se vieron en
aprietos en la primera vuelta ante Bravos, equipo al que vencieron en siete
vibrantes encuentros.
Su registro en esta postemporada fue de 8-4.
Águilas por el contrario no salió favorito en su serie
ante los Tigres de Aragua, actuales campeones del torneo, el fantasma de las
sustituciones siempre rondo en el ambiente y las mismas quedaron despejadas por
los resultados obtenidos con José Tábata (556 de promedio, 774 de slugging y
1.492 de OPS), Ronny Cedeño y Mitch Lively, al final barrieron a los aragüeños,
gracias a los métodos empleados durante todo el año: defensa, pitcheo y
ofensiva.
El registro zuliano en postemporada fue de 8-1, lo que
mantiene la ilusión de alcanzar su sexta corona en la pelota criolla.
Águilas dejó marca de 8-1 en esta postemporada. Foto: laverdad.com |
Freddy Galvis sorprendió a todos al uniformarse para la
parte final de la temporada, prometiendo dar todo por el título y su actuación
fue determinante en la serie contra Aragua con su defensa en el campo corto.
Contó con el apoyo de José Pírela, Jordany Valdespin y de las actuaciones de
los relevistas Gabriel Alfonzo (0.00 de efectividad en cuatro relevos), Rómulo
Sánchez (1-0 y 0.00 de efe), Arcenio León, Leonel Campos y Silvino Bracho (tres
salvados y 0.00 de efectividad).
Lara apeló a la cábala y uso su uniforme alternativo en
la serie ante Tiburones, misma que empleó en los últimos tres compromisos de su
serie ante Bravos.
Aunque ambos equipos llegan con limitantes en cuanto a
jugadores, hay que tomar en cuenta que fueron los más consistentes del torneo y
que lograron superar adversidades durante todo el año.
Los crepusculares se apoyaron en el sorpresivo Gustavo
Molina que tomó el puesto de receptor por un tocado Manuel Piña y terminó la
postemporada con promedio de 368 con un cuadrangular y cuatro producidas.
Jesús Montero (368/368/777), Carlos Rivero (350/450/859),
Luis Valbuena (267/400/942) y Paulo Orlando (364 y ocho producidas) serán parte
del peso ofensivo del club sin obviar el bate de Rangel Ravelo que dejó 353 de
promedio.
El pitcheo abridor es quizás el punto fuerte de los
crepusculares, cuatro abridores criollos tendrán la responsabilidad de llevar a
Lara a la máxima gloria, algo que pocos equipos pueden darse el lujo de tener.
Omar Bencomo, Raúl Rivero, Nestor Molina y Jorge Martínez
serán los encargados de abrir los partidos de esta final y cada uno cubrió los
cinco episodios de labor en la serie ante los salados, permitiéndole a Luis
Dorante, mánager de los larenses apelar al relevo con Luke Irvine, Franklin
Morales y Hassan Pena.
Las dos últimas veces que Cardenales ha ido a una final
(2007-08 y 2012-13) lo ha hecho clasificando en la capital.
Desde que Águilas se coronó campeón en la 99-2000 y
Cardenales en la 2000-01, la disputa de la final había estado repartida entre Tigres
(diez finales), Navegantes (nueve), Leones del Caracas (cuatro) y Caribes de
Anzoátegui (cuatro).
Tiburones asistió a la cita de 2011-2012, mientras que
Bravos aún no conoce lo que es estar en una final.
La primera final en tres años que no tenga a Magallanes,
Caracas, Aragua o Anzoátegui, habla del buen momento que viven los equipos que
protagonizarán a partir de este viernes la final 71 en la historia de la LVBP.
Y siguiendo con las cábalas, Águilas clasificó el día del
cumpleaños de Luis Amaro Machado, gerente deportivo del club, diputarán el
campeonato en honor a la desaparecida Doña Lilia Silva de Machado, presidenta
honorífica del club y por el cual lleva su nombre el torneo 2016-2017. Se
clasificaron a la final un 17 de enero de 2017 y su mánager Lipso Nava, utiliza
el 17 en su uniforme y espera acabar con la racha de 17 años sin título.
Otro registro que pudiera dejar sentada esta final será
su asistencia.
Tanto Cardenales como Águilas ofrecieron llenos en sus
parques durante los partidos tres, cuatro y cinco de sus series, siendo el
cuadro rapaz el vencedor al establecer la cifra récord para la liga de 20.772 fanáticos
en el quinto de la semifinal.
Como diría Ernesto Jérez: “Que no se diga más, sólo
playball”
@beisboladentro
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