miércoles, 5 de enero de 2011

Merece Palmeiro ser exaltado a Cooperstown

Inició una serie de trabajos especiales donde iré analizando la carrera de algunos candidatos que estuvieron en las papeletas para ser exaltados al Salón de la Fama en su clase 2011. Sin duda muchos de ellos han hecho una carrera meritoria para que su nombre sea reconocido durante años, incluso después de muerto está figura sin duda alguna es un inmortal.

Llegar a Cooperstown no es fácil, ni siquiera es un camino rutinario; de las decenas de millones de peloteros que han tenido momentos grandes en siglo y medio de béisbol profesional en los Estados Unidos, apenas - sin contar la elección de este año -, 293 personas han recibido su exaltación (203 jugadores, 27 ejecutivos, 35 miembros de las Ligas Negras, 19 managers y 9 árbitros).

Más difícil es entrar a través de la BBWAA donde solamente 109 candidatos han sido reconocidos por el grupo de electores, y no hablemos de cuántos de ellos han sido electos en su primer año en la papeleta. 

Con Baltimore llegó a los 3.000 hits
Rafael Palmerio, originario de la isla de Cuba, es uno de los cuatro peloteros en las mayores que han pegado 3.000 hits y 500 cuadrangulares, en dicha lista se encuentran Willie Mays, Hank Aaron y Eddie Murray (los tres están en Cooperstown). El habanero bateó para 288 con 3.020 imparables, 569 jonrones y 1.835 remolcadas en veinte campañas. Además obtuvo dos Bates de Plata y tres Guantes de Oro.

Pero lo increíble del asunto es que Palmeiro fue señalado por José Canseco en su libro como uno de sus “clientes” que consumían esteroides para mejorar notoriamente en el terreno de juego, hecho que el pelotero negó frente al Congreso norteamericano hace unos años atrás y que luego fuera hallado culpable de usar una sustancia ilegal, situación que el pelotero aclaro en reiteradas ocasiones pero que nunca se demostró su inocencia, hasta tal punto que en 2005 (su último año) fue abucheado en los terrenos de juego, mermando su actuación a 110 partidos con 18 cuadrangulares (su cifra más baja desde los 14 que dio en 1990), se fue al olvido del béisbol sin retirarse como un grande.

A diferencia de Mark McGwire (quien lleva cuatro años ignorado por los electores), la carrera de Palmeiro es mucho más contundente que el gigante de Pomona. El hecho de dejar semejantes números y vivir a la sombra de McGwire y Frank Thomas, quienes se llevaron los grandes anuncios en la prensa o las votaciones al Juego de Estrellas; Raffy siguió bajo la sombra demostrando año tras año promedios de 30 jonrones y 100 remolcadas para los Rangers de Texas y posteriormente para los Orioles de Baltimore.

Un bateador selectivo

El cubano conecto 30 o más jonrones en diez de sus veinte campañas en las mayores, sus 569 cuadrangulares ocupan en la actualidad el puesto 12 entre los mayores jonroneros en la historia; todos los peloteros que han conectado 500 cuadrangulares y que son elegibles al Salón de la Fama, se encuentran en Cooperstown – a excepción de McGwire -, sus 3.020 hits lo ubican en el puesto 23 de todos los tiempos; todos los que han llegado a la marca y son elegibles también se encuentran en el Salón de la Fama – con excepción de Rose, Biggio y Palmeiro -. 
En el Congreso aseguro no usar esteroides

Palmeiro tiene números superiores o similares a Frank Robinson a Joe Morgan, Rogers Hornsby, Carl Yastrzemski, Dave Winfield y compañía. Ocupa el puesto 15 en carreras empujadas con 1.835, de hecho se ubica en una lista de peloteros que coleccionaron 3.000 hits y 1.800 remolcadas; dicho grupo lo conforman Willie Mays, Hank Aaron, Eddie Murray, Ty Cobb, Stan Musial, Carl Yastrzemski y Dave Winfield.

Los números están allí, ha sido una carrera meritoria que se inició en 1986, cuando los Cachorros de Chicago le dieron la oportunidad de jugar en las mayores, Palmeiro es el único jugador en la historia en conectar al menos 38 jonrones y remolcar al menos 100 carreras en nueve temporadas seguidas; según Bill james, experto en sabermetría, Palmeiro se ubica en un nivel que usualmente resulta en la elección a Cooperstown en la primera oportunidad.

Además tuvo veinte o más cuadrangulares en catorce campañas consecutivas, remolco cien o más carreras en diez ocasiones (nueve consecutivas), recibió votos para el premio al Jugador Más Valioso en diez campañas, siendo en 1993 la mejor posición que tuvo al concluir sexto. En veinte campañas, jugó con un equipo que tuvo récord ganador en apenas siete temporadas, participo en tres juegos divisionales con Baltimore (96-97) y Texas (99) y dos Series de Campeonato con Baltimore (96-97). Nunca pudo jugar una Serie Mundial.

Excelso fildeador

Entre todos los inicialistas, Rafael Palmeiro se destaco por un guante seguro y brindaba seguridad al infield de Texas y Baltimore. A pesar de obtener tres Guantes de Oro (1997-1999), Palmeiro también vivió de la sombras de otros grandes fildeadores en su posición como Don Mattingly, John Olerud y J.T. Snow, antes de alternarse entre la primera y el rol de designado.

Uso tapones para no escuchar las pitas en su contra
Entre los números ofensivos para los jugadores de esa posición, Palmeiro posee la quinta mayor cantidad de remolcadas, la cuarta mayor cantidad de jonrones y la segunda mayor cantidad de hits. Amén de un swing compacto sin esfuerzo, característico de un bateador de contacto.

Muchos fueron los escépticos que no creyeron que llegaría a los 500 cuadrangulares y 3.000 hits, de inmediato se cobro con fuerza su ingreso al Salón de la Fama, a la calladita y sin ninguna publicidad, dejo números abrumadores, fue el eje ofensivo en Baltimore y Texas,  y nunca tuvo el protagonismo en dicho equipos; en Texas vivió a la sombra de Juan González, Iván Rodríguez y Nolan Ryan, mientras que en Baltimore el líder era Cal Ripken Jr, seguido de  Roberto Alomar, Brady Anderson, Mike Mussina y compañía.

Buck Showalter, quien fue su manager en Texas aseguró que tenía manos grandes para la inicial, “Tenía un gran tempo, era muy consistente y hacía lucir todo muy fácil”.

Brady Anderson quien fuera compañero de Palmeiro en Baltimore alegó que “El fue súper consistente por mucho tiempo, fue un jugador duradero y fildeo bien en su posición. Fue un gran bateador en momentos claves. Su swing era muy repetible, lo vi muchas veces abanicar y fallar y uno podía ver que generaba mucha velocidad”.

Era de esteroides

Canseco cuando presento su libro
El fallecimiento de un lanzador de liga menor, perteneciente a los Orioles de Baltimore, quien en la autopsia revelo que su deceso ocurrió por una sobredosis en unos esteroides, destapo una olla sobre el uso de esteroides en el béisbol. Ese escándalo retumbo aún más cuando en 2005, cuando el cubano José Canseco admitió en una entrevista que uso esteroides anabólicos durante su carrera como profesional.

La confesión de Canseco provoco una fuerte reacción en las Grandes Ligas, ya que el admitió que el 85% de los peloteros profesionales usaban esteroides, a sabiendas de los dueños de equipos y del Comisionado del béisbol; estas declaraciones fueron rechazadas contundentemente por los equipos y jugadores y tildaron a Canseco de embustero y lo execraron del béisbol.

Pero el cubano a través de su libro Juiced: Wild Times, Rampant`Roids, Smash Hits & How Baseball Got Big, señalo a varios jugadores como consumidores entre los que se destacan sus ex compañeros Mark McGwire, Jason Giambi, Rafael Palmeiro, Iván Rodríguez y Juan González, afirmó Canseco que él mismo los ayudaba a inyectárselos. Aunque la mayoría de los jugadores que el cubano menciono han negado el uso de esteroides a través del Congreso de los Estados Unidos, las confecciones de McGwire, Alex Rodríguez, Jason Giambi, Andy Pettite y otros han puesto a Canseco como una persona que dijo la verdad.

El caso más notorio fue Palmeiro quien en una audiencia en el Congreso sobre el uso de esteroides en los deportes, negó categóricamente el uso de drogas para la mejora del rendimiento deportivo, otros de los que estuvieron allí se negaron a contestar las preguntas concernientes al caso como McGwire.

El 1 de agosto de 2005, meses después de su comparecencia, Palmeiro fue suspendido por las Ligas Mayores por diez días por dar positivo en unas pruebas de control de dopaje, el jugador señalo a Miguel Tejada de haberle dado unas vitaminas, y aunque este negó haberlas entregado, ya la reputación de Palmeiro quedo mancillada, pues al volver de su suspensión las pitas no se hicieron esperar y el pelotero fue apartado del equipo y más nunca volvió a jugar al béisbol.

El caso de Palmeiro para entrar al Salón de la Fama es convincente, pero para muchos votantes, el caso en su contra es igual de fuerte, tan claro como queda que sus números son dignos de Cooperstown, esto es igualmente claro. No entrará a Cooperstown en su primer año de elegibilidad y es más probable que tenga muchos problemas para mantenerse en los próximos quince años.

McGwire es el primer pelotero que está siendo humillado por los cronistas de béisbol, Palmeiro y Juan González comienzan su calvario, pero dentro de poco estarán en una lista nueva Sammy Sosa, Barry Bonds y Roger Clemens, quienes tienen al igual que los ya nombrados números de sobra para la inmortalidad pero que el hecho de no admitir el uso de sustancias ilegales, mermarán su estatus de inmortales; si Pete Rose fue vetado del béisbol por apuestas ilegales y Canseco no reunió el 5% de votos para su elección; los peloteros de la era de esteroides que califican en la lista Mitchell o en el libro del cubano estarán a la luz por la manera en que consiguieron sus hazañas.

Por lo pronto, los 64 votos que recibió Palmeiro en su primer año y que representa un 11% de los votos para ser exaltado al Salón de la Fama, serán el inicio de un calvario humillante, ya que el pelotero fue el primero que mintió descaradamente sobre el uso de esteroides debido a que le fue comprobado posteriormente el dopaje; a diferencia de McGwire que se mantuvo callado y en su primer año obtuvo más del 20% de votos; Palmeiro corre peligro de ser el segundo pelotero que uso esteroides en ser eliminado de las papeletas, el primero fue José Canseco que no logro el porcentaje para continuar con vida en las boletas.

@Adonisalejandro                            


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