Este jueves se conoció que el coach y manager de Clase A de los Bravos de Atlanta, Luís Salazar perdió su ojo izquierdo, debido al fuerte pelotazo que recibió en su cara el pasado miércoles por parte de Brian McCann en un encuentro de entrenamiento primaveral.
Al momento del impacto, Salazar se encontraba parado en la cima de la escalinata del dogout de los Bravos en el mismo primer episodio. El impacto de la pelota fue entre la nariz y el ojo izquierdo. El encuentro entre Atlanta y San Luís tuvo que ser suspendido durante 20 minutos, mientras atendían al técnico venezolano.
El primer reporte ofrecido por los galenos del Centro Médico Regional de Orlando, señalaron que el venezolano sufrió una conmoción cerebral, una fractura en el rostro y lesiones alrededor del ojo, cuentan los jugadores que el técnico permaneció tendido en el suelo durante varios minutos y que despertó cuando iba a ser montado en la ambulancia que lo llevaría centro asistencial.
El antesalista de Atlanta Chipper Jones, que estaba en la primera base al momento del suceso aseguro que fue lo peor que había visto en un terreno de juego “No estaba consciente para nada. Estaba desmayado. Lo miré para ver si estaba respirando; pensé que su vida podía estar en peligro”.
Eduardo Pérez, técnico del equipo aseguró que ya a pesar del infortunio de su compatriota lo importante es que no presenta daños cerebrales.
Se conoció que el venezolano necesita varias operaciones en su cara debido a las múltiples fracturas alrededor del ojo izquierdo; ante esta situación su futuro en el béisbol es incierto, ya que está iba a ser su primera experiencia en Atlanta, pero con lo acontecido deberá explorar otras opciones.
Sin conocer el desenlace
Se conoció que la noticia cayó como un balde de agua fría para la familia, ya que el técnico aún no sabe que perdió su ojo y no se conoce cómo reaccionará ante este hecho.
Al momento de ocurrir el accidente, en el estadio se encontraba el hijo del pelotero quien de inmediato se traslado hacia su padre y lo acompaño al centro asistencial donde llegarían su esposa Graciela y su hija. Hoy jueves, los Marineros de Seattle le otorgaron un permiso especial a Franklin Gutiérrez quien es yerno de Salazar.
Hasta los momentos la organización de Atlanta no ha mencionado si el piloto es la primera opción para dirigir en las menores o estudiaran otras opciones, además se conoció que Atlanta le asignó un psicólogo a Brian McCann debido a que el pelotero aún se encuentra en shock y no supera el trauma que le ocasiono al venezolano.
Momentos en que trasladan a Salazar a un centro asistencial |
“Es una bendición que Luís esté vivo, no podía hablar cuando llegaron los paramédicos, comento Frank Wren, gerente general del equipo.
Utility de lujo
Salazar jugó en las Grandes Ligas entre 1980 y 1992, con San Diego, Detroit, Cachorros y Medias Blancas de Chicago, nació en Barcelona, estado Anzoátegui, el 19 de mayo de 1956, fue reconocido en el mundo del béisbol por ser el alma de los Tiburones de La Guaira equipo para el que jugó toda su vida (1975-1993), además de ser el mejor utility de nuestro béisbol, versatilidad que le permitió abrirse en las mayores.
Fue una promesa con los Reales de Kansas City y Piratas de Pittsburgh, equipos que jamás le dieron una oportunidad, siendo los Padres de San Diego en 1980 quienes le abrieron la puerta al Big Show, donde exhibió su talento en todas las posiciones a excepción de la receptoría.
Al iniciar su carrera con los clérigos era el antesalista del equipo y se alternaba en otras posiciones, en 1985 llego a los Medias Blancas junto a Oswaldo Guillen, donde continuaría su rol de titular en la tercera y los jardines. Estuvo en la Serie Mundial de 1988 cuando sustituyo a Alan Trammell en el campo corto de Detroit. En sus años finales con los Cachorros le dio estabilidad a los ozsenos en la tercera.
Culmino con un promedio de 261 con 94 jonrones y 455 remolcadas. En Venezuela dejo promedio de 294 con 43 jonrones y 370 remolcadas en 17 temporadas.
Al momento de su retiro dirigió en Venezuela a sus amados Tiburones de La Guaira en la campaña 1994-95, haciéndolo en varias ocasiones y posteriormente Águilas del Zulia en la 2005-2006. En el norte inicio su faena gracias a Milwaukee, donde en 1995 ejerció el timón de Chandler clase A de los lupuosos, luego vendría el Beloit clase A fuerte, entre 1998 y 1999 fue coach de bateo de RiverBats Louisville e Indios de Indianápolis. En 2001, se convierte en el primer técnico venezolano en estar en las mayores como coach de primera de los Cerveceros.
En 2002, dirigió al Vero Beach clase A de los Dodgers de Los Ángeles, en 2007 y 2008 fue coach de bateo de los equipos Jacksonville Suns y Chattanooga Miradores, ambos de Milwaukee, en los últimos dos años ha estado con los Dodgers ejerciendo roles de manager y coach de bateo. Siempre se pensó que su extraordinaria carrera en las menores como técnico le abriría paso como el primero en las mayores, algo que nunca se concreto y que tuvo a Oswaldo Guillen como su precursor.
Cabe mencionar que Luís Salazar fue pieza valiosa de los zulianos en el título del Caribe en 1984.
No es el primero
Lo ocurrido a Salazar también afecto a Brian McCann quien se encuentra en un estado de conmoción debido al fatal desenlace. Nuevamente las grandes ligas estudiaran medidas de protección no solamente para los peloteros, sino al público general, donde una pelota o un bate escapado puede generar una situación lamentable.
Debido a la rapidez del hecho, Salazar no pudo actuar rápidamente para escapar de la línea de foul de McCann. Este hecho que concluyo con la pérdida del ojo izquierdo, recuerda otros hechos lamentables como el fallecimiento de Mike Coolbaugh, pelotero que jugó en nuestro país con los Cardenales de Lara en los años noventa y que en 2007 como coach del equipo de Colorado en las menores, falleció de un pelotazo en el cuello.
A raíz de ese hecho ocurrido en las menores en 2008 las Grandes Ligas implementa el uso de casco para los coach que están en el terreno de juego; pero ahora deberán pensar en otras medidas.
En las mayores solo han ocurrido dos fallecimientos a causa de un bolazo, el primero Mike “Doc” Powers en 1909 y Ray Chapman 1920.
Conigliario en la portada de Sports Illustrated |
Hay otros casos, donde peloteros se han visto afectado a causa de un golpe en su cabeza, el primero Tony Conigliaro quien llegó a las mayores en 1964 con Boston y era toda una promesa recibió un pelotazo en 1967, causando lesiones oculares, y una mandíbula dislocada, con severos daños en su retina izquierda; a pesar de volver con todo los fueros dando 20 jonrones al siguiente año y 36 en 1970, los fuertes daños en su retina lo obligan a retirarse de la pelota en 1975. Murió en 1990.
El otro fue Kirby Puckett, pelotero que culmino su carrera en el Salón de la Fama en 2001, inicio su carrera en 1984 y culmino en septiembre de 1995 cuando Dennis Martínez le fracturo la mandíbula. En marzo de 1996 Puckett se despertó sin visión en su ojo derecho y le diagnosticaron un glaucoma, sometiéndose a varias cirugías para tratar de restaurar la visión, lamentablemente sin progresos, haciendo que se retirará definitivamente en 1996 a los 36 años. Falleció en 2006 a causa de una hemorragia cerebral.
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