jueves, 24 de marzo de 2011

Talento criollo engalana las mayores… II parte

En esta segunda entrega analizaremos a los jugadores del cuadro, quienes tienen la labor de realizar con su defensa las jugadas bien sean de rutinas o difíciles para evitar que dicho hit se convierta en una potencial carrera.

A lo largo de estos años Venezuela ha sido cuna de excelente campo cortos quienes han dado la cara con sus notables fildeos y habilidades en el campo. Pero además hemos visto el desarrollo de buenos inicialistas, camareros y antesalista; demostrando que nuestro país exporta peloteros con cualidades defensivas en los cuatro puestos del infield.

El propulsor entre los jugadores de posición del cuadro fue Alfonso Carrasquel, el “Chico” como era apodado se convirtió en 1950 en el tercer venezolano que se estrenaba en las mayores con los Medias Blancas de Chicago, su fama fue tal que se convirtió de inmediato en referencia para muchos criollos en la posición del campo corto.

En este análisis iré analizando posición por posición a nuestros representantes.

Agilidad en la primera base

En 1968 César Tovar se convertía en el segundo jugador de las Grandes Ligas en jugar las nueve posiciones en las mayores, ese hito lo convirtió además en el primer criollo en realizar dicha proeza, en ese histórico compromiso, Tovar jugó un episodio en la primera base, nunca antes Venezuela había tenido un representante en esa posición.

Se tuvo que esperar a 1972, cuando oficialmente se abrió paso en las mayores al primer jugador de la primera base, era Gonzalo Márquez, quien a sus 26 años se estrenaba con los Atléticos de Oakland. Habían transcurrido 33 años desde el debut del primer grande liga criollo para que Venezuela tuviera a su primer inicialista en el mejor béisbol del mundo.

Márquez tuvo una carrera corta de tres temporadas, pero fue el motor para que otros venezolanos jugaran en esa posición dentro de poco en las mayores, tal como sucedió trece años después con Andrés Galarraga quien fue el segundo inicialista y redefinió al jugador de esa posición que hoy conocemos.

Son pocos los peloteros que han jugado en la primera base en rol de titular desde el estreno de Márquez, actualmente nuestro país tiene en Miguel Cabrera a su único representante en las mayores, y con méritos suficientes para batir las marcas que el “Big Cat” Andrés Galarraga impuso.

El maracayero se estreno en las mayores en 2003, para ese entonces contaba con 20 años y se encontró con unos Marlins de Florida que estaban a punto de ir a su segundos play off en su historia; por supuesto la historia es bien conocida para este criollo quien se corono campeón con los peces ante los míticos Yankees de Nueva York. Se recuerda aquel emblemático cuadrangular ante Roger Clemens.

Por supuesto Florida estaba al tanto de las condiciones atléticas de este prospecto venezolano, que debido a su talento la organización decide alternarlo entre la tercera y los jardines. Concluyo la temporada con 87 encuentros bateando 268 con 12 jonrones y 62 impulsadas; finalizo quinto en el Novato del Año que ganaría su compañero Dontrelle Willis. A partir de allí Cabrera comenzaría a hilvanar una carrera de seis temporadas de las siguiente siete bateando 30 o más cuadrangulares y siete consecutivas impulsado cien o más carreras.

Con Florida Cabrera se alterno en sus primeras dos temporadas en los jardines y la antesala, hasta lograr estabilizarse en la tercera en 2006. En Florida, Cabrera dejo números realmente impresionantes que a su corta edad parece llevarlo al umbral de las grandes estrellas. En cinco temporadas bateo para 313 con 138 jonrones y 523 producidas; jugó 373 partidos en tercera, 100 como jardinero derecho y 248 en el jardín izquierdo, demostrando sus condiciones.

Cabe destacar que con los peces ya había asistido a cuatro Juegos de Estrellas y había ganado dos Bates de Plata, además de finalizar en par de años quinto en la votación al MVP.

Llego a Detroit en 2008, en un megacambio que de inmediato lo coloco en la élite de los contratos al firmar por más de $140 millones de dólares. En Detroit vieron que Cabrera estaba demasiado corpulento para desempeñarse bien en la tercera. Después de 14 encuentros es movido a la inicial donde ha jugado desde entonces 444 partidos.

Su defensa exhibe un promedio de 992 en esa posición. Nada mal si tomamos en cuenta que desde el 2009 ha trabajado arduamente para convertirse en uno de los mejores inicialistas de las mayores; por lo pronto Cabrera está en la elite al ser el segundo bateador más temido y productivo del béisbol, detrás de Albert Pujols, sin duda palabras mayores.

Hasta los momentos, Cabrera ya ha ganado un título de jonrones en 2008 y uno en remolcadas en 2010, cuando tuvo una de sus mejores temporadas en los ocho años que lleva de profesional. Lucho por la Triple Corona, pero no tuvo un respaldo que lo protegiera en la alineación bengalí y culmino con 328 de promedio, 38 jonrones y 126 remolcadas. Ya en una ocasión ha llegado en segundo lugar en bateo y ha coqueteado con el MVP en varias campañas. El año pasado llegó segundo.

Tiene de por vida promedio de 313 con 247 jonrones y 879 remolcadas. Esta a 53 de los trescientos vuelacercas y a 121 impulsadas de las mil en las mayores. Sin duda una carrera que está en pleno apogeo y que a sus 27 años aún sigue sorprendiendo. Por cierto, con Detroit, Cabrera ya tiene un Juego de Estrellas y un Bate de Plata en tres campañas.

Solvencia en la segunda base

El primer jugador nacido en Venezuela en jugar a la segunda base fue Elio Chacón en 1960, para ese entonces el criollo de 23 años se convertía en el séptimo nativo en estrenarse en las mayores. Chacón solo tuvo tres temporadas siendo la última (1962), donde vio más acción en su carrera – 118 partidos -, tenía 25 años y nunca más volvió a pisar un estadio de las Grandes Ligas.

Abrió el camino para qué siete años después Gustavo Gil se estrenará en esa posición, pero fue realmente Jesús Marcano Trillo quien le dio valor real a la segunda base para los nativos venezolanos, eso se dio trece años después del estreno de Chacón.

Actualmente hay tres representantes criollos que defenderán esa posición en el 2011, según las páginas oficiales de sus respectivas divisas. El primero de ellos es Omar Infante, quien sin duda está en la temporada de su vida, luego de un 2010 que lo consagró como un jugador regular en las mayores.

A sus 29 años será el camarero de los Marlins de Florida, su tercer conjunto desde que se estreno en el big show en 2002 con los Tigres de Detroit, equipo con el que estuvo seis temporadas, destacando su rol de utility donde en las campañas 2004 y 2005 jugo 142 y 121 encuentros respectivamente mayormente como segunda base (174 partidos), campo corto (73), tercera base (10) y los jardines (5 encuentros).

Desde entonces no volvió a participar en más de 80 partidos en las siguientes temporadas. Con Detroit dejo promedio de 253 con 32 cuadrangulares y 154 remolcadas.  Las condiciones para desempeñarse en varias posiciones hicieron que los Bravos de Atlanta (2008-10) lo contrataran, por supuesto el juego que hacía Infante era del agrado de Bobby Cox y lo usa como su principal suplente y emergente en su estadía con los Tomahaw hasta la temporada 2010 cuando vive su mejor campaña.

Intervino en 134 partidos (segunda cifra alta en su carrera), bateo para 321 (finalizo tercero), 8 jonrones y 47 remolcadas. Su titularidad llegó de sorpresa debido a la lesión primero de Chipper Jones que lo puso a jugar 29 encuentros en tercera y luego la de Martín Prado donde se desempeño en 65 compromisos, además de jugar en los jardines. Su habilidad para embasarse lo hizo pelear por el título de bateo, cuando nadie pensó en que lo lograría, de hecho tuvo los turnos legales el último día de la temporada. Asistió a su primer Juego de Estrellas, para ese entonces aún no era el titular en el equipo y levanto polémica su designación, pero obedeció a que la MLB estableció colocar a un utility en el roster.

Dicha actuación le sirvió para que los Marlins de Florida lo obtuvieran por Dan Uggla y ahora se apresta a tener su primer gran rol protagónico a sus 29 años de edad. Sin duda un camino que tanto anhelaba le llegara.

Como defensor del segundo cojín tiene un promedio de fildeo de 981.

José Celestino López buscará en 2011 el resurgir en su carrera, luego de experimentar un 2010 negativo. Quien fuera considerado eje de la ofensiva de los Marineros de Seattle, y uno de los excelsos defensores de la segunda base, tuvo un bajón en sus números la campaña pasada que puso a pensar a más de uno que su declive comenzaba a surgir.

Aunque la campaña pasada fue mudado a la tercera base, la trayectoria de López en las Grandes Ligas se inicio en 2004 con Seattle, quienes vieron el progreso del joven de 20 años y no dudaron en darle la oportunidad en las mayores. Por supuesto el estreno de López fue en la posición emblemática de los venezolanos el campo corto, ya que ese año participo en 57 partidos y uno en la tercera.

Sería al siguiente año que con otra pasantía vería acción en la segunda almohadilla, de hecho fueron 54 encuentros de los cuales 51 fueron en esa posición. Fue en 2006 cuando la organización le entrega la posición y de inmediato respondió a las expectativas que se tejieron hacia su persona.

De hecho en 2009 experimenta su mejor campaña en las mayores al batear para 272 con 25 jonrones y 96 remolcadas. Ya Celestino venía de haber remolcado 89 en 2008, por lo que se pensó estaría en plena consagración en 2010 cuando muchos pensaron experimentaría su primera temporada de 30 jonrones y cien remolcadas, cosa que no fue así.

En su haber ya cuenta con una participación al Juego de Estrellas, su meta está la obtención de un Guante de Oro, algo que trabajará en su nueva organización Rockies de Colorado, donde cuenta con un estadio apto para los bateadores y donde López espera resurgir su estatus en las mayores.

Con 27 años aun tiene mucho por delante y su explosión puede producirse de un momento a otro. De por vida tiene promedio de 266 con 80 jonrones (a 20 de los cien) y 431 remolcadas. Se ha desempeñado además como jugador de la primera base (29 encuentros), campo corto (57) y tercera base (147). Su promedio de fildeo como segunda base es de 981 en 627 encuentros.

Si alguien ha sido un trotamundo para jugar varias posiciones sin ser utility y sin quejarse ha sido Carlos Guillen. Campo corto, segunda base, primera base, tercera base, jardinero izquierdo y designado, han sido los roles que ha desempeñado este aragüeño de 35 años de edad que ya tiene en su haber 13 temporadas en el mejor béisbol del mundo.

La carrera de Guillen ha estado marcada por múltiples lesiones que prácticamente si sumamos los días que ha estado en lista de lesionados, fácilmente estaríamos hablando de tres temporadas y media o quizás más. El talento a pesar de todo no se ha mermado, pero luego de aquella campaña de 2004 y 2007 donde dio más de veinte jonrones y remolco más de noventa (2004) y más de cien (2007), muchos afirmaron que las lesiones en su hombro, cadera y rodilla lo inhabilitaron de tener números de treinta o más cuadrangulares y cien o más remolcadas.

Casi todo el cuerpo del aragüeño ha sido víctima de una lesión y actualmente la rodilla le sigue causando contratiempo y no será de la partida para el inicio de la campaña 2011, de la cual desea estar sano y jugar un año entero sin contratiempo algo que no hace desde la temporada 2007.

No cabe duda que Guillen ofensivamente hablando no tiene nada que demostrar ha sabido adaptarse a los roles que le han impuesto en Seattle (1998-2003) y Detroit (2004-) A pesar de ser campo corto, su primera experiencia en las mayores se remonta a la segunda base con Seattle en 1998, debido a la presencia de Alex Rodríguez en el equipo y pieza inamovible del line up. Por lo cual el criollo jugaría en su primer año diez partidos.

El resto de la historia es bien conocida por todos, el año pasado la gerencia le anunció que sería el segunda base de los bengalís y además lo alternarían en otras posiciones, lo cual acepto el aragüeño por el bien del equipo y por su entrega al juego. Lamentablemente después de 47 partidos en la segunda una choque en esa almohadilla saca al venezolano por varias semanas, al regresar su rol se fundamento como designado.

¿Cuál es el futuro de Guillen en Detroit?, está en su último año de contrato, las opciones son desconocidas y las lesiones han sido constantes en su carrera, lo cierto es que ha demostrado profesionalismo al aceptar todas las imposiciones, y él sabe que necesita jugar para demostrar que está todavía en condiciones para ser regular en las mayores sea con Detroit u otro equipo.

Defensivamente como segunda base exhibe un promedio de fildeo de 989 en 59 partidos. De por vida batea para 286 con 121 jonrones y 647 remolcadas.




@beisboladentro                    

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