martes, 2 de noviembre de 2010

Al final San Francisco fue el Gigante...


La espera de 53 años acabó este primero de noviembre de 2010, los Gigantes de San Francisco, son los nuevos monarcas del béisbol al vencer 3 a 1 a los Vigilantes de Texas, en el quinto choque de una serie vibrante, donde los dirigidos por Ron Washington, sucumbieron ante la magia de los californianos.

Imposible imaginar a finales de marzo cuando los pronósticos daban a Filadelfia y a los Yankees nuevamente disputando el clásico de otoño; pero fue San Francisco quien cayó a sus detractores y confiando en el talento emergente de Tim Lincecum (2-0  y 3.21 de efectividad en la Serie Mundial), Buster Posey, Pablo Sandoval, Madinsom Burgarmer y Matt Cain que encontró esas piezas para armar un equipo a futuro, tal como quedo demostrado en esta serie donde Texas con todo y haber eliminado a Tampa y a los mismos campeones Yankees de Nueva York, no le bastó para darle a su afición el ansiado título en su debut en la Serie Mundial.

Tampoco podemos obviar las piezas que la gerencia californiana adquirió para dar mayor respaldo a sus jugadores como José Guillen, Pat Burrell, Cody Ross, Santiago Casilla y Javier López. Sin duda elementos que ayudaron cuando más lo necesitaba el equipo.

Este fue el sexto título para los Gigantes, pero el primero que recibe el equipo desde que en 1958 se mudaron a san Francisco, allí estuvieron grandes peloteros que jamás pudieron saborear un título en esa ciudad: Juan Marichal, Orlando Cepeda, Will Clark, Jeff Kent, Barry Bonds, Jack Morris, John Burkett, Benito Santiago y compañía; lo más cercano que estuvieron del título fue en 2002, cuando Anaheim de la mano de Troy Glaus, Francisco Rodríguez y John Lackey acabaron con las esperanzas del equipo de Barry Bonds.

Ahora,  la situación es otra, San Francisco se valió de la veteranía y del empuje de varios novatos en ascenso, quienes bien dirigidos por Bruce Bochy supieron escalar pasos hasta este ansiado título.

Bochy y Sabean el arquitecto…

No cabe duda que el verdadero arquitecto de este título es sin duda Bruce Bochy, manager que durante 16 campañas espero con ansias este campeonato, y Brian Sabean, gerente general. Bochy con experiencia en San Diego y San Francisco, supo mover sus piezas como un juego de ajedrez, sin temor a represalias por sus decisiones, mismas decisiones que fueron claves en la consecución de este título.

Como franquicia, los Gigantes no se consagraban desde que en 1954 superaron a Cleveland. Entonces, Willie Mays y compañía tenían su feudo en el Polo Grounds de Nueva York.
"Esto enterró mucho huesos, '62, '89, 2002", dijo el gerente general de los Gigantes, Brian Sabean, en alusión a las presentaciones adversas en la serie. "Este grupo se lo merecía, fiel desde el principio. Estamos orgullos y humildes por el logro".

"Todo lo hicieron bien", dijo Bochy. "No puedo estar más orgulloso del grupo. Jugaron con el corazón y determinación. No podían perder. Mi personal, aceptaron sus papeles y tuvieron una sola misión".

Entre esas decisiones estuvieron sentar a Pablo Sandoval y darle la titularidad en la tercera a Juan Uribe fue un movimiento acertado, pero aún más fue entregarle nuevamente el campo corto a Edgar Rentería quien tuvo un año accidentado y qué manera de responder a esa confianza: Jugador Más Valioso de la Serie Mundial, gracias a sus dos cuadrangulares, seis remolcadas y 412 de average. Rentería volvió a ser ese pelotero que trece años atrás dio el hit decisivo para que Florida consiguiera su primera Serie Mundial ante los Indios de Cleveland y que de no haber sido por la magnífica actuación de Livan Hernández en esa Serie, el nacido en Cartagena hubiera obtenido su primer MVP.


Segundo título en tres Series Mundiales

"Fue un año difícil para mí", dijo el campocorto en alusión a lesiones frecuentes. "Me dije que tenía que seguir trabajando duro y mantenerme en forma porque algo bueno iba a ocurrir este año". Fueron las primeras palabras para el nacido en Cartagena de Indias, quien entra en una lista histórica; ser el primer pelotero que en dos ocasiones da el batazo para ganar el campeonato a su equipo. En 1997 con Florida y en 2010 con San Francisco, gracias a su cuadrangular de tres carreras ante Cliff Lee que se vino a menos, después de tener uno de los mejores numeritos en play off en la historia. Renteria se une a Joe DiMaggio, Lou Gehrig y Yogi Berra como los únicos en la historia de las Series Mundiales en dar el batazo para titular a sus equipos.

Después de conectar el imparable que ganó el título en 1997 para Florida y de realizar el último out para San Luis en la victoria de Boston en el 2004, el lunes llevó a los Gigantes de San Francisco a su primer título en 56 años.

Nada mal para un tipo que inició la postemporada en la banca.

Cuando empezaron los playoffs, Rentería dio a entender que contemplaba el retiro a sus 35 años y tras 15 campañas.

"No sé. Voy a pensarlo y ver qué sucede", expresó el lunes.

Por lo pronto, puede presumir de una carrera con momentos únicos.

En los cinco juegos de la serie, el nacido en Barranquilla bateó para .412 (siete hits en 17 turnos). Disparó dos jonrones, remolcó seis carreras y anotó seis veces.

Apenas disputó 72 partidos esta campaña, en la que salía de una lesión y caía en otra. Acusó molestias en el muslo, codo y la ingle, inclusive al inicio de los playoffs.

El domingo, admitió cándidamente que no fue sino hasta hace una semana y media que empezó a sentirse saludable.

Entre los laureles de su trayectoria figuran dos campeonatos de Serie Mundial, el primero con los Marlins de la Florida en 1997 y ahora como el Jugador Más Valioso, cinco selecciones al Juego de Estrellas, dos Guantes de Oro y siete postemporadas.

Fue el campocorto de los Marlins entre 1996-98, y quien conectó el hit decisivo que remolcó a Cragi Counsell con la carrera de la victoria en la 11ma entrada del séptimo y decisivo juego del clásico de 1997 para vencer a los Indios de Cleveland y llevarse la Serie Mundial de 1997. El encuentro representó apenas la cuarta ocasión en que el séptimo partido llega a extrainnings.

Eso ocurrió justo cuando tenía 21 años y cumplía su segunda temporada en las mayores.

Siete años después, Rentería fue a otro clásico con los Cardenales de San Luis. Su roleta al pitcher fue el último out y los Medias Rojas de Boston completaron una barrida para conquistar su primer campeonato en 86 años.

Rentería conectó sólo tres cuadrangulares e impulsó 22 carreras en una temporada regular plagada de lesiones que envió al campocorto a la lista de inhabilitados en tres ocasiones y lo llevó a considerar abiertamente el retiro.

Pero está acostumbrado al gran escenario: Rentería es uno de los dos únicos jugadores que han conectado un imparable para terminar la Serie Mundial y ha sido el último out de una Serie Mundial, según la empresa de estadísticas deportivas STATS LLC. El otro es Goose Goslin, quien se ponchó por Washington contra Pittsburgh en 1925, y después bateó un sencillo por Detroit contra los Cachorros de Chicago en 1935.

@Adonisalejandro     
beisboladentro.blogspot.com

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