martes, 7 de enero de 2014

Mike Piazza y sus opciones de ser exaltado al Salón de la Fama


Candidatos al Salón de la Fama (VII Parte)

Las credenciales de Mike Piazza no fueron lo suficientemente convincentes como para que el ex receptor fuera exaltado al Salón de la Fama en su primer año en la papeleta. Piazza recibió 57.8 por ciento de los votos en 2013, año en el cual nadie ingresó al pabellón de Cooperstown.

Hablamos del receptor con más cuadrangulares en este deporte con 396. Dejó promedio vitalicio de 308 con 427 cuadrangulares y 1.335 anotadas. Fue Novato del Año en 1993, convocado a doce Juegos de Estrellas, diez veces ganador del Bates de Plata, Más Valioso del Juego de las Estrellas de 1996 y en siete ocasiones finalizó entre los diez más votados para el premio al Jugador Más Valioso; todos estos pergaminos lo logró en una carrera de 16 temporadas con los Dodgers de Los Ángeles, Marlins de Florida, Mets de Nueva York, Padres de San Diego y Atléticos de Oakland.

Si nos dejamos llevar por estas estadísticas, entonces Piazza estaría desde el año pasado en el Salón de la Fama.

Pero no fue así, los votantes castigaron al ex receptor por sus limitaciones defensivas que no lo hicieron ganador del Guante de Oro, así por haber jugado en la llamada Era de los Esteroides.

Tras las votaciones de 2013, varios miembros de la BBWAA le dijeron al periódico The New York Times que dejaron a Piazza fuera de sus papeletas debido a las sospechas de dopaje.

Meses después, Piazza reconoció en su autobiografía que había experimentado con dos sustancias que fueron posteriormente prohibidas por MLB, pero negó haber consumido esteroides.

Piazza jamás dio positivo a los exámenes sorpresas y su nombre jamás apareció en el informe Mitchell.

“En verdad siento que recibí mucho apoyo”, dijo Piazza, luego de que los Mets lo exaltaran al Salón de la Fama del club en septiembre de 2013. “Es un proceso. Estoy muy orgulloso de mi carrera”.

Quizás Piazza tenga razón.

Su porcentaje de votos fue mejor que el que tuvieron Barry Bonds, Roger Clemens, Mark McGwire, Sammy Sosa y Rafael Palmeiro, figuras que han sido blanco de los medios, eso hace que los votantes sigan considerando al ex receptor un sólido candidato a Cooperstown; pero lo relatado en su autobiografía cambia la percepción de todo.

Entonces como calificar esta votación.


Sin duda es compleja tal como lo señale en mi anterior artículo, los culpable de estos dilemas son los periodistas que jamás tomaron cartas en el asunto. Con sus “tímidos votos” fueron admitiendo que dichos peloteros deberían ser ingresados, a pesar de las circunstancias que los rodean.

Pero las credenciales de Piazza fueron en una posición como la receptoría, considerada la más desgastante de la disciplina.

Aún así no fue el campeón en esa posición.

Apadrinado desde el comienzo
Llegó a Grandes Ligas gracias a la buena relación de su padre, Vince, con Tommy Lasorda, encargado de los Dodgers, su talento y trabajo fuerte, lo dejó como uno de los mejores receptores de la historia.
Gracias al compadrazgo de Lasorda y Vince Piazza, el estudiante de Miami-Dade Community College fue seleccionado por los Dodgers "como un favor", en la ronda 62 (1,390 general) del draft de 1988.
Así se le abría las puertas al muchacho que un día fue bat-boy de los Dodgers y limpiaba nieve en su propiedad de Pennsylvania con tal de no perderse sus práctica de bateo.
Con su padre como mejor aliado, Mike tuvo la oportunidad de ir a pulir su talento en las academias de República Dominicana, pero a pedido de Lasorda, cambió la primera base por la receptoría a fin de tener mejores opciones de llegar a las Grandes Ligas.
Debutó en las Mayores el 1 de septiembre de 1992 en un juego de los Dodgers contra los Cachorros. En su primer turno recibió pasaporte; luego conectó un doble. Su primer jonrón llegó el 12 de ese mes contra San Francisco. Era un presagio de lo que sería su actuación con el madero.
En su primera campaña completa en Los Ángeles, en 1993, Piazza ganó el premio al Novato del Año en la Liga Nacional, gracias a su promedio de bateo de .318, con 35 jonrones y 112 remolcadas en 149 juegos.
El año pasado fue exaltado al Salón de la Fama de los Mets
Los mejores años de Piazza con los Dodgers fueron 1996 y 1997, cuando terminó segundo en la votación de Más Valioso de la Liga Nacional, detrás de Ken Caminiti y Larry Walker. En 1996 sus números fueron: .336 bateo, 36 vuelacercas y 105 impulsadas; y 1997 conectó para .362, con 40 jonrones y 124 empujadas.
El 15 de mayo de 1998 fue canjeado a los Marlins, equipo con el que Piazza jugó sólo cinco partidos y a la siguiente semana ya estaba en Nueva York.
A pesar del gran aporte de Piazza, los Mets se perdieron la postemporada de 1998. Pero otra fue la historia en 1999 y 2000, año en que perdieron la Serie Mundial con sus vecinos de El Bronx en cinco juegos.
"Mike Piazza revitalizó nuestra franquicia cuando lo adquirimos en mayo de 1998", destacó Jeff Wilpon, alto ejecutivo de los Mets.
Muchos críticos alegan que Piazza fue un privilegiado, pero las estadísticas lo dejan como uno de los mejores catchers con el bate de todos los tiempos.

Piazza se aferra a que su nombre tarde o temprano será tomado en cuenta y se ve en el espejo de Yogi Berra o Joe DiMaggio, quienes demoraron en reunir los votos para ser exaltados.

Camino a Cooperstown 2014
Próximos trabajos relacionados a los candidatos que buscan ser exaltados a Cooperstown.
  • Greg Maddux
  • Craig Biggio
  • Jack Morris
  • Frank Thomas
  • Tom Glavine
  • La era de esteroides
  • Mike Piazza
  • Jeff Bagwell
  • Latinos marginados


@beisboladentro

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