Lo que era un secreto a voces
se hizo realidad; los Marlins de Miami despidieron este martes al venezolano
Oswaldo Guillén, después de apenas una temporada con el equipo.
El pobre desempeño de los
peces, las polémicas declaraciones sobre Fidel Castro y la mala relación con
algunos de sus jugadores fueron suficiente detonante para que Jeffrey Loria y
el alto mando gerencial de Miami tomaran la decisión.
El venezolano que llegó en
medio de muchas expectativas a la ciudad, firmó un contrato de diez millones de
dólares por cuatro campañas. Ahora Miami deberá cancelarle los restantes $7.5
millones que le adeudan de su contrato.
No fue el mejor estreno de
Loria y su ambicioso proyecto, el propietario armo un equipo competitivo al
gastar 191 millones de dólares en un lapso de cinco días durante el receso para
contratar a José Reyes, Mark Buehrle, Carlos Zambrano y Heath Bell, para meter
al equipo en una postemporada.
Incluso estrenaron un estadio
con techo retráctil valorado en 634 millones de dólares, pero con una marca de
69-93, se dio por descontando que esta temporada fue un rotundo fracaso.
Guillen inició su transitar con
Miami con el pie erróneo, desde el entrenamiento primaveral ya su incontenible
verborrea se hacía presente al señalar que los nuevos uniformes no eran de su
agrado. Durante la primera semana de la temporada unas declaraciones suyas en
una revista norteamericana, donde expreso su admiración al líder revolucionario
Fidel Castro, le trajo no sólo una suspensión de cinco encuentros, sino una
multa y una declaración de perdón a una comunidad cubana que radica en Miami,
quienes pedían la salida del mirandino del club.
Aunque Guillén expresó que iba
a borrar esos errores a base de victorias, un mal desempeño en junio acabo con
las esperanzas del club, lo que influenció en la salida de varias estrellas.
Los traspasos de Hanley
Ramírez, Aníbal Sánchez, Gaby Sánchez, Edward Mujica y Omar Infante, dieron por
sentado que el proyecto que confeccionó Loria y Larry Beinfest había concluido.
Aunque Guillen encaro esa
situación con su acostumbrada y picante lengua, no pudo levantar un equipo que
lució totalmente desmantelado.
Poco le importó si era
despedido y en varias ocasiones vocifero que si era apartado del club igual
retornaría en otro conjunto.
Aunque a veces reculo en sus
comentarios, Guillen nunca dejó de ser polémico sobre su futuro en el equipo.
Para Larry Beinfest,
Vicepresidente de Operaciones del club, la frustrante temporada que finalizó
fueron motivos suficientes para desprenderse de Guillen.
Ni siquiera los roces con Heath
Bell sirvieron para que su estancia en Miami fuera más cómoda. Esta semana Bell
fue cambiado a Arizona.
Aún no se ha nombrado quién
será el sucesor del venezolano, lo cierto es que el nuevo dirigente será el
quinto que tenga el club desde el año 2010.
Guillén se fue de los Medias
Blancas de Chicago en septiembre de 2011, después de ocho temporadas al mando
en los que llevó al equipo de la Ciudad de los Vientos, a ganar la Serie
Mundial de 2005. Pasaron 24 horas después para que estampara su rúbrica con los
peces.
Se especula que su destino
pudiera ser los Azulejos de Toronto, club que se desprendió de John Farrell
quien ahora dirigirá a los Medias Rojas de Boston. Pero son solo meras
especulaciones.
Su futuro en el béisbol no está
definido, Guillen se encuentra en España y aún no ha hecho declaraciones sobre
que espera hacer a partir de ahora, algunos especulan que podría tomarse un año
sabático, otros incluso se van más lejos
y aseguran que el mirandino estará dirigiendo nuevamente en las mayores…
La mala actuación de La Guaira
pudiera ser un aliciente para reencontrarse con ese béisbol que le permitió
ganar el Manager del Año en 2005.
@beisboladentro
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