Hace poco Chipper Jones recibió
por parte de los Bravos de Atlanta, un merecido homenaje en el Turner Field.
Era una ceremonia dedicada al antesalista quien había anunciado su retiro a
inicios de campaña. Jones fue objeto de elogios por parte de algunas personas
vinculadas al béisbol, así como de compañeros de equipo. De igual modo, Jones tuvo pequeños homenajes en los diferentes
estadios de la Liga Nacional, en señal de admiración por su dilatada carrera.
Incluso la página oficial de
Major League Baseball dedico una transmisión especial de la ceremonia de
despedida.
Mientras Jones celebraba cada
acto, Omar Vizquel bregaba por tener una oportunidad de jugar y recibir algún
reconocimiento a su ya dilatada carrera.
No era para menos, el caraqueño
había señalado que está sería su última temporada, los Azulejos de Toronto
decidieron firmar al otrora campo corto sin medir las consecuencias de su
firma.
Toronto jamás miró la hoja de
vida de un futuro integrante al Salón de la Fama, jamás se encargo la gerencia
de que las relaciones públicas del club, realizará trabajos especiales sobre
Vizquel, sus hitos y marcas que estaría por alcanzar cada vez que pisaba el
terreno de juego con el uniforme canadiense.
Echaron a una borda un
historial que incluye ser el campo corto con más partidos en las mayores, líder
en doble plays ejecutados, líder en porcentaje de fildeo, más Guantes de Oro en
el joven circuito y ubicarse este mismo año entre los mejores 40 hiteadores del
béisbol, entre algunas otras marcas que posee.
Ni siquiera dedicaron
reportajes especiales al hecho de superar a Babe Ruth o Mel Ott hace unas
semanas atrás.
Su camiseta ni figura entre las
populares del club.
Pero aún así el venezolano supo
esperar por su oportunidad de jugar y aunque aprovecho algunas de ellas, en la
mente de Vizquel hubiera querido que su último año hubiera sido como el imagino.
Quizás su condición de utility le restaría importancia, pero
aún así, John Farrell, manager del club, jamás se conectó con el venezolano.
Fue relegado al banco y tuvo varias semanas sin ver acción.
Ni siquiera el hecho de estar
fuera de carrera le permitió a Farrell tomar en cuenta al venezolano, si bien
los medios hacían eco de los registros que Vizquel estaba alcanzando cada vez
que jugaba; en el club, no tomaron en cuenta dichos hitos y permitirle al
criollo agrandar más esa leyenda.
Por ventura, el único momento dulce
en la campaña la recibió Vizquel hace unas semanas, cuando Farrell decidió
alinearlo en Nueva York, para que tuviera la oportunidad de superar en
imparables al inmortal Babe Ruth.
Nadie sabe que situaciones
ocurren dentro de un clubhouse, muy poco se conoce sobre las comunicaciones
entre los peloteros y el cuerpo técnico y, muy pocas veces se ven escándalos como
lo sucedido con los Medias Rojas de Boston esta temporada.
Quizás Farrell no tomo en
cuenta a Vizquel por su edad, quizás no se percato del buen estado físico que
tiene el venezolano, y del plan de trabajo que posee para mantenerse activo a
pesar de la inactividad.
Pero no valorar su historial
para colocarlo cuando un jugador se lesionará o darle un turno ante un
lanzador, fue quizás para el venezolano la mayor frustración.
Se convirtió en un mentor de
varios jóvenes, así distrajo el fracaso de una temporada en el plano personal,
era esta la despedida con la cual quería ser recordado, luchando por recibir el
chance de jugar.
Más allá de los hits, turnos al
bate o juegos en el campo corto, Vizquel lo que pedía era respeto a su carrera.
Toronto ni midió el impacto del venezolano en Canadá, una ciudad que tiene una
comunidad venezolana y recibe anualmente visitantes que van a perfeccionar el
idioma, o más allá de no valorar el impacto que Vizquel dejó en varios
escenarios. Vieron al venezolano como una firma más y no como la mayor
contratación esta temporada.
La firma de Vizquel en Toronto
no fue para hacerle ceremonias, quizás esa fue la premisa de la gerencia… allá
ellos si no supieron manejar el impacto de Vizquel en una ciudad a la cual no
tenía ninguna conexión, pero como todo profesional supo adaptarse y darle
elogio por su recibimiento, pero para Venezuela los hitos alcanzados por el
caraqueño son de admiración y de aplausos.
El 3 de octubre de 2012, marca
el fin de una carrera que comenzó hace 28 años, cuando los Marineros de Seattle
firmaron a una joven promesa que revoluciono al campo corto con sus acrobáticas
jugadas o se encargo de tomar varias pelotas “a mano limpia”. Cuatro años
después debutó y a pesar de cometer un error en ese cotejo, demostró que sería
dentro de pocos el mejor en su posición, una distinción que lo llevará a
Cooperstown en los próximos años.
Vizquel espera recoger toda esa
trayectoria en un solo juego y la duración del encuentro irá marcando el adiós
a uno de los venezolanos más exitoso en el mejor béisbol del mundo. Quizás esté
en su guante la posibilidad de realizar el último out y cerrar con broche de
oro su adiós al béisbol…
@beisboladentro
El nacionalismo nunca debe privar sobre nuestras opiniones, Vizquel no merecio los honores de Chipper Jones simplemente porque no los tuvo. Vizquel alargo evidentemente su carrera para agrandar sus números. No tuvo ningun mérito el superar a Ruth, el Bambino logro sus hits en alrededor de 8000 turnos y a Vizquel le tomo 12000. Es evidente su intento egocéntrico de agrandar sus numeros, de mantenerse a flote, de aceptar la banca como modo de seguir jugando y justamente seguir agrandando esos numeros porque sabe que lo hecho antes no le merecia un lugar en Cooperstown. Sabias que Honus Wagner se retiro porque no queria ser banca? O que Chipper Jones sabe que aun tiene bastante en el tanque y aun asi dice: "no, ya es suficiente" eso es lo que hacen las verdaderas estrellas. Si Vizquel llega al Salon de la Fama, bien por el, pero si yo pudiera votar, no lo haria.
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