Foto: AFP |
El título quizás haga referencia
a la situación política y económica que afronta Venezuela, en la que millones
de personas salen diariamente a subsistir entre la compra de productos
alimenticios y medicinas, a precios exorbitantes, sin que el Gobierno Nacional
tome cartas en el asunto. Pero la verdad es que este artículo no hace mención
sobre esa problemática, habla sobre el desempeño de la selección de Venezuela
en el Clásico Mundial de Béisbol, en la que ganar se ha convertido en un
suplicio donde el trasnocho acompaña el sufrimiento.
Venezuela arrancó la noche del
miércoles su andar por la segunda fase de este evento, apelando a la vieja
frase “borrón y cuenta nueva”, teniendo en cuenta lo sucedido en la primera
ronda, pero los Estados Unidos tuvieron otra cosa que decir y vencieron cuatro
rayitas por dos a los criollos en el Petco Park de San Diego.
Del lado venezolano quedó la
sensación de que se pudo concretar la victoria, el desempeño de los lanzadores
fue magistral, en relación al mostrado en la primera ronda. Los criollos
ganaban por la mínima diferencia hasta la séptima entrada cuando la peligrosa
ofensiva norteamericana comenzó a descontar. Pero tal como ha ocurrido en el
desarrollo de este evento, Venezuela tampoco aprovecho el momento ofensivo,
tras el cuadrangular solitario de Rougned Odor – la única novedad de la
alineación -, no pudieron volver a concretar rally alguno en las dos últimas
entradas.
Es justo que una selección que
tiene a los últimos siete campeones de bateo en fila (seis de ellos en la Liga
Americana), múltiples ganadores del Guante de Oro y Bates de Platas, este pasando
por estos viacrucis para consolidar triunfo alguno. Han sido largas jornadas de
trasnocho, llenas de frustración porque el pitcheo, la parte débil del equipo
no ha respondido.
Seamos justos, el pitcheo tiene
su cuota de culpabilidad pero tampoco ha habido ofensiva que carbure producción
alguna y muchos menos las decisiones de Omar Vizquel, que si bien lo llene de
halagos a través de mi red social twitter, por los movimientos ejecutados;
volvió a demostrar que aún le falta pasta como dirigente, tras haber dejado de
más a un Héctor Rondón que no ofreció nada en la octava entrada.
Estados Unidos dio un baño de agua fría a Venezuela que tenía el encuentro ya definido Foto: EFE |
El relevista que hacía su estrenó
con la selección, permitió cinco imparables y tres carreras que sentenciaron el
encuentro a favor del equipo de las barras y las estrellas.
Quizás el nerviosismo de lanzar
por primera vez en este evento lo ataco, estaba lejos de las actuaciones a las que
nos tiene acostumbrado, quiero pensar que el poco tiempo que estuvo para
aclimatarse a sus nuevos compañeros haya influido en ese desempeño, porque una
entrada atrás, otro debutante en estos eventos, Arcenio León tampoco estuvo
dominante en la lomita, pero con el virus de ineficiencia que tiene el bullpen
nacional, son pocas las opiniones positivas.
Vizquel respondió a los
cuestionamientos en rueda de prensa asegurando que Rondón, era el setup y
hombre clave para esa entrada.
“Cuando tenemos esos caballos
tenemos que darles la confianza. Él era el indicado para estar ahí”, sentenció
el novel estratega.
Quizás esas palabras hayan
retumbado cuando dejó al siniestro José Castillo enfrentar a Nolan Arenado con
dos outs y este respondiera. Pero ante Rondón no pareció ser el caso, el
criollo jamás se vio dominante en el montículo, tras los vuelacercas de Adam
Jones (que empató la pizarra a dos) y el otro de dos carreras de Eric Hosmer,
su actuación debió haber culminado, pero Vizquel dejó al relevista enfrentar a
dos bateadores más que le dieron imparables, al final tuvo que sacarlo cuando
el daño ya estaba hecho.
La lógica indicaba que ante tanto
bateó contundente debía tener movimiento en el bullpen, incluso debió haber
salido él o el coach de pitcheo, Roberto Espinoza, a dar aliento al lanzador.
Pero no fue así, en una toma que hizo la transmisión se vio el rostro de
Vizquel con una pasividad y una medio sonrisa que denotaba inseguridad o que en
el simple criollismo estaría diciendo por dentro: “La cag….”
Y así fue, Jim Leyland, estratega
de largo recorrido por el béisbol, le dio una clase gratuita al caraqueño,
cuando en el cierre del noveno, ya tenía dos brazos calentando en el bullpen
después que Miguel Cabrera conectará hit al cerrador Luke Gregerson, cuando
este no había llegado ni siquiera a diez lanzamientos.
Si Vizquel realmente quiere ser
mánager, es hora de que comience a ofrecer sus servicios a las ligas caribeñas,
para comenzar a pulirse, lo que ha mostrado en este evento no lo hace el
candidato más idóneo para dirigir equipo alguno. Ni siquiera ha podido absorber
algo de su cuerpo técnico que a excepción de Rouglas Odor (coach de bateo) y
Roberto Espinoza (coach de pitcheo), cuenta con amplió recorrido como mánagers
en Estados Unidos y en Venezuela (Carlos García, Henry Blanco, Carlos Subero,
Omar López y Eduardo Pérez).
Félix Hernández tuvo una salida magistral, pero se fue sin decisión ante la inconsistencia de Héctor Rondón. Foto: EFE |
¿Y el pitcheo?, la razón de tanto
sufrimiento en este evento… es la gran interrogante, tampoco podemos pensar que
esta situación fuera otra si Rondón hubiera estado desde el inicio o que Carlos
Carrasco, Junior Guerra y Eduardo Rodríguez se hubieran uniformado, este
deporte no es cien por ciento predecible y el torneo nos ha dado sorpresas
agradable como Colombia, Israel y la propia Italia.
Mientras sigan divorciados
ofensiva y pitcheo es poco lo que se puede aspirar, Venezuela arranca la
segunda fase como la más débil de los cuatro equipos que disputan el Grupo F,
los otros República Dominicana, Puerto Rico y Estados Unidos, lucen superiores,
aunque algunos hagan creer que no es así.
Pase lo que pase, la actuación de
Venezuela en este evento es quizás la más negativa de las cuatro ediciones a la
que ha asistido, y para echar más leña al sufrimiento, las lesiones no han sido
benevolentes con las aspiraciones de llegar a la final. Perder a Salvador
Pérez, Silvino Bracho, Robert Suárez y ahora a Martín Prado, son golpes
psicológicos que también terminan de romper la “armonía” creada.
@beisboladentro
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